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Red Internacional
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AMLO en su mundo mañanero. Un sexenio "conduciendo" la investigación de Ayotzinapa ¿y los resultados?

Ya pronto terminará su sexenio y AMLO sigue entrampado en "buscar la verdad" sobre la desaparición de los de estudiantes de Ayotzinapa. Su misión de arropar a la cúpula militar le impide avanzar, a diferencia del caso del estudiante recientemente asesinado, en el que responsabiliza a la policía.

Lunes 11 de marzo de 2024

"No vamos a permitir ninguna injerencia, tentación, de querer proteger a los responsables" dijo López Obrador en la mañanera de hoy. No, no se refería al arropamiento de la cúpula militar que se niega a ser investigada por el caso de Ayotzinapa a casi diez años de su participación directa o indirecta en la desaparición de los 43 estudiantes normalistas.

Se refería al asesinato del joven estudiante de hace unos días en un retén policíaco. Incluso negó el móvil de la versión de las autoridades del estado de Guerrero, "él no disparó", dijo, culpabilizando a los policías que ya están a disposición de la Fiscalía General de la República. Aquí sí tiene margen de maniobra, en el caso de Ayotzinapa, según parece, está maniatado. No solo por la cúpula militar, sino por ser las fuerzas armadas el sector más desprestigiado del Estado heredado por Peña Nieto y por ser la tarea número uno de su gobierno reconstruir la pésima imagen que el pueblo tenía al inicio de su sexenio del sector coercitivo del aparato estatal, en la cual ha avanzado mucho, pero Ayotzinapa es una piedrota en el zapato.

Para ello no repara en vaciar las arcas del país para entregárselas a los militares, nombrándolos administradores de los grandes megaproyectos. Desafortunadamente sin saberse a ciencia cierta si han utilizado apropiadamente los recursos, si los generales pueden o no ser auditados por instancias civiles. Puede destaparse una gran cloaca por donde se agotará el erario público, no creemos que ese haya sido el plan pero las fuerzas armadas, tienen un largo historial de acciones ilícitas además de su brutalidad represiva.

Pero para AMLO el consenso le es favorable y no lo desaprovecha. El consentimiento de las masas mexicanas, con un elevado índice de popularidad, le permite eso y más. En la misma conferencia de hoy volvió a expresar su política de dividir a los padres de familia y la gente que colabora con ellos para seguir luchando por justicia ante el crimen de Estado. AMLO cree que puede seguir descalificando ad infinitum a los abogados y ONG que les ayudan.

¿Y sobre la reunión con los padres?

A pregunta expresa dijo "estamos trabajando, quiero tener diálogo con ellos y ojalá pueda ser un diálogo directo con ellos". Una manera de postergar la solución del conflicto junto a la ya consabida muletilla: "estamos investigando, yo estoy al frente de la investigación y deseo de todo corazón encontrar a los jóvenes". Pero resulta que, luego de un sexenio de promesas incumplidas, ni se sabe la verdad ni, al parecer, se tiene la intención de esclarecer el caso. "Es que no les tengo confianza a los abogados ni a las organizaciones supuestamente de derechos humanos, porque ellos han distorsionado las cosas".

Son víctimas de sus ataques descalificadores solo porque sostienen que el ejército puede proporcionar pruebas fehacientes de los hechos de aquella noche bárbara. Pero, como ha sido en toda la historia del siglo XX hasta nuestros días, el ejército es una institución intocable de la "democracia" de los ricos y AMLO concuerda. No hay salida al parecer.

Sólo un acosa dijo que es muy evidente y de toda credibilidad: "ellos no tienen la información y yo sí" y afirma que no quiere que se obstaculice "lo que estamos haciendo". ¿Otra "verdad histórica" que habrá que desmantelar años después?. La anterior, la de Murillo Karam, no convenció y no pudo ocultar la menor o mayor participación militar. Esta vez AMLO pone en juego todo su capital político y aprovecha que va de salida para dejar instalada una nueva versión y dejarle en última instancia la tarea pendiente a Claudia, quien posiblemente no tenga suficiente capital político para consensuar con la oposición sobre darle una salida al problema.

En ese aspecto AMLO no tiene problema con los partidos opositores inicialmente involucrados, sólo que no logró, al igual que en el caso de las madres buscadoras, desmoralizar a los familiares de las víctimas de lo que son a todas luces, quiérase o no, crímenes de Estado.