Con la presencia de Lula da Silva y el "Pepe" Mujica, el Gobierno nacional celebró con un acto en Plaza de Mayo el "Día de la democracia". Se realizó a la par que una fuerte represión a manifestantes contra un caso de gatillo fácil. El fantasma del ajuste que viene con el FMI atravesó todo el contenido del acto.
Viernes 10 de diciembre de 2021 20:48
Durante la tarde de este viernes, decenas de miles de personas se congregaron en la Plaza de Mayo, convocadas por el Gobierno nacional para un acto que tendría un importante elenco de oradores: los ex presidentes de Brasil y Uruguay, "Lula" da Silva y "Pepe" Mujica, y el presidente y vicepresidenta argentinos, Alberto Fernández y Cristina Kirchner, respectivamente.
Entre las principales organizaciones que aportaron sus columnas estuvieron La Cámpora y el Movimiento Evita. En menor medida, hubo participación de los intendentes del peronismo del Gran Buenos Aires. Los sindicatos aportaron poco numéricamente, y la CGT directamente estuvo ausente, a diferencia del acto del 17 de noviembre. Si aquel fue más "albertista", esté fue más kirchnerista.
La ocasión elegida para el evento era el "Día de la democracia", al cumplirse 38 años del 10 de diciembre de 1983. Sin embargo, el carácter democrático se vio crudamente en contradicción con la realidad desde el comienzo, cuando las pantallas de TV mostraron a la par del acto la fuerte represión de la Policía Bonaerense a todos aquellos que se estaban manifestando en Miramar contra el caso de gatillo fácil que terminó con la vida de Luciano Olivera.
Como es sabido, el de este joven de 16 años no es un caso aislado, sino que es parte de la sistemática represión policial contra los sectores populares, criminalizando la protesta y la pobreza. Los responsables son las fuerzas de seguridad, pero también los funcionarios políticos. En este caso, Axel Kicillof y Sergio Berni, en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, cuya policía asesinó hace muy pocas semanas a Lucas González. Lo mismo sucede en el interior del país.
Por eso es que más allá de los discursos y los premios entregados en la previa al acto, la realidad contradice a los relatos. Que Sergio Berni aún esté en su cargo, o que se haya nombrado recientemente en el Gabinete nacional a Juan Manzur o Aníbal Fernández, no son hechos acordes a reivindicar las libertades democráticas.
Festejan los derechos humanos en Plaza de Mayo, mientras la policía de Berni reprime a vecinas y vecinos de Miramar que protestan contra la bonaerense que mató a Luciano.
Relato y realidad.— Nicolas del Caño (@NicolasdelCano) December 10, 2021
El festival por los derechos humanos transcurre mientra la policía reprime en Miramar.
Terrible.— Myriam Bregman (@myriambregman) December 10, 2021
Sin embargo, todo esto estuvo ausente de los discursos: el otro gran protagonista del acto no estaba presente en la Plaza, sino a miles de kilómetros de distancia: el FMI.
De progresismos y sometimientos
En las horas previas al acto, el FMI emitió un comunicado en el que, por un lado, dio cuenta de que aun falta mucho para cerrar un acuerdo con Argentina, y por otro lado, ratificó que solo es posible acordar con más y más ajuste.
A pesar de los eufemismos habituales, en sus líneas el organismo internacional sugiere ese camino: ajuste fiscal, reducir la emisión monetaria, aumentar las tasas de interés y devaluar la moneda, juntando reservas para pagar la deuda.
Es por eso que todo el acto estuvo atravesado por una contradicción entre un relato "progresista" y la realidad de lo que viene.
El primer orador en tomar la palabra fue "Pepe" Mujica, quien en su breve discurso se limitó a llamar a cuidar la democracia, aunque no es perfecta, "porque los humanos no somos perfectos".
A continuación, Lula da Silva expresó su felicidad por haber sido presidente de Brasil al mismo tiempo que Néstor Kirchner y luego Cristina, que Hugo Chávez, Evo Morales, Tabaré Vazquez y "Pepe" Mujica, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. Se dirigió a los más jóvenes, para decirles que según él durante esos años se vivieron tiempos mucho mejores en nuestra región. También agradeció a quienes se solidarizaron con él cuando estuvo preso.
Por último, fue el momento de los oradores argentinos, quienes tuvieron que ser más concretos y menos abstractos, para referirse a la dramática realidad que vive el país de cara a un nuevo acuerdo con el FMI, cuando ya hay un 43 % de pobreza, según el último estudio de la Universidad Católica Argentina (UCA) conocido esta semana.
A su turno, Cristina Kirchner recogió el guante de Lula, para reivindicar el Gobierno de Néstor Kirchner, trazando un relato de aquellos años, con el objetivo de contraponerlos al macrismo que vino después. También dialogó con el dirigente brasileño para denunciar la persecución que sufrió y ligarla al caso argentino, en un nuevo cuestionamiento al Poder Judicial y mediático.
Sin embargo, el eje central de su discurso estaría referido al FMI. Tras hacer un relato de la historia de opresión por parte de ese organismo a nuestro país (donde se "olvidó" de hablar de la década menemista de la que ella y su marido fueron parte), denunció el "regalito" que el Fondo le hiciera a Macri para financiar su campaña electoral, dejando enormemente endeudado al país.
También dedicó párrafos a los radicales (diciéndoles que el FMI les volteó dos gobiernos) y a los mal llamados "libertarios", que dicen estar por la libertad pero "olvidan" que el Fondo buscará dictar todas las políticas económicas de nuestro país.
De todos modos, los momentos de mayor tensión política fueron aquellos en los que se dirigió a Alberto Fernández. Tras decir que no hay mejor política que el crecimiento economico y la inclusión social, señaló que "tenemos muchas dificultades, pero ante las grandes adversidades, necesitamos grandes acciones".
En ese marco, le hizo una suerte de exigencia al FMI, diciendo que "los dólares de la Argentina los tienen afuera, necesitamos que el Fondo nos ayude a recuperar lo que tienen en los paraísos fiscales". Y dirigiéndose al presidente le pidió que eso sea un punto de la negociación con el organismo. ¿Que el Fondo nos ayude? Sí, creáse o no, dijo eso.
En otro pasaje de su alocución, la vicepresidenta también le pidió a Alberto Fernández que convoque a todos los partidos con representación parlamentaria a un "Gran acuerdo nacional argentino". Al igual que con su carta de semanas atrás, Cristina Kirchner busca comprometer a la oposición de derecha en los costos políticos que tendrán nuevas políticas de ajuste, y planteó que ningún plan debe impedir que continúe la recuperación económica.
“Tranquila Cristina, no vamos a negociar nada que ponga en compromiso el crecimiento de la Argentina”, fue la respuesta de Alberto Fernández.
La fuerte frase, en el marco de las internas del Frente de Todos que alcanzaron su punto máximo tras las PASO, da cuenta de las tensiones existentes y a la vez de lo dificultoso del acuerdo con el Fondo: a la vez que coinciden desde todo el oficialismo en cerrar el acuerdo (legitimando la deuda de Macri que ellos mismos dicen que es ilegal), existe una fuerte preocupación por los costos políticos que tendrá seguir aplicando los planes de ajuste.
"Cristina no tengas miedo, que si el FMI me suelta la mano voy a estar agarrado de la mano de cada uno de ustedes: la Argentina del ajuste es historia, no hay mas posibilidades de que eso ocurra", señaló también el presidente, a la vez que, insólitamente, dijo que "no hemos dejado de cumplir las promesas que hicimos, solo postergamos algunas decisiones porque antes debimos cuidar la salud". Un relato como el de campaña electoral, obviando la derrota en las urnas.
Sin embargo, y más allá de las contradicciones existentes, ni Cristina Kirchner ni Alberto Fernández dicen la verdad: como deja en claro el último comunicado del FMI, es imposible un acuerdo con ese organismo sin ajuste.
De lo que se trata no es de negociar más o menos duro, porque toda la historia enseña que ese camino llevó a la decadencia y empobrecimiento del país, sino de rechazar todo acuerdo con el organismo y dejar de pagar la deuda ilegal e ilegítima, como puntapié de un verdadero plan soberano a favor de las grandes mayorías. Este sábado una multitud llenará la Plaza de Mayo, pero con este planteo, muy distinto al que se escuchó este viernes desde el oficialismo.
La Argentina del ajuste es historia, dice Alberto. Vive en otro país.
— Nicolas del Caño (@NicolasdelCano) December 10, 2021
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario