Gabriel Alejandro Godoy fue asesinado el pasado 25 de abril en Villa Itatí por el policía Emiliano Vicente Paris. Los familiares, amigos y abogados del muchacho reclaman justicia y denuncian amenazas.

Carla Lacorte Integrante del CeProDH | Dirigente del PTS
Martes 2 de agosto de 2016
Para la Policía todos los jóvenes de las barriadas del pueblo trabajador son sospechosos. Gabriel Godoy, un pibe de 15 años, iba caminando por la calle Levalle, cerca de la Villa Itatí de Bernal, con su amigo Eric, de 18. Como sucede en tantos casos de gatillo fácil fueron baleados “por las dudas” por el policía Emiliano Vicente Paris. Gabriel murió prácticamente en el acto mientras que su amigo fue internado en el hospital de Wilde, lugar donde fue detenido. Según está acreditado en las pericias, dos de los balazos que recibió Gabriel fueron por la espalda al igual que el que sufrió su amigo. Para justificar su accionar, el policía, que revista en la DDI/ Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado de Quilmes, sostuvo que los chicos intentaron asaltarlo y que le dispararon mientras estaba estacionado en su camioneta Chevrolet Montana. Sin embargo, su versión se contradice con el hecho de que no hay rastros de balas en la cabina del vehículo.
Aùn con estas contradicciones, el fiscal Andrés Nieva Woodgate se basó únicamente en el testimonio del policía a la hora de actuar. Por ese motivo acusó a los jóvenes de tentativa de robo, motivo por el que Cejas todavía se encuentra detenido, mientras que el accionar policial fue caratulado como “legítima defensa”. Luis Valenga, abogado de la familia de Gabriel Godoy junto a la Doctora Jarque, denunció “Paris armó a su gusto la escena del crimen. Comenzó a amenazar a la gente del barrio que se fue asomando, mientras llegaban los primeros familiares. De inmediato llegó la policía, un patrullero primero y decenas de efectivos después, personal de la Cría. Quilmes 2ª., DDI, Guardia de Infantería, GAD y para no ser menos, un grupo de sus “compañeros de trabajo” de la DDI Drogas Ilícitas que, enseñoreados en la escena del hecho, hicieron y deshicieron a gusto y antojo, a pesar de la prohibición de ley”.
No conformes con esto los Policías le plantaron un arma al padre de Gabriel motivo por el cual el hombre también permaneció detenido durante siete días. Como denuncia Valenga: “Mientras el cuerpo tendido y cubierto por una lona esperaba la morguera para que lo retiren, un episodio increíble hizo que detuvieran al padre, en medio de tanto dolor. Sucedió que mientras aguardaban sobre la vereda, junto a la abuela, la madre y una enfermera que la asistía, el padre, habiendo pedido una frazada para arroparla por el crudo frío reinante, la “mano generosa” que le pasó una frazada, aparentemente incluyó un revólver, el que cayó ni bien desplegó la manta, y provocó su detención inmediata, a pesar de ser completamente ajeno al hecho, según dos testigos presenciales, claves: el policía y el dueño de la casa en cuya vereda ocurrieron los hechos, que se encontraban parados junto a él. Ello no impidió sin embargo que tuviera que pasar por siete (7) días privado arbitrariamente de su libertad, y enfrentar un juicio en flagrancia del que salió absuelto”.
Justicia de clase
Con estos datos uno podría pensar que el fiscal Nieva Woodgate obró “inocentemente”, engañado por las maniobras de la policía. Sin embargo, quienes acompañamos a las madres de la Masacre de la Comisaría Primera de Quilmes , recordamos claramente cuando el funcionario dijo en relación a este hecho “ a veces algunos golpes están bien dados “ y que el “ no iba a mandar detenciones tempranas, para no arruinar la vida de los policías”.
Con este panorama no resulta extraño que Paris se sienta envalentonado para amenazar a la propia madre de Gabriel. El pasado 15 de julio, cuando se dirigía a hacer un trámite en la Secretaría de Desarrollo Social, Paola Núñez se cruzó con el policía asesino que le dijo “yo maté a tu hijo porque era un chorro” y “mírame esta cara, ahora vas a ver lo que les va a pasar a ustedes”.
A tres meses de los hechos los familiares y amigos siguen reclamando justicia.

Carla Lacorte
Carla Lacorte nació el 4 de enero de 1971 en la Ciudad de Buenos Aires. Su padre Miguel Angel murió fusilado en el Estadio Nacional de Chile en septiembre de 1973 tras ser detenido mientras resistía el golpe de Pinochet en el Cordón Industrial de Vicuña Mackenna. Junto a su madre, que escapaba de la represión del Proceso, se radicó en Quilmes. A la salida de la dictadura tuvo una activa participación en el centro de estudiantes del Colegio Nacional de esa ciudad. Integra el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos y milita en el PTS desde el año 2000. Estudiaba Ciencias (…)