Mensajes telefónicos interceptados por las investigaciones de la Operación Lava-Jato indican relaciones entre el actual ministro Jaques Wagner con Leo Pinheiro, expresidente de la empresa OAS y uno de los condenados por ser parte de los esquemas de corrupción de Petrobras.
Sábado 9 de enero de 2016
Los mensajes de texto interceptados apuntan a las relaciones del empresario de la contratista OAS con el ministro Jaques Wagner, miembro del PT y exgobernador de Bahía, que además involucra a otros nombres importantes ligados al mismo partido que, así como Wagner, aún no están involucrados en la Operación Lava-Jato, como Fernando Haddad, actual intendente de San Pablo, y el presidente de Petrobras, Aldemir Bendine.
La declaración de Wagner sobre “estar con su conciencia tranquila por su actividad institucional exclusivamente basada en la defensa de los intereses del estado de Bahía y Brasil”, en lugar de una salida diplomática, por la tangente, del que es considerado uno de los dirigentes “más poderosos del país” nos deja un discurso que suena ridículo, uno más de un político salpicado por el lodo de los escándalos de corrupción.
Días antes de estas noticias, Jaques Wagner también fue parte de la danza de escándalos del año nuevo y tuvo su papel como gran figura del PT. El petista salió en defensa de Dilma desafiando al presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha y al mismo tiempo reconociendo que el PT se “ensució con el poder”. Pero en verdad, esta supuesta ambigüedad en sus declaraciones expresa la desesperación del PT por no terminar ahogado en el naufragio de la popularidad del gobierno, esbozando algunas “críticas fingidas” al gobierno del cual es el principal pilar.
Y no solo el PT danza en este escenario nacional donde cada día se elabora un mosaico de la crisis política. También el PMDB encara sus disputas internas encarnizadas, las alas “progobierno” y las “proimpeachment”, para la decisión sobre quién asumirá el liderazgo partidario. El PSDB no está por fuera de este escenario, la condena a 20 años de prisión de su expresidente Eduardo Azeredo, las señales que apuntan a Aécio Neves y los “votos” de Fernando Henrique Cardoso para el año nuevo, son todas escenas de un partido que no convence a nadie ni trasmite confianza.
La indignación de Jaques Wagner con la noticia filtrada sobre su relación con Leo Pinheiro demuestra el cinismo que sella el mosaico de pequeñas piezas de la política que engendra el régimen podrido de esta democracia de los ricos. Estos partidos del orden buscan a toda costa mantener el juego a su favor y de aquellos a los que se venden, los grandes capitalistas. Tanto es así que en el plano económico, Dilma no esperó el receso y ya emitió varios decretos (MP) para que las empresas vinculadas a los escándalos de corrupción de Petrobras puedan continuar con sus negocios sobre los recursos públicos, sin demoras.
Los capítulos de la novela se incrementan cada vez más con ataques a la población, donde todos los actores se unifican para oscurecer el futuro de la juventud, eliminar puestos de trabajo y la reducción salarial de los trabajadores, además de destruir los derechos más básicos, como el derecho a la seguridad social después de una vida de trabajo, humillación y abandono.
También en el terreno de la lucha de clases el país ha tenido muchos episodios nuevos y alentadores: los conflictos obreros que se desarrollaron luego de que la juventud ocupara las calles en Junio de 2013, dando la primera lección de lucha y que vencer es posible. Y luego la marea naranja de los trabajadores recolectores de basura (garis) de Rio de Janeiro profundizó la resistencia de los trabajadores de las montadoras y de la educación, poniendo en movimiento una vez más de la juventud, que esta vez no solo fue a las calles sino que se organizó en las escuelas, en San Pablo y ahora en Goiás, resignificándolas y derrotando a unos de los actores que aparecía como invencible: el gobernador de San Pablo Alckmin.
Gana fuerza también la lucha contra el aumento de la tarifa del transporte colectivo. Y la juventud una vez más al frente. Junto a los trabajadores muestran el camino para enfrentar tanta podredumbre. A partir de la fuerza de la movilización, la juventud y los trabajadores pueden poner en marcha un movimiento para imponer con la lucha una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, que cuestione profundamente los privilegios de estos políticos, sus salarios millonarios y que pueda debatir los grandes temas nacionales, terminar con los ajustes, cuestionar la barbarie del latifundio y la verdadera devastación que hacen los países imperialistas con nuestros recursos naturales y nuestra cultura.