El testimonio confirmó que el empresario Gabriel Strumia y su mano derecha Antonio D estuvieron con Paula Perassi en un bar de la localidad de Timbúes, horas antes de su desaparición.
Martes 22 de marzo de 2016 09:42
Un testigo clave señaló al empresario puertense Gabriel Strumia como el hombre que estuvo junto a Paula Perassi en un bar de la localidad de Timbúes pocas horas antes de su desaparición, el 18 de septiembre de 2011. El empesario fue señalado por el testigo en una rueda de reconocimiento en los Tribunales de San Lorenzo. También estaría más complicado el chofer y mano derecha de Strumia, llamado Antonio D.
Insólitamente, este valioso testimonio, brindado por un mozo del lugar cuya identidad ha sido reservada, fue desestimado durante años y recién ahora se vuelve a tomar en consideración. Este avance se debe, sin dudas, a la valiente persistencia del padre de Paula, Alberto Perassi, que encabezó durante estos cuatro años y medio el reclamo de justicia.
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La hipótesis de los abogados de la familia Perassi considera que Strumia y Antonio D citaron a Paula en ese bar para convencerla de que se realizara un aborto para dar fin a su embarazo producto de una relación extramatrimonial con el empresario. Indican que Antonio D fue el encargado de gestionar la realización de dicho aborto fatal y de trasladar a Paula luego del mismo, ya que los perros utilizados para la búsqueda del cuerpo marcaron una concentración de rastros en su vehículo.
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Este testimonio clave llega días después de que la Corte Suprema de Justicia de la Provincia revocara la cuestionada decisión del Juez Prunoto de liberar a todos los detenidos. Es ahora el Juez Tutau el que debe disponer de la cárcel efectiva para los procesados.
Éstos son, además de Strumia, Roxana Michi, acusada de producir pruebas falsas y Mirtha Ruzñisky, domiciliada en Timbúes a quien se acusa de haber sido quien practicó el aborto fatal.
También están implicados los policías Gabriel Godoy, Aldo Gómez, María José Galtelli y su superior de la fuerza sanlorencina, Jorge Enrique Krenz, a quienes se los sindica como encubridores en calidad de coautores, y a Adolfo Daniel Puyol, ex jefe de la Agrupación Cuerpos de la UR XVII, procesado por el mismo delito, pero con el encuadre de autor. A cuatro años y medio de la desaparición, y a pesar de la búsqueda del Equipo Argentino de Antropología Forense, el cuerpo nunca fue hallado.