El equipo de Martino nunca le encontró la vuelta a un seleccionado ecuatoriano que hizo un planteo inteligente. Sin Messi en la cancha, se lesionó Agüero a los 20 minutos, y el fútbol no apareció en Argentina. Preocupante arranque de las eliminatorias.
Viernes 9 de octubre de 2015
Foto: Canchallena
Cerró una lluvia de silbidos la salida del combinado nacional anoche en el Monumental. Es que nadie esperaba una caída de tal magnitud ante un equipo que se presuponía (sin ningún fundamento) accesible para la selección. Pero además del resultado, la producción futbolísitca del equipo albiceleste fue muy floja.
¿Este equipo es “Messi-dependiente”? No debería serlo, cuenta con jugadores de gran nivel que compiten en las ligas más importantes del mundo. Pero hay una realidad de la que hay que tomar nota: rivales como Ecuador también y no hay que subestimar a ninguno. Anoche Valencia fue un auténtico tren que actuó como locomotora de una delantera muy veloz.
El resultado no fue sólo producto de debilidades argentinas sino también mérito de la selección ecuatoriana que presionó en toda la cancha y logró neutralizar a Pastore, el jugador clave para la generación de juego y que en los cálculos debía ser el lazo entre el mediocampo y la delantera. Y si bien Pastore no estaba muy iluminado, era la única esperanza de creación en una noche en la que las cosas no salían y las líneas estaban desconectadas. El cambio del ex Huracán por el Pocho Lavezzi no pareció lo más apropiado.
Hasta los 20 minutos no había pasado demasiado y llegó la lesión del Kun Agüero (aparentemente un desgarro, habrá que ver de qué grado) que le complicó el libreto a Martino. Ingresó Tevez pero no gravitó (incluso en los últimos minutos con la derrota sellada cometió una falta desde atrás que era para tarjeta roja pero para el réferi sólo amonestación).
En la ráfaga de Ecuador –anotó en los minutos ´36 y ´37 del segundo tiempo- se notó la principal ventaja que logró Ecuador: la velocidad. Por las bandas resultaban imparables. Otra lesión previa al partido, la de Marcos Rojo, tuvo también su importancia: el periodista Enrique Sacco reflexionaba en la transmisión radial de ESPN que Emanuel Mas (uno de los mejores marcadores de punta que actúa en el fútbol argentino) desplegó su oficio con voluntad y sacrificio pero era superado por Valencia, un jugador de gran categoría curtido en la Premier League inglesa –un fútbol que se caracteriza por el dinamismo. Es un análisis acertado, aunque no fue el único aspecto flojo. los movimientos defensivos de Argentina son preocupantes, como mostraron los goles.
El primer gol de Ecuador llegó de un tiro de esquina: la pelota fue tibiamente peinada por la defensa, picó en al área, todos se durmieron y perdieron las marcas, Erazo arremetió y cabeceó frontal al segundo palo de un Romero que no tenía nada para hacer, abandonado por sus compañeros.
El equipo quedó tan golpeado que no tuvo capacidad de reacción y en un minuto llegó el segundo: Tevez perdió la pelota en un intento ofensivo y en el contraataque rápido jugaron la pelota para el tren Valencia que sólo tuvo que levantar la vista y cederle un pase corto y preciso a Caicedo. 2 a 0 y partido liquidado, porque era el equipo local el que estaba abatido anímicamente y escaso de recursos.
Como datos de color se puede mencionar que hace 22 años que la selección no perdía por eliminatoria en el Monumental, no perdió ninguno de los 40 partidos disputados en ese escenario. El último fue en 1993: el fatídico 0-5 ante Colombia. Se complicaron tanto esas eliminatorias que Argentina tuvo que jugar un repechaje ante Australia para entrar casi pidiendo permiso al Mundial ´94 ¿Estará preanunciando un camino pedregoso hacia Rusia 2018 esta derrota de anoche? Es muy pronto para especulaciones, recién pasó la primera fecha de una serie larga. Pero hay muchas cosas para mejorar; enhorabuena que todavía se cuenta con tiempo.
