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Red Internacional
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POLÈMICAS POR EL CONSUMO DE DROGAS. Un debate que retorna sin avance

Los declaraciones del titular de la SEDRONAR, Juan Carlos Molina, volvieron a poner en la agenda la discusión sobre cómo legislar el consumo de sustancias psicoactivas. Pero todo indica que, nuevamente, no pasara del estadio del debate.

Rosa D'Alesio

Rosa D’Alesio @rosaquiara

Viernes 3 de octubre de 2014

Mientras los sectores prohibicionistas utilizan las declaraciones de Molina, quien dijo que si por él fuera despenalizaría el consumo de cualquier sustancia, para hacer campañas represivas. Algunos funcionarios del gobierno apoyaron los dichos de Molina. Pero lo cierto es que el gobierno nacional prometió en reiteradas oportunidades llevar al Congreso el debate sobre las posibilidades de despenalizar el consumo y avanzar en una legislación menos represiva.

A mediados del 2012 un plenario de comisiones de Diputados discutió un proyecto de ley para despenalizar el consumo y la tenencia para consumo personal. El debate no prospero y fue cajoneado, a pesar que contaba para avanzar con un fallo favorable de la Corte Suprema de Justicia.

El 25 de agosto del 2009 la Corte Suprema de justicia dictó como inconstitucional el artículo 14, segundo párrafo, de la ley 23.737, con lo cual dejó sin efecto la sentencia, apelada, en el caso Arriola. Los ministros de la Suprema Corte, apoyados en el artículo 19 de la Constitución Nacional, concluyeron que una persona puede estar habilitada para consumir estupefacientes en el ámbito privado. El fallo abarca no solo a la marihuana, sino a todas las drogas conocidas. Sin embargo la legislación vigente habilita detener a consumidores, incluso los que en ámbitos privados cultiven su propia planta para consumo personal.

Un debate mediático

El actual debate tampoco llegara al Congreso, aún cuando Capitanich sostuvo que el Gobierno tiene la intención de modificar la actual ley de estupefacientes, porque según trascendió ante la prensa, no cuentan con el apoyo suficiente, incluso dentro del FpV, para impulsar esta reforma.

Mientras tanto los curas villeros enviaron una carta a la Presidenta, donde manifiestan su oposición frente a cualquier avance legislativo frente al consumo de sustancias. En la carta, además, agradecen la ayuda que de distintos modos presta el gobierno nacional, "en particular con la firma a través de Caritas Argentina del convenio con la SEDRONAR”.

Otro de los que prohibicionistas que habló fue el presidente de la Corte Suprema de la Nación, Ricardo Lorenzetti quien dijo "No se puede pensar que se va a vender droga en un kiosco o que se podrá tomar cocaína, y a la vez se prohíbe fumar; me parece un mensaje contradictorio” y agregó "Primero hay que implementar una política de Estado para combatir el narcotráfico", poniendo también el acento en buscar salidas represivas.

Mentiras para no avanzar en la legalización

Los que se oponen a la legalización lo hacen en nombre de la salud y la protección de los sectores más vulnerables, igualan consumo con adicción. Juan Carlos Damín, jefe de Toxicología del Hospital Fernández y jefe de Cátedra de la Facultad de medicina de la UBA, dice que para ser adicto se debe poseer “una estructura psiquiátrica para enfermarse” y que “se puede hacer un uso recreativo de la droga” y agrega “Un chico que fuma un porro de vez en cuando no es un adicto, tampoco el que toma cuatro pastillas de éxtasis por año, e incluso a la guardia llegan chicos con una intoxicación aguda y no por eso son adictos”. Damin insiste, sólo “un porcentaje muy pequeño de las personas del universo de consumidores pueden considerarse como adictos”. Y aporta otro dato “En el Hospital Fernández, el 54 por ciento de las urgencias por intoxicación es de personas alcoholizadas y el 6 por ciento por psicofármacos. Así, las principales causas de intoxicación son sustancias legales. Recién en tercer lugar se encuentran la cocaína y la pasta base con cinco por ciento cada una. El porcentaje de adictos que no se recupera es mínimo”

Psicoactivos legales

Los psicofármacos que más se consumen son las pastillas para dormir, pastillas para evitar estar tristes, para superar duelos o traumas, para controlar la ansiedad, para enfrentar el encuentro social. Durante el 2013 en Argentina el consumo de ansiolíticos creció más de 5%. El Alplax lidera el ranking, luego le siguen Clonagin 2,9 millones; Rivotril 2,4 millones; Tranquinal 1,3 millone; y Neuryl 1,1 millones.
En 2012, la intoxicación por ingesta de medicamentos fue la segunda causa de atención en la guardia de la división de Toxicología del hospital Fernández. Allí se asistió a 3105 pacientes, de los cuales 271 fueron por consumo de medicamentos, detrás de la intoxicación por alcohol, con 1107 casos.

Damín, sostiene que "llama mucho la atención el alto consumo de Clonazepam (Clonagin y Rivotril) en nuestro país, que, calculado por número de habitantes, es uno de los más altos del mundo, aunque se trata de una medicación con indicaciones muy precisas. La cantidad de cajas que se venden es absolutamente excesiva. Esto se ve reflejado en las estadísticas de nuestro servicio, donde este tipo de medicamentos es la segunda causa de intoxicación en las guardias".

El jefe del hospital Fernández indicó que "otro tema preocupante es la venta de Sildenafil (el popular Viagra, que también se comercializa con los nombres Magnus y Vimax), si tenemos en cuenta que se lo está usando indebidamente, ya que la única indicación es la disfunción sexual como enfermedad. Y que se lo vende sin receta en farmacias y hasta en quioscos", aseguró Damin.
Son siete millones las personas que consumen psicofármacos y 20 millones las recetas que se hacen por año.

Venta libre

Lo que falta en el debate es que muchos de los chicos pobres, en particular los que viven en la calle, no acceden a sustancias ilegales. Consumen productos de venta libre, como pegamentos o solventes. Ellos dicen que este consumo le saca el hambre y el miedo a la calle. Según mapeos cerebrales, realizados por especialistas de la salud, dan cuenta que estos productos son muy nocivos y producen: exaltación momentánea y euforia; sensación de bienestar; depresión progresiva del sistema nervioso. Los daños: disminución de la memoria, trastornos en la conducta (hiperactividad, impulsividad). Encefalopatías, ataxia cerebelosa (trastornos del equilibrio), neuropatía periférica (degeneración de los nervios de las extremidades), parkinsonismo.
También nos encontramos con policonsumos como la mezcla de alcohol con las pastillas del abuelo (psicofármacos o medicación para el párkinson). Los sectores sociales más pobres mezclan vino, paco y pegamento, los de clases media y alta combinan bebidas energizantes con vodka y ansiolíticos.

La legalización se impone como la única salida realista frente al narcotraficante y los trastornos que traen los consumos compulsivos de sustancias. Por un lado porque los sectores populares acuden, la mayoría de las veces, a mercenarios que venden sustancias adulteradas, lo que pone en riesgo su salud. Por otro lado la legalización de todas las drogas sería un paso importante en la dislocación de este sangriento negocio. La prohibición es un negocio que ofrece alta rentabilidad a los capitalistas que asociados a bandas criminales, fuerzas policiales y de gendarmería, que junto a jueces y políticos integran el negocio del narcotráfico y del lavado de dinero. Y lo peor es que van en busca de los jóvenes más vulnerables para incorporarlos a su criminal negocio. Por esto es que el actual debate no avanzara a favor de los sectores más vulnerables. Estas discusiones sobre discursos concluyen en políticas de mano dura y criminalización de la pobreza.