Las marcas más importante de chocolate que tienen superventas en las fiestas como Nestlé, Ferrero Rocher y Nutella explotan niños en Turquía para abastecer rápidamente la demanda del mercado y aumentar sus ganancias durante la navidad.
Santiago Montag @salvadorsoler10
Lunes 23 de diciembre de 2019 21:17
La navidad más allá de su contenido religioso, es una tradición para la gran mayoría de las familias de clase trabajadora. Principalmente para los niños es un día donde pueden pedirle a Papá Noel (o Santa Claus) ese deseo, ese obsequio para disfrutar durante el año, o para los padres una ocasión para hacer esa compra de ropa o productos básicos que no pidieron en todo el años.
Además de eso, se presenta para las familias en general como una oportunidad para compartir terminando el año lo mejor posible. Sin embargo, no para todos los niños la navidad tiene ese significado.
Turquía por sus condiciones climáticas y su tierra rica en limo, se ha convertido en el lugar más importante del mundo para el cultivo de avellanas, abasteciendo el 70% del mercado. Esta actividad próspera, genera hasta 1.600 millones de euros por año, y Ferrero Rocher es el principal cliente, que compra un tercio de la producción, alcanzando ganancias superiores a los 23 mil millones de dólares según la revista Forbes.
A lo largo de la costa del Mar Negro hay 600,000 pequeñas granjas, allí trabajan cientos de miles de las pequeñas manos que se encargan de la cosecha y el transporte. Según el último informe del gobierno turco, publicado en 2012, alrededor de 900,000 niños trabajaban en diferentes industrias, incluída la agricultura. El informe de los Derechos del Niño de Turquía a su vez reveló que alrededor de 67 niños murieron en sus puestos dé trabajo el año pasado a raíz del esfuerzo requerido para la tarea. Las bolsas que cargan superan los 35kg, una tarea que deben repetir varias veces durante jornadas que alcanzan las 12 horas de lunes a lunes, por un salario menor a los 10 dólares diarios.
El Código de Trabajo en Turquía deja por fuera a las empresas agrícolas con menos de 50 empleados, con lo cuál las pequeñas granjas tendrían vía libre para explotar mano de obra joven, de allí que el gobierno de Erdogan no cuestione la práctica con niños, muchos de ellos hijos de desplazados kurdos del Sur de Turquía por los bombardeos del ejército. También alrededor de 200,000 refugiados sirios trabajan en la agricultura turca.
Para la fabricación del chocolate se necesitan productos provenientes de Malasia, Nigeria e India donde prima el trabajo infomal. Si bien las empresas que compran estos productos responsabilizan a los gobiernos por no monitorear las granjas donde se cosechan las avellanas, lo cierto es que es una práctica que deja beneficios astronómicos. Por ejemplo Nutella vende 365,000 toneladas en 75 países, un éxito sostenido por las espaldas de miles de niños.
Ferrero Rocher reconocieró al periódico The Guardian el problema del trabajo infantil en la industria de las avellanas y dijeron que han "decidido prevenir y eliminar [este trabajo] a lo largo de [sus] cadenas de suministro" añadiendo que "la complejidad de los medios de la cadena de suministro de avellana no puede ser transformado por un solo actor ".
Ferrero es la tercer compañía de mayor producción de chocolate del mundo, sólo la superan Mars (que produce Snickers y Milkyway, entre otros) y Mondelez (Oreo, Milka). Esta última afirma " tolerancia cero para cualquier forma de violación de los derechos humanos" pero actualmente sólo rastrea el 49% de las avellanas que usa en sus productos. Nutella, Ferrero Rocher, Kinder con total cinismo se comprometieron para el 2020 con el objetivo del 100% de verificación y eliminar estas prácticas.
Durante la última década, Ferrero ha duplicado sus ventas. Tiempo que coincide con el desplazamiento masivo de familias de Siria e Irak y los acuerdos de la Unión Europea y la OTAN con Turquía para detener las migraciones por la guerra desatada en esos países donde el imperialismo norteamericano y europeo son los principales responsables.
En aquellas granjas que producen la tan valorada fruta seca, la mayoría de quienes trabajan son familias refugiadas sirias, iraquíes y kurdas. De esta condición es de donde extraen los beneficios económicos las grandes empresas multinacionales para sus ganancias esta navidad, robándose la infancia de miles de niños.
Santiago Montag
Escribe en la sección Internacional de La Izquierda Diario.