Un adolescente de 14 años muere en un centro de internamiento después de que le aplicaran “medidas de contención acordes a la normativa”. Un caso más de brutalidad y racismo institucional.
Elías Lavín Madrid
Viernes 4 de marzo de 2022
El adolescente, de 14 años, falleció este jueves en Valladolid después de que fuera reducido por los guardias de seguridad del centro, los cuales le aplicaron “medidas físicas y mecánicas” de contención, tras una supuesta conducta disruptiva.
Este jueves 3, entre las 22:15 y las 22:30, minutos después de ser reducido e inmovilizado por los guardias y “en presencia en todo momento del personal educativo”, fallecía este joven interno del Centro Regional Zambrana para Menores Infractores en Valladolid. El centro afirma que el joven había actuado previamente de forma disruptiva contra el personal y las instalaciones del centro.
El joven llegó a Castilla y León el 29 de noviembre de 2021 y fue ingresado en la residencia juvenil José Montero al constatarse que su madre residía en Túnez y su padre en Sicilia, el 25 de enero fue internado en el Centro Regional Zambrano. Dicho centro, donde fallecería un mes después, dispone de uno de los establecimientos de “área especial de menores con comportamientos graves” antes denominados “reformatorios”.
La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades de Castilla y León, Isabel Blanco, ha planteado que, aunque ya se ha abierto una investigación, las medidas se aplicaron “con testigos” y siempre “conforme a la normativa”. No es la primera vez que un joven de origen extranjero fallece después de que sea reducido “conforme a la normativa” en un centro de internamiento por sus guardias de seguridad. Los casos de Ilias Tahiri en Almeria, en 2019, o el caso de Es Pinaret en Mallorca, en 2015, son solo algunos de ellos. También son conocidos los casos agresiones en comisarías a migrantes, algunos terminan en asesinatos.
Otro caso que demuestra que la brutalidad ejercida en las instituciones reaccinarias del estado como son estos centros de internamiento, verdaderas cárceles para menores, forma parte de los mecanismos de represión racistas y la violencia contra la juventud pobre en el Estado español.
