El presidente de Sierra Leona, Ernest Koroma, anunció el jueves un toque de queda durante tres días e intimó a la población a acatar esta medida bajo el argumento de ayudar a detener o evitar la propagación del virus del ébola, que sólo en ese país ya se ha cobrado más de 500 vidas.
Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1
Sábado 20 de septiembre de 2014
Fotografía: EFE
En un discurso absolutamente cínico Koroma dijo que "Hoy, la vida de todos está en riesgo, pero superaremos esta dificultad si hacemos lo que se nos está pidiendo", concluyendo que "estos son tiempos extraordinarios y requieren medidas extraordinarias". Estas medidas “extraordinarias” de las que habla Koroma rigen sobre todo para los sectores más pobres y los barrios populares donde las condiciones sanitarias son pésimas y el riesgo de infección aumenta considerablemente.
Esta medida tiene un carácter más político y psicológico que efectivo. Según la organización Médicos sin Fronteras la operación sanitaria en Sierra Leona y el toque de queda más que ayudar a combatir la extensión del virus, puede terminar induciendo a la población a ocultar casos potenciales de la enfermedad. Es decir puede terminar ayudando a una mayor propagación del virus.
En las radios se escuchan constantes mensajes sobre cómo prevenir el contagio, alentando a los habitantes a que respeten los tres días de toque de queda, en los que se calcula que alrededor de 30 mil trabajadores de la salud visiten cada vivienda del país, cuya población es de seis millones de habitantes.
Sin embargo muchos de los voluntarios denunciaron el jueves que aún no habían recibido los materiales sanitarios para realizar las visitas, ni siquiera jabones. Y muchos ponen en duda que esta campaña vaya a frenar el avance del virus.
Al toque de queda se le suma la especulación de los comerciantes y empresarios que ya aumentaron en hasta un 30% el precio de los alimentos, lo que dificulta aún más la compra de productos básicos para muchas familias que empiezan a pasar hambre.
Este medida en Sierra Leona se lanza tras el anuncio, esta semana, del envío por parte de Estados Unidos de más de 3 mil efectivos del ejército a realizar tareas para contener la epidemia de ébola en África Occidental. Se trata de una operación que costará más de 750 millones de dólares, en la que EEUU desplegará tropas en distintos países para evitar un “escenario fuera de control”. El propio Obama consideró la extensión del virus del Ebola como una “amenaza para la seguridad nacional norteamericana” lo que, teniendo en cuenta las experiencias “humanitarias” anteriores, augura pocas soluciones y muchas desgracias para la población africana afectada.