Más allá de la propaganda de Putin, la ultraderecha es un problema real en Ucrania y tiene sus nexos con militantes de la extrema derecha europea que comienza a radicalizar sus acciones.
Diego Sacchi @sac_diego
Viernes 1ro de abril de 2022 09:55
De esos temas hablamos en la columna sobre noticias internacionales del programa de radio El Círculo Rojo, que se emite todos los jueves de 22 a 24 hs por Radio Con Vos.
Unas dos semanas atrás, el sábado 19, se conoció la noticia del asesinato en París del ex jugador de los Pumas, Federico Aramburu.
El hecho al principio parecía un caso policial con repercusión en el mundo deportivo, pero a medida que se conocieron los detalles surgieron otras aristas.
El principal sospechoso es Loïk Le Priol, de 27 años, un francés militante de extrema derecha y exmiembro del cuerpo de élite de la Marina francesa, participó en operaciones en Malí y Yibuti entre 2013 y 2015.
Un dato importante fue dónde lo detuvieron: en Hungría, muy cerca de la frontera con Ucrania.
Le Priol se dirigía a “combatir” a Ucrania, como está pasando con varios grupos de extrema derecha en Europa respondiendo al llamado de organizaciones paramilitares ucranianos, tal vez el más conocido es el Batallón Azov.
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Este “batallón” es un grupo ucraniano de extrema derecha que se fundó en la ciudad de Mariúpol, en la costa noreste del mar de Azov, con el estallido de la guerra del Donbás en 2014. En sus inicios fue financiado por oligarcas como Ígor Kolomoiski, magnate de la energía, y ahora depende del Ministerio del Interior.
No es nuevo que en Ucrania los grupos de extrema derecha tengan un rol importante, fueron protagonistas en el Euromaidan de 2014, de las que hable el programa pasado.
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Lo nuevo que está generando preocupación es que las organizaciones de extrema derecha intentan aprovechar la guerra para fortalecerse políticamente en cada país.
El diario The New York Times cita una comparación “La inestabilidad en Ucrania ofrece a los extremistas supremacistas blancos las mismas oportunidades de entrenamiento que la inestabilidad en Afganistán, Irak y Siria ha ofrecido durante años a los militantes yihadistas”.
La “preocupación” de los gobiernos de las principales potencias europeas es que estos militantes de ultraderecha vuelvan de la guerra en Ucrania mucho más radicalizados, a países donde la extrema derecha comienza a tomar protagonismo político.
Esta preocupación no impide que estos sectores de ultraderecha hayan tenido apoyo occidental. El sitio Al Jazeera pone un ejemplo: “En junio de 2015, Canadá y Estados Unidos anunciaron que sus propias fuerzas no apoyarían ni entrenarían al regimiento Azov, citando sus vínculos neonazis. Sin embargo, al año siguiente, Estados Unidos levantó esta prohibición bajo la presión del Pentágono".
No solo en Ucrania hay ultraderechistas, en Rusia esos grupos comenzaron a tomar la Z que tienen los tanques y camiones rusos, que invaden tierra ucraniana, como símbolo del apoyo al gobierno de Putin.
La guerra en Ucrania puede terminar radicalizando a sectores de la ultraderecha, pero si se fortalecieron fue aprovechando las políticas de ataque a derechos sociales, antimigrantes y racistas que durante años aplicaron los Estados europeos.
Diego Sacchi
Nacido en Buenos Aires en 1977, militante del Partido de Trabajadores Socialistas desde 1994. Periodista, editor en la sección Internacional de La Izquierda Diario y columnista de temas internacionales en el programa de radio El Círculo Rojo.