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Red Internacional
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Pandemia. ¿Un plan para “salvar vidas” o “salvar las ganancias de las empresas mineras”?

El miércoles de esta semana, dio inicio a la mesa de trabajo impulsada por la Intendencia regional de Antofagasta, junto a 40 empresas del rubro minero, energía, servicios y construcción del mal llamado plan “Salvemos Vidas”, el cual busca contener los contagios en las empresas de la minería, energía e infraestructura, a costa de la sobre explotación y mantener los trabajos no esenciales para seguir llenando los bolsillos de los grandes empresarios.

Martín López

Martín López Trabajador del Litio

Viernes 29 de enero de 2021

La instancia presidida por el intendente regional, Rodrigo Saavedra, tiene el objetivo de "contener los contagios" por coronavirus en la región de Antofagasta, buscando volver a los números más bajos que permitió en un momento que Antofagasta estuviese en fase 3. Según la autoridad, el eje central será “salvar la vida de nuestros compatriotas”.

El seremi de Minería de Antofagasta, Alex Acuña (UDI), planteó que el objetivo del Intendente es, a través de recopilación de datos y números de contagios, junto a las medidas que han tomado las faenas mineras, poder recabar información para disminuir los casos sobre todo en Calama y Antofagasta. El seremi es el mismo que durante marzo del año 2020 lanzó las cuestionadas declaraciones que denunció el Sindicato N°1 de Minera Escondida, cuando dijo que “la minería no para, continúa, debe seguir funcionando porque es el motor económico del país y hay que dar respuesta a la agenda social y para dar respuesta a lo que estamos viviendo hoy día la minería es clave” .

Claramente, Acuña no se ha hecho responsable del nivel de contagios, más que de seguir asegurando las ganancias y producción a los capitales transnacionales y grandes empresarios locales a costa de los 5.719 trabajadores contagiados de la minería en la primera ola de Covid-19. Es más, plantea que otro de los objetivos fundamentales es seguir bajando la dotación de trabajadoras y trabajadores en la minería dejando solo a las y los de las operaciones indispensables. Acuña habla como si esta medida no se hubiese tomado anteriormente, sólo Minera Escondida disminuyó durante la primera ola un 30% la dotación de sus operaciones, aún así aumentó su producción a septiembre del 2020 un 2,39%, con más de 890 mil toneladas de cobre, de las que casi un 80% corresponde al concentrado de cobre, lo que se tradujo en US$ 5.198 millones por concepto de ingreso ordinario por ventas.

Foto: Minera Escondida en cambio de turno

Por su parte, Edgar Blanco, ahora subsecretario de Minería, mira con buenos ojos que a nivel nacional la industria minera sólo sea el 2% de los trabajadores pertenecientes al rubro los casos con coronavirus, lo que para él es un número bajo y aún así han logrado mantener una buena producción. La posición del ex Intendente de Antofagasta, no es más que la garantía que los políticos de estos 30 años de saqueo le han entregado a las grandes firmas mineras para seguir extrayendo nuestros recursos estratégicos; ahora con una cara más brutal como es poniendo en riesgo la vida de la familias trabajadoras, porque no es sólo el 2% como plantea Blanco, sino que es más. Esto estaría mucho más claro si se tomase seriamente la trazabilidad y cuántas personas o familias son contactos estrechos de las y los trabajadores mineros y de las industrias ligadas a la explotación del litio y el cobre; no es causal que desde la primera ola las mineras y el Consejo Minero hayan dejado de publicar informes con los niveles de contagios en el rubro.

Son necesarias las Comisiones de Higiene y Seguridad bajo control de los trabajadores: por el cese de operaciones de los servicios no esenciales que a la vez garantice sueldos y trabajos

Las declaraciones de la derecha en la Intendencia, en la Seremi y la subsecretaría de Minería no son más que el reconocimiento de que la minería es un foco de contagio y por ello la revisión y análisis de datos en las faenas.

Además, buscan con sus medida y el famoso plan, seguir resguardando las ganancias de los grandes empresarios de la minería como BHP o el grupo Luksic que casi duplicó su fortuna a US$19.800 millones durante la pandemia. Esto a costa de la sobre explotación de las y los trabajadores con la disminución de operadores, el cual quieren seguir aplicando.

Mientras tanto se aumentan y aseguran las ganancias de la región minera del cobre, hace dos días solo quedaban siete camas críticas en el Hospital Regional de Antofagasta, 21 personas trasladadas por el colapso, y a la escasez de camas se le suma la falta de personal clínico, pero de esto no se hacen responsables los mismo que asegurar las arcas de los grupos económicos.

Así es como aumenta la sobre explotación para quienes siguen trabajando, los contagiados son castigados con despidos o aquellos que pertenecen a la población de riesgo son enviados a sus casas disminuyendo los sueldos vaciando los bolsillos de las familias trabajadoras. Un ejemplo de esto fue el paro durante la semana pasada de los trabajadores de Altonorte, quienes vieron afectados sus ingresos por las políticas intransigentes de la empresa.

Los empresarios no pierden por ni un lado, y es que los mismos políticos de siempre que han mantenido y profundizado la herencia de la dictadura le salvan las ganancias a las firmas mineras como lo han hecho con el saqueo de estos 30 años. El plan más que “Salvar Vidas” debería llamarse “Salvemos las ganancias de las empresas mineras”, a costa poner en riesgo la vida de cientos de miles.

Ante esta situación es necesario que las direcciones de los grandes sindicatos de la minería, las federaciones y confederaciones llamen a asambleas de base, para que las y los trabajadores discutan impulsar Comisiones de Higiene y Seguridad bajo el control de los propios trabajadores junto a profesionales y trabajadores de la salud. Esto para exigir el cese inmediato de las operaciones porque estas no son esenciales y la pandemia lo ha demostrado siendo más un foco de riesgo que un lugar desde el cual combatir la pandemia. Desde estas Comisiones se debe garantizar, chocando con los intereses de los empresarios, el sueldo de todas y todos los trabajadores, incluyendo a trabajadores de planta como contratistas, y licencias pagas con la prohibición de los despidos, mientras son trabajadores y profesionales de la salud quienes determinen cuándo, cómo y en qué condiciones volver a producir.