Este domingo, 1 de diciembre, se conmemora el Día Internacional en Respuesta al VIH desde el año 1988. Hoy, con la motosierra, desfinanciamiento y ajuste, el gobierno nacional de Javier Milei no da respuesta al VIH ni a la salud sexual de la población.
Domingo 1ro de diciembre de 2024 14:04
Hasta hace no mucho tiempo, nuestros primero de diciembre solían ser un día donde las personas que vivimos con VIH estamos, como nunca en todo año, en el espacio público. La mayoría de las veces con un médico o funcionario hablando por nosotres o sobre nosotres. Un número en un boletín epidemiológico que invisibiliza la subjetividad para decirnos que somos más de 140 mil. En los aún pocos espacios que nos permiten hablar, podíamos contar de nuestros diagnósticos, visibilizar cómo es la vivencia con el virus que está en nuestro cuerpo. Hablamos sobre el estigma y la discriminación que sigue existiendo, sobre los tabúes, desinformación y prejuicios que están presentes en los imaginarios sociales.
Un primero de diciembre era el día perfecto para que hablemos del derecho a vivir una sexualidad plena contra el miedo y rechazo a un vínculo sexual o sexo-afectivo por nuestros diagnósticos, visibilizar el vínculo entre el cis-hetero-patriarcado con el binario salud-enfermedad que nos deja en ese histórico rol asignado por el paradigma biomédico-hegemónico del “paciente” receptor. Nos formamos, empoderamos y, así como desde los orígenes de la resistencia y respuesta al sida, los activismos y organizaciones fuimos y somos actores claves para cualquier avance científico y transformación social en VIH, sida e infecciones de transmisión sexual. Les usuaries del sistema de salud estamos ahí, junto a les trabajadores, apostando a la construcción de una salud pública integral.
Empoderades, hablamos también de la falta de políticas integrales que aborden este tema con educación sexual integral en toda la población, con la crítica a las empresas que siguen realizando test de VIH en los exámenes preocupacionales. Hablamos mucho sobre la ley nacional 27.675 de respuesta integral al VIH, las Hepatitis Virales, otras ITS y la Tuberculosis. Ley que tanto nos costó construir y por la que luchamos hasta conquistarla. Ley que hoy no solo no se implementa sino que es desfinanciada, ajustada y vulnerada.
Este primero de diciembre de 2024 es distinto. Nos gobierna La Libertad Avanza y Javier Milei. Su supuesta libertad es sólo para los empresarios que deciden no contratar a una persona por su diagnóstico positivo en VIH y ni siquiera hay un organismo como el Inadi donde realizar la denuncia por discriminación. Es la libertad de los grandes laboratorios farmacológicos de no dar medicación ni menos liberar las patentes que ostentan en función de su sed de ganancias. Es la libertad de las obras sociales y empresas de medicina prepaga de no cumplir con la ley y negar acceso a tratamientos antirretrovirales, estudios de control y hasta herramientas de prevención combinada. Es, sobre todo, una libertad que se da este gobierno de no comprar alguna medicación imponiéndonos el cambio de esquema o llegando a sugerir utilizar medicación vencida de AZT como tratamiento pediátrico para evitar la transmisión de personas gestantes a hijes.
Este gobierno nos obliga a que hoy hablemos de los faltantes de tratamientos que hubo todo el año. Repetimos los nombres: Lamivudina para biterapia, Virontar, AZT. ¿Qué respuesta al VIH puede haber si cuando vas a buscar tu medicación te dan algunas pocas con suerte y tenes que volver a la semana? ¿Es una respuesta cuando te obligan a cambiar de medicación sin saber cómo va a reaccionar tu cuerpo y, sobre todo, sin tu consentimiento? Ni hablar de cuando se tiran la pelota entre el gobierno, la obra social y los laboratorios: siempre quien sale perdiendo es una persona con VIH. Dicen y repiten el “no hay plata”. Si no hay plata, ¿por qué no se liberan las patentes y se desarrolla la producción pública de tratamientos antirretrovirales y preservativos?
Este 1 de diciembre, hablamos de los faltantes de preservativos y métodos anticonceptivos: solo un 14% de los 26 millones de preservativos fueron entregados según la plataforma chequeado.com. No dan información, están fervientemente contra la ESI, los precios de preservativos nunca fueron regulados y la provisión gratuita es poca y nula desde nación. Pero, para ellos, el problema es “la juventud que no se cuida” mientras aumentan las infecciones de transmisión sexual y la única respuesta que tienen es individualismo puro y que cada une se salve como pueda.
A futuro, el panorama parece aún peor. Venimos denunciando, desde el Frente Nacional por la Salud de las Personas con VIH y Hepatitis, cómo el proyecto de presupuesto 2025 ajusta en un 76% totales en términos de dólares el programa 22 destinado a VIH, Hepatitis Virales, otras ITS y Tuberculosis. Un panorama que, con algunos cálculos estimativos, podemos afirmar que dejaría a cerca de 50 mil personas sin acceso siquiera a la medicación antirretroviral que necesitamos para vivir. ¿Y si yo soy el siguiente? ¿Y si el año que viene no me dan la medicación? Las dudas y miedos recorren a activistas, redes y organizaciones de VIH. Recordamos fuertemente cuando salimos a las calles en el 2019 contra Macri y vamos recopilando datos y experiencias entre distintas ciudades y provincias pero nos seguimos preguntando: ¿Cómo enfrentamos a este gobierno? ¿Qué estrategia nos damos? Sobre todo, ¿cómo hacer para que el miedo de lugar a la confianza en nuestras fuerzas, alianzas y luchas?
La motosierra fue y sigue yendo contra muchos derechos y conquistas. La derecha avanza con un ajuste que, si bien podemos partir de pensar en VIH, afecta al conjunto de la salud, de la educación, las jubilaciones y pensiones.Así como hablamos y militamos en el VIH desde su integralidad, pensando en que no se puede adherir a un tratamiento sin un trabajo, alimentación, salud mental e integral, sin vivienda y con estigma y discriminación; el gobierno nos lleva a pensar que con un ajuste integral, nuestras luchas deben contemplar la unidad con otros sectores, levantar juntes distintas banderas con la integralidad e interseccionalidad que la respuesta amerita. Ellos van por todo.
Este ajuste y desfinanciamiento actual, así como lo proyectado para el próximo año no puede pasar sin la complicidad de quienes dicen ser oposición pero terminan acordando y pactando con el gobierno. Radicales, peronistas y también los gobernadores de las provincias como Llaryora de Córdoba terminan siendo igualmente responsables. En las provincias realizan compras de preservativos o algunos tratamientos manteniendo no solo el silencio ante el ajuste sino avalando el mismo. En el congreso, ya vimos cómo actuaron: votaron la ley bases, avalaron los DNUs y los vetos. La burocracia sindical ya sabemos qué rol cumple: cómplices del ajuste, la represión y los ataques sin convocar a un paro ni plan de lucha hasta derrotar a este gobierno. A la burocracia universitaria también la vimos intentando frenar el proceso, que no se le vaya de las manos y se amplíen las asambleas y tomas.
En este sentido, distintas iniciativas se vienen haciendo porque “resultan necesarias” pero ¿alcanzan para enfrentar a este gobierno? Una vía es el lobby parlamentario, otra son recursos de amparo y medidas legales en una justicia que viene criminalizando a personas con VIH por supuestamente transmitir el virus desconociendo completamente sobre la temática. ¿Con eso alcanzará para derrotar el plan de ajuste y ataques integrales de este gobierno? Si vemos el rol que tuvo el congreso y la justicia en el último tiempo, ¿por qué se sigue confiando que es en esas instituciones donde podemos conseguir algo para mantener los derechos conquistados o mejorar nuestra situación? Incluso, pensando en la situación económica nacional, ¿cómo podemos mantener nuestros tratamientos si cada vez nos alcanza menos para comer o vivir?
El enemigo nos une pero parece que algunos sectores proponen que nos limitemos a pelear por las demandas propias del VIH e inmediatas y ni pensar en otras luchas que nos atraviesan en la interseccionalidad de nuestro movimiento. Para quienes luchamos contra las injusticias y nos movilizan las causas sociales, este fue un año extremadamente intenso. Aguantar cada ataque, resistir cada ajuste y represión, ver casi a diario con cuál nuevo discurso de odio salen. Agarrar una bandera, una pancarta y salir a la calle. Cacerolazos, algunos pocos paros nacionales de una CGT que siempre duerme la siesta, marchas federales educativas, ronda de jubilades, tomar la facultad y más asambleas que citas.
El próximo año puede ser igual o incluso peor en ataques y con más luchas. Con este preocupante panorama, tenemos un gran desafío: construir un plan de lucha para enfrentar todas las políticas de Milei actuando y visibilizando el ajuste en VIH en espacios en los que no se suele hablar de estos temas. Unirnos y llevar nuestras demandas a esos colectivos, organizaciones y movimientos que, desde abajo y democráticamente, discuten, se movilizan y enfrentan al gobierno nacional. Llámese movimiento estudiantil o universitario, sectores de trabajadores antiburocráticos, los transfeminismos y movimiento de disidencias sexuales, los movimientos de derechos humanos entre muchos otros.
Un gran desafío tenemos por delante: construir espacios colectivos de articulación donde el VIH esté presente pero también el saber que la única cura al virus que reside en nuestro cuerpo, la conquistaremos en las calles. Una cura biomédica para no depender de medicamentos aunque a la industria farmacéutica no le guste y una cura social que termine con las divisiones que nos imponen según un diagnóstico o patología. Este primero de diciembre insistimos: queremos la cura y la queremos ya.