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Red Internacional
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CÖRDOBA. Un debate sobre la jornada laboral de seis horas

Viernes 13 de febrero de 2015

En la sección Negocios del pasado día domingo del diario La Voz del Interior se puede encontrar un artículo dedicado a la propuesta de la jornada laboral de 6 hs.

Desde nuestro punto de vista encontramos bastante escueto el debate abierto. En primer lugar, y principalmente, porque la voz que más interesaría escuchar, la de los principales implicados, los trabajadores, está ausente del debate.

Desde ya que la lucha por la reducción de la jornada laboral y el reparto de las horas de trabajo es una de las tareas principales del Movimiento Obrero. Pero ésta no puede venir de reformas del estado capitalista, ya que las mismas sólo se hacen en pos de aumentar la productividad y la ganancia de los empresarios. Para ilustrar esto que señalamos, analizaremos 3 ejemplos de jornadas de 6 hs. Dos de ellos han sido establecidos por los empresarios y uno fue conseguido por medio de la lucha de los trabajadores.

En dos de las tres plantas del Centro Industrial Córdoba de Volkswagen, por acuerdo con la burocracia del SMATA, se cambió el convenio de 8hs a un convenio de 6.18hs. ¿Significó esto menos trabajo para los obreros? El convenio de 6.18hs elimina por completo el derecho al almuerzo-cena por un lado, y los descansos durante la jornada laboral por el otro. No solo eso, mientras la producción del convenio de 8hs es de 500 cajas por turno, la producción del convenio de 6hs es de 600. No solo no se redujo la carga de trabajo sino que se aumentó en 100 cajas más. Al contrario de lo que se pensaría, la innovación tecnológica no trajo aparejada un menor esfuerzo para los trabajadores sino que mantuvo los mismos problemas de salud que implican el trabajo repetitivo constante: hernias de disco, tendinitis en brazos y hombros, varices en piernas de estar durante 6 hs parado y estático. Asimismo, según los informes internos, la carga de trabajo -la cantidad de esfuerzo/movimientos que realiza un operario por hora-, se incrementó al máximo establecido por la Ley de seguridad laboral, el 84%. Vale la pena aclarar que, sumado a esto, el salario se redujo un 10%, mientras la ganancia capitalista se incrementó al 160%.

Vamos al segundo ejemplo. Es de común conocimiento que los Call centers, contratan trabajadores con jornadas laborales de 6hs, por una decisión exclusivamente propia. ¿Ha significado esto una ventaja en la calidad de vida de los trabajadores? Arranquemos, porque los ritmos de trabajo dentro de los Call centers son bestiales, al punto que está cronometrado hasta el tiempo que se utiliza para ir al baño. No solo eso. Se contrata principalmente jóvenes estudiantes, sin experiencia laboral, y ante la ausencia de cualquier tipo de representación gremial –o con la complicidad de las existentes-, sus derechos son pisoteados todos los días por las patronales. La insalubridad está a la orden del día también. No solo en deterioro físico por tendinitis o problemas auditivos, sino también por graves problemas psicológicos. Finalmente, los salarios se ubican en la mitad de la Canasta familiar básica, mientras las empresas –multinacionales y socias locales- se llenan los bolsillos.

El tercer ejemplo, es el de los trabajadores del Subte de la ciudad de Buenos Aires. El texto de Celeste Rouspill sobre la historia del Subte es muy claro: "En septiembre se otorgó la jornada de 6 horas para los “ámbitos calificados como insalubres dentro del subte”: los conductores, guardas, el personal de los túneles y mantenimiento [...] los trabajadores dejaron en claro su intención de seguir luchando para que la jornada de 6 horas se extienda hacia el resto de los trabajadores del subte que no habían sido afectados por esta resolución.

En abril de 2004, después de 4 días de una dura huelga, los trabajadores lograron la jornada laboral de 6 horas para todos los trabajadores del subte.

Una vez reconquistada esta gran demanda, los trabajadores continuaron su
lucha por conseguir el dictamen de insalubridad, lo que implicaba que los trabajadores pudieran jubilarse a los 55 años de edad y a los 30 de aportes."

¿Cuál es el objetivo de estos ejemplos? Contrariamente a lo que la nota de La Voz del Interior nos quiere hacer creer, la reducción de la jornada laboral viniendo de las empresas o de sus representantes en el estado, nunca se puede hacer en interés de los trabajadores. Sólo servirá para incrementar la ganancia y la productividad capitalista. Pero además resulta irónico plantear el debate (desde el punto de vista empresarial) en un país que tiene casi un 40% de trabajo informal, donde la mayoría de los trabajadores ganan menos que la Canasta familiar básica. Donde los contratos basuras son moneda corriente, con jornadas laborales de hasta 12 y 14hs diarias en algunas ramas, sin pago de horas extras. Donde es ampliamente conocido que aún existe el trabajo esclavo y el trabajo infantil, como ocurre, por ejemplo, en la industria textil con sus talleres de inmigrantes.

Así, la lucha por la reducción de la jornada laboral, por un verdadero mejoramiento de la calidad de vida de los trabajadores, por el reparto de las horas de trabajo solo puede venir de la mano de la lucha de los propios trabajadores. Sólo de esa forma puede garantizarse que una reducción de la jornada de trabajo permita mejorar la calidad de vida de los trabajadores. Contrariamente a lo que plantea Andrea Pujolen el mismo suplemento dominicial, de que la burguesía y su estado puede tomar esa reivindicación para “humanizar” al trabajo y “hacerlo un trabajo mejor organizado, y menos agresivamente competitivo”, más de 150 años de capitalismo han demostrado que eso no sucederá.

La lucha por una menor jornada de trabajo es una bandera histórica de la clase trabajadora. No sólo en Argentina sino en todo el mundo, como lo muestra la historia del 1º de Mayo, conmemoración nacida en homenaje a los Mártires de Chicago que encabezaron la lucha por las 8hs de trabajo. Hoy sigue estando planteada esa pelea. Como lo demuestra la lucha de los trabajadores del Subte solo mediante la organización y la lucha es posible arrancarle e imponerle ésta y nuestras demás reivindicaciones a la burguesía.