Estudiantes, auxiliares y docentes pusieron en pie una coordinadora para seguir de cerca la situación de la comunidad educativa ante las dificultades pedagógicas y sociales que se profundizan con la cuarentena.
Viernes 22 de mayo de 2020 14:00
Foto: Escuela de Arte de Berisso
Desde que arrancó el año, con la llegada de la pandemia y el aislamiento obligatorio, vimos que los problemas que el año pasado nos preocupaban, nos explotaron en la cara.
Desde Contraimagen en el Centro de Estudiantes de la Escuela, impulsamos la coordinadora en la Escuela de Arte de Berisso con docentes, auxiliares, preceptoras y estudiantes, porque teníamos que pensar un plan para que al volver de la cuarentena las aulas no estén vacías. Para que nadie deje sus estudios porque se quedó sin laburo o sin comida. Para exigir mejores condiciones, porque los auxiliares no llegan a fin de mes y porque los docentes no dan abasto. Teníamos que organizarnos juntos y con la coordinadora llegaron las primeras respuestas.
Nos juntamos dos veces con más de 50 compañeros y compañeras y discutimos como seguir, cuáles eran los principales problemas y sobre todo como organizarnos. Hicimos un relevamiento que hoy completaron 240 estudiantes y votamos exigir al gobierno lo que necesitamos. Alimentos para quien lo necesita, becas y dispositivos de conexión para hacer efectiva la continuidad pedagógica. En ese camino nos reunimos con las autoridades de la escuela, les planteamos que tenía que haber flexibilidad en esta situación excepcional. Que no se puede permitir que haya estudiantes que pierdan la regularidad cuando no están dadas las condiciones para la gran mayoría de seguir cursando como antes. Y que estén a la cabeza de la gestión con el municipio y el Gobierno Provincial de hacer el pedido de alimentos.
Recientemente nos recibió la presidenta del Consejo Deliberante de Berisso, Vanesa Queyfer, y le llevamos cada uno de los planteos que votamos, frente a los que se comprometió a responder y transmitir nuestros reclamos al poder ejecutivo. También realizamos una charla de forma virtual, que estuvo a cargo de docentes de la Escuela que son parte de la coordinadora donde intentamos poner un marco teórico en debate, que sirve de base a la coordinadora. En este camino seguimos pensando poner a la Escuela como un espacio de organización.
Todos los días vemos como el gobierno negocia pagar miles de millones de dólares a deudas o sacar ese dinero al exterior; vemos como se ayuda a las empresas que suspenden y despiden (Techint es un caso emblema) en vez de tocarle sus ganancias. Acá cerca pasa lo mismo, suspenden y despiden. En YPF obligan a renunciar a sus trabajadores, y en SIDERAR suspenden con rebajas salariales. Muchos de esos trabajadores estudian en nuestra escuela. Las empresas se llenan de guita usando a los trabajadores y el gobierno habla pero no hace nada. Mientras, los de abajo estamos cada vez peor. Ramona, de la Villa 31 se murió por pobre, en medio de una pandemia, pero por pobre. ¿Qué pasa en los barrios de Buenos Aires? ¿Y en Berisso? La realidad no es muy distinta.
A partir del relevamiento que hicimos en la Escuela se ven los resultados. Por ejemplo, de 240 personas, más de 50 están sin laburo y más 70 necesitan alimentos. Lo que pasa en la escuela es un pequeño reflejo de lo que se ve en los barrios más pobres de Berisso. O sea, la cuarentena también es desigual.
Tenemos el desafío de ampliar la coordinadora que impulsamos desde Contraimagen, actual conducción del CEEAB, para dar una pelea profunda en defensa de la educación pública. Esta lucha es inseparable de la pelea por terminar con la precarización laboral, porque los docentes cobren un salario digno, porque los auxiliares y preceptores lleguen a fin de mes, por que todos tengan comida en su mesa todos los días. Es defender el derecho a que los trabajadores y sus hijos puedan estudiar. Para que en las escuelas, como en la Media 1 de Berisso, alcance la comida para todos los pibes, cuestión que no sucede. Lograrlo depende de nuestra organización y de hacerla cada vez más grande.