La formación neorreformista realizó elecciones internas este fin de semana para elegir un nuevo líder en reemplazo de Alexis Tsipras que renunció tras la derrota del partido en la elecciones de este año. El triunfo del empresario y banquero Stefanos Kasselakis confirma el giro a derecha tras años de deriva oportunista.
Lunes 25 de septiembre de 2023 12:48
El empresario Stefanos Kasselakis fue elegido nuevo líder de la formación neorreformista Syriza, el principal partido de oposición griega, en la segunda vuelta de unos comicios internos celebrada el domingo para nombrar al sucesor del exprimer ministro Alexis Tsipras en la presidencia de la formación.
Tras el escrutinio de los más de 130.000 votos emitidos por los afiliados del partido, Kasselakis, un empresario e inversionista en el sector marítimo, reunió el 56,7 %, frente al 43,3 % de su principal rival, la diputada y ex ministra de Trabajo Efi Ajtsioglu.
El también exempleado de Goldman Sachs declaró la victoria en la misma noche del domingo, frente a la sede de Syriza en Atenas, mientras que Ajtsioglu reconoció su derrota y felicitó al ganador.
"Hoy la luz ha ganado y la esperanza se está convirtiendo en nuestro futuro conjunto", dijo el nuevo líder de Syriza, en una alocución bastante opaca y sin definiciones políticas. Durante su fugaz campaña para conseguir el puesto tampoco había realizado declaraciones de fondo sino que más bien actuó como un influencer, lanzando su candidatura en redes sociales, desde donde contó algunos momentos de su vida, desde su infancia, y donde declaró abiertamente su homosexualidad, convirtiéndose en el primer líder político en hacerlo en la historia de Grecia.
La elección de Kasselakis, que tiene lugar después de que Alexis Tsipras dimitiera a la presidencia del partido tras la debacle sufrida en las elecciones legislativas que celebró Grecia a fines de junio pasado, dejaron desconcertados a muchos de los militantes de Syriza, que ven como el partido ya va camino a convertirse en una formación directamente de centro.
Con 35 años de edad, Kasselakis es un liberal en lo que se refiere a la economía y los derechos sociales, fue educado desde los 14 años en Estados Unidos y se graduó en Finanzas en la Universidad de Pensilvania tras conseguir una beca. Se hizo miembro del partido hace tan solo un mes, y se presentó como un hombre que salió adelante por su propio esfuerzo individual y como la "única opción" con posibilidades de desbancar del poder al actual primer ministro, el conservador Kyriakos Mitsotakis.
Confirmando el definitivo giro a derecha de la formación, Evangelos Antonaros, ex diputado del partido gobernante de centro-derecha Nueva Democracia, que se presentó con Syriza a petición de Tsípras en mayo, dijo: “Apoyamos a Kasselakis porque quiere mover el partido hacia el centro, el terreno que Syriza perdió en las últimas elecciones. Se restablecerá con mentes y puertas abiertas”.
“Este es el fin de la izquierda de Syriza tal y como la conocemos”, declaró Stelios Kouloglou, eurodiputado de Syriza, a The Guardian. “Ese partido ha muerto esta noche. Kasselakis hará grandes cambios y en el futuro se harán estudios de casos porque lo que ha conseguido es impresionante. Apareció casi de la nada y ahora está al mando. Es una locura, un escenario que nadie habría creído hace unos meses”.
En realidad más que una "locura" se trata del resultado lógico de un derrotero de años que empezó con la renuncia a sus primeras promesas de campaña en 2015 hasta la incorporación de personajes como el derechista Evangelos Antonaros en sus listas y la de Kasselakis para pelear por la presidencia del partido.
Recordemos que la formación neorreformista Syriza llegó al poder en Grecia en 2015 con la promesa de terminar con los planes de austeridad impuestos por la llamada Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI) tras la crisis económica mundial de 2008. Esta promesa generó enormes expectativas en la población griega que no solo llevó al gobierno a Alexis Tsipras, sino que votó masivamente en un referéndum ese mismo año para rechazar las ominosas condiciones del rescate económico propuestas por la Troika.
Sin embargo, Tsipras dio la espalda el resultado del referéndum y cerró un acuerdo que implicó un duro plan de ajuste, con recortes y privatizaciones que fueron llevadas adelante por su gobierno, lo que le costó no solo rupturas dentro de Syriza sino la derrota del partido a manos de la derecha de Nueva Democracia tan solo cuatro años después y llegar al peor resultado en 10 años en las elecciones de 2023.
Se trata sin dudas del ocaso de una experiencia, que tuvo réplicas similares en otros países como Podemos en el Estado español, de estas formaciones neorreformistas que llegando al gobierno o siendo parte de gobiernos de coalición (como es el caso en España con Podemos como apéndice del PSOE), se terminan convirtiendo en administradores de los negocios capitalistas.
Este final para Syriza no es más que la consecuencia lógica de las formaciones que habiendo emergido como parte de fenómenos de luchas o indignación y bronca contra las condiciones de vida y los ajustes permanentes, se niegan a avanzar en una lucha seria contra el capitalismo, y se terminan convirtiendo en sus gestionadores, no solo defraudando a quienes los apoyaron, sino girando cada vez más a derecha como parte de la integración plena a los regímenes políticos de sus países.