Hoy la comunidad educativa del colegio Tupac Amaru II de San Martin -donde doy clases- se conmovió al oír la terrible noticia del asesinato de Verónica Di Bernardi de 17 años a manos de su novio. Otra jovencita como Melina Romero o Araceli Ramos. Otra vez una joven mujer asesinada como fue en el caso de Valeria Jofre de la UNSAM.
Jueves 2 de julio de 2015 13:58
Y aunque conocemos los números del horror- una mujer es asesinada por el sólo hecho de serlo cada 30 horas-, cuando esas cifras, ya de por sí escalofriantes, son imágenes, rostros, historias, circunstancias, anécdotas; es un ahogo, es bronca, son lágrimas.
A todas nos dolía el estómago y tratábamos de explicar con un nudo en la garganta (cada cual a su manera y con sus propias ideas) lo que para muchos es inexplicable, absurdo.
Los docentes sabemos que convivimos atravesados día a día, clase a clase, con problemáticas brutales que parten a la juventud. Somos los que conocemos lo que piensan y los que les pasa. Sin embargo, la muerte siempre es una cachetada de una injusta realidad, y más cuando son por casos como los de Verónica. El femicidio. Y muchas veces, en medio del dolor, también es necesario atacar el sentido común, que no es otro que el "sentido" que le encuentra la propia cultura machista.
Lejos de un hecho individual como pretenden tratarlo quienes lo reducen al ámbito "doméstico" o familiar; o incluso desde la misma institución escolar cuando pretenden circunscribirlo en las cuatro paredes de esa institución; la violencia machista, es un problema social producto de una sociedad en la cual las mujeres somos víctimas de la opresión de género.
El mismo día que Verónica fue asesinada por su novio, también moría en la provincia de misiones, Blanca Ávalos, que recibió un balazo por parte de su marido en enero de este año y estuvo internada luchando por su vida. El domingo pasado, en la ciudad bonaerense de Salliquelo, fue hallada muerta en un baldío Verónica Maravarreia, una joven de 20 años. Los femicidios ocurren día a día. Por goteo se cobra la vida de cientos de mujeres por año. En 2014 se denuncian 277 y en la provincia de Buenos Aires, 91.
El Estado, los gobiernos y la justicia, son responsables
No hay un punto final, pero tampoco hay lugar para la indiferencia o la naturalización. Poco tiempo paso de la enorme movilización en las puertas del Congreso donde miles de mujeres dijimos #NiUnaMenos. Fuimos decenas las docentes de San Martin, como también las jóvenes estudiantes y mujeres en general que dijimos presente para terminar con este verdadero asesinato.
Frente a cada hecho de violencia contra la mujer la única salida es afianzar la organización y la lucha contra esta sociedad patriarcal, como luchar por nuestros derechos. Por esto venimos impulsando la Ley Nacional de emergencia. Es indignante que mientras todos los políticos y funcionarios declaran su compromiso contra los femicidios, no se resuelvan cuestiones básicas para enfrentar la problemática como los refugios transitorios o un Plan de Viviendas para las mujeres que padecen la violencia de género.
Tampoco existe garantía alguna en lo que respecta a las Licencias laborales o subsidios para poder enfrentar las necesidades económicas que plantean la autonomía de la mujer su inserción y permanencia en el ámbito laboral o su inclusión en planes y programas de promoción social y asistencia de emergencia. Con el estado actual de cosas ser pobre y sufrir violencia de género es una condena a muerte.
Por estas horas terribles, la mayor solidaridad y apoyo a la familia de Verónica, a los amigos y amigas y a toda la comunidad educativa del Tupac. Desde la agrupacion de jovenes del Tupac "marita veron" estan convocando hoy a las 18 hs. a la puerta del colegio Mitre 5035 en Villa Ballester planteando: " Estamos llenos de impotencia. Por eso mismo invitamos a todos los familiares, amigos, conocidos de Veronica a que se sumen a este grito de justicia. Porque la violencia deja marcas, pero no verlas deja femicidios. Ni una menos".