Un nuevo informe de Fundación Sol reveló la verdadera cara de los sueldos en Chile, donde las familias trabajadoras, incluso ocupadas, muchas veces no alcanzan siquiera la linea de la pobreza. En el informe también se muestra la realidad que aun continua de la brecha de genero, que no se termina de cerrar y que la crisis solo ha acentuado, y lo mismo para la juventud trabajadora y les inmigrantes
Viernes 12 de agosto de 2022
Según el informe de la Fundación Sol, en Chile el 52,1% del total de personas ocupadas, no podría sacar a una familia promedio de la pobreza [1] (58,8 % en el caso de las mujeres y 47,3% para los hombres), lo cual da cuenta de los elevados niveles de precariedad que existen en el mundo del trabajo. Y es que la mitad de las y los trabajadores en el país ganan menos de $458.000.
Mira aquí el Informe: Los Verdaderos Sueldos de Chile (2022)
La brecha entre sueldos de hombres y mujeres (que es $162.868 mensuales, es decir el 78,3 % del ingreso percibido por los hombres) está lejos de ser eliminada, como lo indica el informe de la Fundación Sol, y donde números indican que además no sólo estamos bastante lejos de lograr paridad en los sueldos entre hombres y mujeres, sino también se suma la juventud y trabajadores migrantes que se encuentran en los sectores más precarizados.
El informe también nos indica que los sectores tercerizados en el país (en su gran mayoría), reciben sueldos con bastante diferencia de trabajadores directamente contratados por las compañías, trabajadores que hacen labores iguales o similares, y siendo las y los subcontratados la gran mayoría, termina siendo un sector que se encuentra con niveles de endeudamiento superiores al promedio, lo que no es una cantidad menor, en este país según el “XXXVII Informe de Deuda Morosa Universidad San Sebastián - Equifax”[ver aquí], se registraron 4.142.633 deudores morosos, y según los datos de la última Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, más del 70 % de los hogares está endeudado.
¿Cómo lograremos terminar con la brecha salarial y el endeudamiento? ¿Qué harán las grandes organizaciones de las y los trabajadores como por ejemplo la CUT para revertir esta situación? ¿Quiénes deben pagar los costos de esta crisis?
La fuerza laboral en Chile está siendo desvalorizada ya que, desde la pandemia hemos podido ver como las grandes transnacionales que hoy arrasan con los recursos naturales y estratégicos del país, han obtenido ganancias enormes, y aún así las trabajadoras y trabajadores del país nos vemos forzados a pagar con nuestros propios recursos la crisis, mientras seguimos tratando de salir de la pobreza y viendo casi imposible salir del endeudamiento.
En la actualidad, vemos que la política de las grandes centrales como la CUT, está lejos de acabar con la brecha y las diferencias salariales, es más el acuerdo “histórico” del nuevo sueldo mínimo se hizo aguas, y las críticas cifras de los sueldos se perpetua y las negocian a puertas cerradas.
Las organizaciones sindicales y de la clase trabajadora, han hecho poco y nada para poder organizarnos, y así poder hacer frente a esta crisis para paliar el costo de la vida, en su mayoría esto debido a la burocracia sindical, que reducen la pelea por nuestras condiciones al lobby que estos tienen con los sectores empresariales.
No podemos esperar la Nueva Constitución para resolver nuestros problemas urgentes
Desde octubre del 2019, sectores de trabajadoras y trabajadores de todo el país, junto con los estudiantes y la juventud salieron a la calle en busca de ser escuchados, para lograr algunos cambios en este sistema neoliberal que hoy tienen a la clase trabajadora precarizada y forzada al endeudamiento.
Los partidos del régimen y de estos 30 años, han hecho caso omiso y no han resuelto las demandas de la rebelión, y las cuestiones urgentes de hoy. Vemos que los mismos sectores que decían apoyar la rebelión, como el Frente Amplio, el Partido Comunista e incluso los sectores de los Movimientos Sociales Constituyentes (MSC) desde la Convención Constitucional, se han cuadrado para mantener lo esencial del Chile neoliberal. Es más, con la Nueva Constitución no se está asegurado que se puedan acabar o seguir con las prácticas que han sido abucheadas por las y los trabajadores, menos cuando vemos que el gobierno de Boric y Apruebo Dignidad (FA-PC), se abrieron a las presiones de la derecha, los empresarios y la ex Concertación para reformar el nuevo texto constitucional una vez votado en el parlamento. Esas mismas condiciones que por años hemos reclamado las y los trabajadores, son las que hoy nos mantienen bajo el manto de la precarización, las brechas salariales y el endeudamiento.
¿Es hoy un avance la nueva constitución para la clase trabajadora?, eso lo veremos con esta nueva cocina que se está preparando entre el gobierno y los partidos oficialistas.
Si bien se reconocen derechos que no había en el texto heredado de la dictadura, vemos que de manera paulatina salen a la luz acuerdos de los sectores políticos del gobierno y la oposición para mantener un margen a favor de la clase empresarial, que durante todos estos años no ha hecho más que mantener al país bajo sus reglas y de los empresarios extranjeros.
Para las y los trabajadores en el texto de la nueva constitución ¿la negociación ramal es un avance en términos de mejorar condiciones y exigencias? En ese sentido puede que lo sea, pero si las grandes burocracias siguen a la cabeza de representar a la clase trabajadora poco y nada se puede obtener, ya vemos como se han adaptado a los ritmos del régimen, el gobierno y los empresarios, mientras millones pagamos una inflación que no da tregua.
Necesitamos un programa de emergencia para que la crisis la paguen los capitalistas y no las familias trabajadoras
Como hemos sido testigos vemos que las direcciones de la CUT y su burocracia ha salido con fuerza a manifestarse a favor del Apruebo, y eso no es más que ilusiones ya que, los cambios a los que apuestan hoy son subordinados a nuevas cocinas para contentar a la derecha y al empresariado, eso mientras la crisis la estamos viviendo hoy, y vemos que nada hacen para apoyar a la clase trabajadora para poder luchar y salir de la crisis, terminar con la brecha salarial y eliminar la línea de pobreza de toda la clase trabajadora que hoy lleva sobre sus hombros los costos de esta crisis.
Lo que las familias trabajadoras necesitamos es resolver ya las urgencias que han deteriorado la economía de millones de familias, por lo que es necesario que las y los trabajadores exijamos a las direcciones de la CUT, impulsar asambleas desde las bases junto a los no sindicalizados y sectores populares, donde discutamos un plan de lucha y un pliego de demandas para sortear la crisis, partiendo por luchar por el aumento generalizado de salarios y pensiones de $650 mil pesos, basta de salarios y pensiones de hambre por debajo de la línea de la pobreza; por el impuesto progresivo a las grandes fortunas para financiar un IFE para todos los cesantes; reajuste mensual de sueldos y jubilaciones según el costo de la Canasta Básica de Alimentos; nacionalización de las empresas de servicios como el Agua, Luz y Gas, terminando con lucro en los servicios de primera necesidad; control de precios en supermercados y grandes distribuidoras, la especulación con los alimentos debe terminar; y por la nacionalización de la banca y monopolio del comercio exterior, los grandes empresarios y familias más ricas del país no pueden seguir fugando capitales al extranjero donde se encuentra sus paraíso fiscales.
[1] En noviembre de 2021, la línea de la pobreza por ingresos en Chile para un hogar promedio de 4 personas, es de $487.982. Si consideramos sólo a las personas asalariadas del sector privado que trabajan una jornada de 40 horas y más, la mediana es $506.685, esto quiere decir que el 44,4 % ni siquiera podrían sacar a un grupo familiar promedio de la pobreza y se hace obligatorio que al menos dos personas trabajen en el hogar.