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Red Internacional
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Un año de lucha de las trabajadoras griegas de limpieza

Martes 23 de septiembre de 2014

Grecia fue uno de los países más afectados por la crisis internacional. Allí, respondiendo a las demandas de la ‘Troika’ (compuesta por la Comisión Europea, el FMI y el Banco Central Europeo), los gobiernos han implementado uno de los planes de ajustes más fuertes de la zona. En 2013 fue aprobado un paquete de medidas que no sólo exoneró de impuestos a los organismos internacionales (como la misma Troika), sino que implicó un ataque directo para el pueblo.

A partir de las mismas, cerca de 25 mil empleados públicos pasaron a cobrar un 75% de su salario por un período de 8 meses, luego de los cuales se decidiría si eran o no despedidos. En este marco, perdieron su puesto 595 mujeres encargadas de la limpieza en el Ministerio de Finanzas griego, cuya resistencia se ha convertido en un ejemplo para todos los trabajadores de la región.

Con una media de 50 años de edad y una veintena en el rubro, muchas de ellas inmigrantes y sostenes de familia, estas trabajadoras cumplen hoy un año de lucha contra los recortes salariales y el desempleo. Gran parte de la denuncia de las limpiadoras griegas hace referencia a la benevolencia del gobierno para con las empresas privadas y su política de precarización laboral, como reflejo ante la crisis.

Luego de su despido, de hecho, las compañías de limpieza comenzaron a contratar personal por un promedio de dos dólares por hora, alrededor de 200 dólares por mes, lo cual representa un estado de semiesclavitud para los trabajadores del sector. La represión a la que las sometió la policía no las ha amedrentado: estas mujeres siguen manifestándose frente al Ministerio, un sitio emblemático donde se reúne la Troika, exigiendo su reincorporación y mejores condiciones laborales. A pesar de haber logrado recientemente que un juzgado ordenara su regreso a planta, el gobierno apeló la decisión a la Corte Suprema, la cual se negó a devolverles su sustento. Incluso muchas fueron víctimas de amenazas y violencia física.

El despido de estas 595 limpiadoras pone de manifiesto el entramado de intereses conformado por el gobierno, las empresas y los organismos internacionales, que pretende que los costos de la crisis recaigan sobre las espaldas de los trabajadores. A su vez, expone la vulnerabilidad específica que padecen las mujeres –sobre todo, las inmigrantes-, que en Grecia experimentan un record histórico de 62% de desocupación. Pero, sobre todo, la lucha de las limpiadoras muestra que la resistencia es posible.

Entendiéndose como parte de la clase obrera afectada por la crisis, las trabajadoras han levantado una campaña de solidaridad internacional que ya ha conquistado la simpatía de muchos sectores. Así, se han convertido en una verdadera referencia de lucha para miles de hombres y las mujeres.