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Red Internacional
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Sociedad. Una dieta saludable: un lujo para pocos

Mientras que la canasta básica para una familia tipo está en $ 19.000 casi el 50 % de los trabajadores cobra menos de $ 8500.

Martes 9 de agosto de 2016

Hace meses el Gobierno de Cambiemos y los distintos gobernadores de las provincias vienen aplicando un duro ajuste a los trabajadores. La canasta básica para una familia tipo está en $ 19.000, mientras que el poder adquisitivo del salario se pierde mes a mes por la inflación, por los acuerdos salariales que las burocracias sindicales negociaron con los empresarios y el gobierno.

Sin embargo desde el Ministerio de Salud de la Nación para una dieta saludable que permita prevenir enfermedades tales como obesidad, diabetes, enfermedades cardio y cerebrovasculares, hipertensión arterial, algunos tipos de cáncer, anemia e infecciones recomienda realizar 4 comidas principales y 2 colaciones en donde haya frutas, verduras, legumbres, frutas secas y carne roja o blanca. Es una verdadera provocación de este gobierno de empresarios, a casi el 50% de los trabajadores que cobra menos de $ 8.500 y apenas llega a fin de mes comiendo centralmente harinas y cada vez menos carne.

La realidad es que esto es meramente imposible de llevar adelante para los trabajadores y sectores populares que vienen sufriendo un ajuste desmesurado en los enormes aumentos en la carestía de vida incluyendo la canasta básica familiar, teniendo en cuenta que el kilo de carne vacuna de corte económico no vale menos de $ 150, mientras que el kilo de filet de pescado cuesta $ 110.

Por su parte el aumento en los precios de verduras también es irrisorio teniendo en cuenta que el kilo de papa que es de consumo masivo cuesta alrededor de $ 20, la cebolla $ 30 o el tomate $ 45. Mientras que el kilo de banana cuesta casi $ 40 y el de naranja $ 20. Recientemente el aumento del aceite hace casi imposible su consumo, advirtiendo que podría pasar a costar $ 90 el litro.

A su vez, alimentos básicos para el buen desarrollo y nutrición de los niños es casi un lujo dado que el litro de leche cuesta $ 18, 4 potes de yogur $ 40 y el queso fresco oscila entre los $ 85 y $ 160.

Entre los alimentos más económicos hallamos los derivados de la harina de trigo, como fideos secos por 500grs y harina por 1k, con un valor de $ 15 cada uno. No es casual que la actual Gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal de Cambiemos, ordenó a los comedores de las escuelas realizar comidas derivadas de la harina para los chicos. Mientras recomiendan una dieta saludable casi inaccesible para el bolsillo de los trabajadores, para los comedores de las escuelas públicas donde asisten miles de jóvenes y niños su dieta “saludable” pasaría a ser fideos y polenta. No olvidemos que hace unos años Stanley, la actual ministra de desarrollo social, fue quien aconsejó “queso cheddar” y “fresas” para una dieta saludable en los niños, siendo pocos paladares los que pueden disfrutar debido a su costo.

Con estos precios e intentando mantenerse sano según esta dieta y tomando como ejemplo una familia de 4 integrantes, solo una comida principal rondaría los $ 340, lo que deberíamos duplicar contemplando la cena. En CABA una familia tipo necesita $ 665 para alimentarse por día.Teniendo en cuenta el desayuno, merienda y colación sería mucho mayor el gasto.

Tanto como los embutidos, las harinas y panificados industrializados, ocupan un lugar preponderante en los hogares trabajadores por los bajos costos, rapidez y fácil preparación.

Los agotantes ritmos de producción, las lesiones en los cuerpos, los horarios rotativos, los largos viajes para llegar al lugar del trabajo donde cuesta a veces hasta 4 hs diarias ir y regresar, aumentan aún más la poca probabilidad de llevar a cabo esta dieta.

Sin olvidarnos de mencionar la “poca suerte” con la que corren los trabajadores que presentan enfermedades autoinmunes tales como la celiaquía, que implica la intolerancia al gluten y de las proteínas que se encuentran presente en el trigo, avena, cebada y centeno. Llevar a cabo esta dieta especial, implica que los productos tengan valores de hasta cinco veces más de quienes no padecen esta enfermedad a fin de no poner en riesgo su vida.

Como es evidente a Jorge Daniel Lemus, actual ministro de Salud, parece no importarle la realidad de los trabajadores y sectores populares y su salud. Este cinismo recuerda las palabras del ex ministro de salud de la nación, Daniel Gollán, quien ante la muerte de un niño Qom por desnutrición planteó que “si seguimos insistiendo que en Argentina el gran problema es la desnutrición, vamos a perder de vista el verdadero problema que es el del sobrepeso”. Mientras ofrecen una dieta saludable accesible para unos pocos bolsillos, los trabajadores vienen atravesando un duro golpe a sus bolsillos, que ya encontró respuestas a lo largo del país. Por eso los referentes y diputados del PTS/Frente de Izquierda Nicolás del Caño y Myriam Bregman, plantearon que es necesario exigir ya un paro general con movilización, que reabra las paritarias y conquiste un salario igual a la canasta familiar, derrote el tarifazo y todas las medidas antipopulares del gobierno de Macri y que las burocracias sindicales rompan la tregua con el Gobierno nacional que junto a los distintos gobernadores buscan aumentar las ganancias de los empresarios a costa de la salud y el trabajo de los trabajadores y sectores populares.