Elecciones 2023. Un amigo del establishment: se lanzó Wado de Pedro y el dinosaurio Manzur sería su vice

Finalmente, el anuncio de la candidatura presidencial del ex Frente de Todos puso a la cabeza a un hombre amigo de las corporaciones como Wado de Pedro, que viene de aceitar vínculos con el poder y sacarse fotos con Clarín, la Sociedad Rural o Luis Barrionuevo. A confirmarse está Juan Manzur como vice, versión que circuló durante todo el día: uno de los personajes más reaccionarios, retrógrados, y feudales del escenario nacional, hombre del Opus Dei, también muy cercano a factores de poder en Estados Unidos. Retiene un poder importante como parte de la casta política que gobierna las provincias como feudos, (al igual que Capitanich, Insfrán, y otros), que en las últimas elecciones gran parte del electorado viene rechazando con abstenciones. Asimismo, la candidatura de Sergio Massa, de confirmarse, también en un lugar destacado, es una validación de lo actuado por el ministro manos de tijera que viene aplicando el ajuste del FMI, con un 40 % de pobreza.

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Aunque el nombre que más suena es el de Manzur, no se puede descartar que las negociaciones terminen en la elección de otro precandidato o precandidata a vice. La fuerte crisis que atraviesa el peronismo crea todo tipo de roscas internas. Cada decisión implica, al mismo tiempo, dejar a alguien al costado. Y eso puede generar malestar. Aún quedan 48 horas para el cierre formal de listas. Muchas cosas pueden ocurrir.

Hasta el sábado quedan varias incógnitas que se irán confirmando en las próximas horas, la más importante es si Daniel Scioli mantendrá su precandidatura imponiendo la competencia interna en las PASO de Unión por la Patria, candidatura respaldada por Alberto Fernández.

De Pedro, ministro de Interior de Alberto Fernández y Cristina Kirchner desde que comenzó el gobierno del Frente de Todos, y Manzur, ex jefe de gabinete del FdT y ex gobernador de Tucumán, de confirmarse expresaría la inclusión de un sector fundamental del peronismo: los gobernadores, por su peso en el control territorial de las provincias, e importantes sectores de la producción y actividad económica.

Wado de Pedro, un candidato “propio” del kirchnerismo, es sin embargo una figura que expresa un sinceramiento del giro a derecha que viene haciendo este espacio político, con actos, discursos y políticas que chocan de frente con gran parte del viejo discurso. El spot publicado en redes sociales para anunciar su campaña presidencial, fue minutos después de salir de una reunión con empresarios de la UIA: todo un mensaje en sí mismo. Posteriormente se reunía en la sede de Camioneros con la CGT para mostrarse como un candidato apoyado por los grandes sectores patronales del país pero también por los dirigentes sindicales.

Como el peronismo planteó con el Frente de Todos en el 2019 hacia el final del gobierno de Macri, esta nueva fórmula será presentada como el mal menor frente a los candidatos de derecha de Milei y Juntos por el Cambio. El mismo argumento utilizado para unir a Alberto Fernández con Massa y CFK, obteniendo como resultado un gobierno que permitió el avance de la derecha y aplicó el ajuste que pide el FMI. La fórmula por la que apostarían hoy parece repetir el mismo camino, con un candidato amigo del establishment y uno de los retrógados señores gobernadores del Norte. La experiencia con el actual gobierno deja en claro la necesidad de rechazar toda la "herencia" de los últimos años y del Fondo, como plantean Myriam Bregman y el Frente de Izquierda.

De Pedro se destacó por ser parte de la gestión del Frente de Todos, con Alberto Fernández y Cristina Kirchner, apoyando el acuerdo con el FMI y el ajuste que viene aplicando Sergio Massa. Productor agropecuario, de diálogo fluido con sectores de las patronales del campo, la UIA e incluso respaldado por burócratas sindicales como Barrionuevo, el peronismo busca una fórmula que “seduzca” a grandes empresarios, conteniendo al mismo tiempo a la base progresista del kirchnerismo. Wado cuenta con un perfil que coincide con lo que Cristina llamó “hijo de la generación diezmada”, al ser hijo de desaparecidos. Es, además, una de las figuras más destacadas de La Cámpora desde hace tiempo. Sin embargo, en los últimos meses, adicionalmente, generó fuertes polémicas por sus fotos de alto voltaje con directivos de Clarín y de la Sociedad Rural.

Manzur tiene un largo prontuario, donde se destaca por ser un enemigo ferviente del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo y los derechos de las mujeres, donde su gobierno llegó a obligar a parir a una niña de 11 años y tener presa a Belén por un aborto espontáneo. Además, durante su gestión en Tucumán llegó a convertirse en uno de los gobernadores más ricos, en una de las provincias con más pobreza. Otorgando beneficios millonarios a los empresarios del citrus con la sanción de la “emergencia citrícola”, una verdadera "máquina" de exprimir a cosecheros, trabajadores y pueblo pobre de la provincia.

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Pero su vínculo con el kirchnerismo tiene larga data. Fue ministro de Salud del último Gobierno de Cristina Kirchner. Además, asumió como jefe de Gabinete de Alberto Fernández a pedido de la misma Cristina, tras la derrota electoral en las PASO de 2021.

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Una fórmula para asegurar los negocios agropecuarios y el extractivismo

“De Pedro-Manzur”, de llegar a confirmarse como fórmula, comparten rasgos muy importantes, uno es el de ser ambos empresarios. De Pedro buscó mostrarse abiertamente cercano a las patronales agrarias en el último tiempo. En la cena en Expoagro en marzo, además de afirmar que es parte de la “cuarta generación de productores agropecuarios” en su familia y que “es necesario volver a unir al peronismo con el campo", se fotografió sonriente en una mesa con Fernán Saguier, subdirector de La Nación, y Jorge Rendo, presidente del directorio del Grupo Clarín, denunciado por ser parte del famoso viaje al Lago Escondido junto a jueces, funcionarios del gobierno de Larreta y ex agentes de Inteligencia. Estaban presentes asimismo ejecutivos de Techint, como Martín Berardi y David Uriburu; y el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, entre otros.

Manzur por su parte, expresa el peso de gobernadores y peronismo del Norte, ligados al negocio extractivista y explotación rural. De hecho en medio de la crisis que atraviesa Jujuy, Rubén Rivarola del PJ jujeño, que votó junto a Morales y el radicalismo la reforma constituyente a los abrazos mientras docentes y comunidades originarias reclamaban en la calle, salió a decir que Manzur era “su” candidato.

Los diez gobernadores del Norte fueron una de las claves que actuó en el Congreso para bloquear la ley de Humedales, junto al lobby empresarial de las grandes mineras y la agroindustria. En esta Liga, además de Manzur, se cuentan Morales en Jujuy (UCR/JxC), Sáenz en Salta (FR/UxP), Jalill en Catamarca e Insfrán de Formosa (PJ/UxO). En septiembre pasado emitieron una resolución del Parlamento Norte Grande para expresar “preocupación por los Proyectos de Ley sobre supuestos mínimos ambientales en materia de humedales”, y aconsejar medidas que atenúan y limitan el accionar del proyecto acordado por las organizaciones ambientales. Mientras sacaban su pronunciamiento, estaban de gira por Estados Unidos junto a Wado de Pedro, para reunirse con representantes del Banco Mundial, buscando inversiones para profundizar el saqueo del “oro blanco” en esas provincias.

Este rasgo en común entre Wado y Manzur, también alcanza a Sergio Massa, quien no se cansó de defender y repetir la importancia de extracción de minerales como el litio y el cobre como política de Estado y a favor de las corporaciones mineras.

La moderación que viene permitiendo el avance de la derecha

El fracaso del gobierno del Frente de Todos / Unión por la Patria es innegable a los ojos de cualquiera. Pero de cara a las elecciones presidenciales, la propuesta de imponer ajuste con represión por la oposición de la derecha, Juntos por el Cambio y libertarios como Milei, parece estar naufragando incluso antes de ganar, como parece mostrar la crisis en Jujuy, donde una enorme lucha popular viene enfrentando la reforma de Gerardo Morales y el PJ.

La estrategia de la “moderación” política que viene proponiendo el peronismo, con la experiencia del Frente de Todos como mejor exponente, viene resultando en los hechos en el avance de sectores de derecha. Mientras dejaron en pie la llamada “herencia macrista” con el pago de la deuda al FMI, también sostuvieron la del modelo agroexportador y de precarización laboral durante décadas, incluyendo las presidencias de Néstor y Cristina. El resultado fue la profundización de la desigualdad donde los que concentran las ganancias se quedan con una porción de la torta cada vez mayor, mientras los trabajadores y sectores populares se hunden en la pobreza.

La reforma constitucional de Morales en Jujuy, votada por once convencionales del PJ, es la última expresión extrema de adónde lleva la política de “moderación” del peronismo, permitiendo el avance de la derecha.

La ubicación cada vez más en a la extrema derecha de Juntos por el Cambio, defendiendo a ultranza la violenta represión de Gerardo Morales, agitando la necesidad de terminar con las protestas mientras instalan una agenda de quitar derechos laborales y sociales, permite que UxP compita electoralmente intentando diferenciarse. Pero lejos de cualquier intento o promesa de recuperar lo perdido por los sectores populares, ahora la apuesta del peronismo es ubicarse como quien puede garantizar la gobernabilidad y al mismo tiempo el ajuste que piden los grandes sectores empresarios y financieros, con una fórmula presidencial que muestra su verdadero rostro.