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Red Internacional
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CUMBRE G7. Una historia de cumbres y mareas tormentosas

En febrero de este año el mundo ha alcanzado su límite histórico: el promedio de concentración atmosférica de dióxido de carbono ha excedido los 400 ppm (partes por millón) por primera vez en más de 800.000 años, tal vez en 25 millones de años.

Martes 8 de septiembre de 2015

A principios de junio otra cumbre del G7 fue convocada para discutir la amenaza del calentamiento global junto a otros liderazgos políticos de las potencias imperialistas. Los jefes de gobierno reunidos han proclamado el objetivo de terminar con la era de combustible fósil para el fin de este siglo: un periodo de tiempo en el que la devastación masiva de recursos ya habrá afectado grandes porciones del globo ¿Cuál es la respuesta que necesita la clase obrera ante el despliegue de esta crisis ecológica?

¿Qué está en juego?

El cambio climático generado por el hombre no es un espejismo – el fenómeno del cambio climático avanza rápidamente, la degradación masiva del suelo, la escases de agua y otra cantidad de amenazas reales. Perjudican a las personas de forma desigual; los más explotados y oprimidos reciben lo peor. En nombre de superar la pobreza, bajo el yugo imperialista, los países dependientes siguieron el mismo camino de los centros capitalistas, el de un desarrollo destructivo. A pesar de las tibias señales de la posibilidad de llegar a un momento de cambio, las emisiones mundiales de gases de invernadero (GHG) siguen aumentando.
Basados en escenarios científicos del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) la “comunidad internacional” ha decidido intentar ponerle un límite al calentamiento global a +2°C1 en el año 2050, comparado con los niveles pre industriales. Se supone que este es el umbral para una reacción en cadena irreversible; una respuesta positiva puede causar una dinámica que se perpetúa a sí misma en la cual un cambio gradual se convierte rápidamente en un cambio volátil. Uno de los llamados “puntos de inflexión” es el derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia.

Si no hay medidas urgentes para revertir esta tendencia, el calentamiento ascenderá 5 o 6 grados Celsius, en comparación al nivel pre industrial. En el peor de los casos, el amazonas podría quemarse completamente, y las regiones tropicales y subtropicales serán imposibles de habitar, la escasez de alimentos y de comida puede suceder, así como el agua acidificada de los océanos puede subir varios metros por el derretimiento de las capas de hielo (naciones enteras pueden desaparecer). El planeta podría cambiar radicalmente.

El clima de los negocios

El G7 ha decidido abandonar el combustible fósil “en el transcurso del siglo” y anuncio su meta de dos grados. En el año 2050, las emisiones de GHG deberían ser limitadas a un tercio del nivel de 2010. Pero si seguimos las reglas de este conocido juego, estos compromisos voluntarios no tienen ningún carácter vinculante. Son mayormente vistos como una señal para el foto de cambio climático de las Naciones Unidas en Paris (COP21) en diciembre. Antes del COP15, en Copenhagen 2009, el G8 decidió reducir la emisión de GHG un 80% para el año 2050 (el foro fallo a su voluntad y los compromisos se evaporaron).

Desde el año 2020 en adelante, los países dependientes recibieron US$100 billones por año de fuentes privadas y públicas para la protección del clima así como para los llamados “seguros climáticos”. Los créditos de exportación de ña UE y de la OECD, que hasta el momento financió la tecnología Alemana basada en la explotación de carbón, debería fluir hacia la inversión en energías renovables. Financiar a este sector que está emergiendo es una señal de cambio en la relación de fuerzas con la burguesía (especialmente las ganancias de los capitales alemanes de este sector como un proyecto estratégico de su expansión imperialista. Pero las tecnologías como la captura y almacenamiento de carbón (CCS), el fracking y la energía nuclear son supuestamente reservas para reemplazar la energía proveniente del combustible fósil. Todo esto se desarrolla en un contexto de expoliación a los estados semi coloniales. El objetivo de los poderes imperialistas es siempre el control de los recursos, entre otras cosas, para contener a Rusia.

Al menos, desde la publicación de “Stern review” [1], una gran parte de la clase dominante está informada acerca de los enormes daños económicos que el ilimitado cambio climático antropogénico podría causar. Es por eso que el estancamiento político sobre este problema es paradójico. Pero la crisis climática es parte de la crisis ecológica de conjunto en el capitalismo. Junto a este modo de producción, simplemente no puede ser resuelto. La competencia, la destrucción imperialista, la sobre producción y los residuos son efectos del mismo principio: infinita acumulación de capital como un fin en sí mismo en vez de la producción para la satisfacción de las necesidades. Esta es la base de la necesidad de un crecimiento económico son fin y la causa inmanente de la destrucción del medio ambiente en el capitalismo.

¿Que dice el movimiento?

Mientras un sector del movimiento ecologista aun va detrás de los proyectos de la clase dominante como “modernización ecológica” o el “Nuevo pacto verde”, el joven movimiento “degrowth” (decrecimiento) ha ganado impulso y parece haberse emancipado de estos proyectos. Atacan el crecimiento como un problema central, pero suelen pasar por alto lo que mencionamos más arriba, la relación fundamental entre la acumulación de capital y el crecimiento sin fin. Las demandas progresivas como la reducción de la jornada de trabajo están completamente despojadas de su contenido de clase. El programa de “degrowth” carece de estrategia y de incidencia. La falta de un sujeto para transformar la sociedad (además de predicar soluciones individuales) lleva a una intolerable “mentalidad solicitante”. Las apelaciones a las reglas en el foro del G7 llegan tan lejos como idealizarlas a costumbres climáticas heroicas. La campaña de “Avaaz” con más 41 millones de personas han llamado a los resultados del foro un “Éxito gigante!”.

La clase trabajadora, en alianza con los campesinos pobres y otros sectores oprimidos, son la única fuerza social que puede ofrecer una salida a la crisis ecológica. Por un lado, los trabajadores son la población que está más expuesta a la contaminación y la destrucción de sus medios de subsistencia. Por otro lado, por su lugar en el proceso de producción, solo la clase trabajadora tiene la base material para reorganizar radicalmente la producción. Esta clase debe ser consciente de esta enorme tarea y liderar la lucha contra la crisis ecológica. Para esto necesita de un programa propio, una verdadera asociación internacional con independencia política de la burguesía, incluyendo desde la burguesía hasta los social chovinistas “ecologistas”

Un programa transicional

En la lucha por nuestras condiciones de vida, el pico de emisiones globales de GHG debe ser alcanzado en los próximos 5 años, un enorme pero posible cambio. Necesitamos un programa transicional que nos de la desesperada necesidad de pelear el cambio climático.

No solo deben enfrentar a las capitalistas y sus estados, también deben enfrentar las tendencias reaccionarias y los liderazgos en sus propias organizaciones. Especialmente los sindicatos en la industria pesada tradicional que generalmente se oponen a una necesaria re estructuración. En Alemania, la reciente disputa sobre el “climate charge” promovida por el ministro de economía Sigmar Gabriel (SPD); supuestamente, haría que las viejas plantas de carbón dejen de ser rentables y por lo tanto se volverían obsoletas. Sin embargo ha puesto al negocio carbonífero a la cabeza.

Esto se pudo hacer gracias a la presión de los líderes traidores de ver.di (el sindicato de servicios) y el IG BCE (el sindicato de la minería, energía y química). Esta ubicación de los sindicatos es el resultado de los privilegios que recibe la burocracia y su lógica nacionalista, especialmente en un país imperialista como Alemania. El resultado: 2.700 mega watts de energía que provienen del carbón/lignito se van a sacar de la tabla, pero quedarán como reserva y serán agregados a las actuales sobre-capacidades.

Esta pequeña reforma de Gabriel no sería suficiente. En cambio, los revolucionarios (incluso en las mismas fabricas) necesitamos exigir una clausura lo más consistente y rápida de las plantas de lignito/carbón. Esta exigencia es inseparable a la lucha por la reducción de las horas de trabajo si reducir el salario y una redistribución planificada democráticamente de las horas de trabajo disponibles. Especialmente en sectores con una fuerte huella ecológica, es necesario luchar por una re estructuración ecológica de la planta, incluyendo algunos cierres si es necesario. Hay vastos ejemplos en el sector de la aviación, la industria automotriz y metalúrgica.

Al mismo tiempo, tender un puente para la exigencia de control obrero de todas las empresas. Si fuera posible transformar los aparatos burocráticos en organizaciones de lucha, que, aun en una sociedad capitalista comiencen a llevar a cabo una parte de su misión del futuro, de una planificación democrática de la economía.
Sin embargo, solo bajo el socialismo en una economía planificada a nivel mundial basada en la democracia de los consejos obreros, puede implementarse una re organización ecológica de la producción. Una economía orientada a satisfacer las necesidades de la población. En los antiguos centros capitalistas, se necesita la producción, en parte por el aumento de la productividad.

Las medidas deben incluir una rápida transición hacia una fuente de energía renovable y de tecnología de punta apropiada, una reducción masiva de la producción automotriz y del transporte privado, el desarrollo de transporte público en todos sus niveles; una remodelación tecnológica de las ciudades y la transición del agro business intensivo con el uso de energía petroquímica a una modernización de la agricultura orgánica.

Si enterramos el dominio burgués no solo podremos prevenir un colapso ecológico, también podremos establecer una nueva relación con la naturaleza.

Notas

[1] http://webarchive.nationalarchives.gov.uk/+/http:/www.hm-treasury.gov.uk/independent_reviews/stern_review_economics_climate_change/stern_review_report.cfm

*Traducción: Gloria Grinberg