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UNLP. Una invitación a militar: Myriam Bregman y Chipi Castillo en La Plata

Este viernes Myriam Bregman y Chipi Castillo, diputados del Frente de Izquierda van a estar en la Facultad de Psicología de la UNLP a las 16:30 hs, en un encuentro con estudiantes y trabajadores, para discutir cómo seguir la lucha educativa, y la pelea contra todo el plan de Milei. Desde la Juventud del PTS te invitamos a sumarte a militar con la izquierda, para darle fuerza a estas ideas.

Jueves 9 de mayo 13:51

A la Rusa y al Chipi seguro los escuchaste mucho en estos días. Es que junto a la bancada de diputados de la izquierda, con Nicolás del Caño y Alejandro Vilca, fueron las voces destacadas que enfrentaron la Ley Bases de Milei y sus amigos, los radicales. Millones los vieron explicando por qué "Si se aprueba no va a ser igual la vida de los y las trabajadoras", y llamando a enfrentarla con la movilización, el único idioma que entienden nuestros enemigos, mientras el peronismo y la CGT el día que se trató la ley en diputados se borraron de las calles.

Ahora toca prepararnos para lo que se viene, y para eso es el encuentro del viernes. Para discutir con cientos de estudiantes y trabajadores como seguir la lucha educativa, enfrentar todo el plan de Milei, y construir una alternativa política de la clase trabajadora. Fortalecer a la izquierda que es la que viene planteando esta perspectiva es central. Por eso desde la Juventud del PTS si bancas a Myriam y al Chipi, te invitamos a sumarte a militar, para darle más fuerza a estas ideas. En esta nota adelantamos algunos elementos que queremos discutir el viernes.

1) Crece el deseo de movilización

Con cada día que pasa del gobierno de Milei crece el deseo de movilización, de responder a los ataques masivamente y desde abajo. La marcha educativa fue una gran demostración de esto, cuando hubo una convocatoria clara, los estudiantes y los trabajadores salieron. Con la Ley Bases el gobierno logró que no se supiera que se estaba votando, pero una vez que se empezó a saber, arrancó la bronca y la indignación, por el ataque que implicaba, pero también con el peronismo y la CGT, por no convocar y borrarse de las calles. Empezó a crecer el deseo de que cuando la Ley se trate en el Senado haya una gran movilización, a sentirse que es el único camino para que no avancen sobre nuestros derechos. El impacto que tuvo el paro nacional es expresión de esto.

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La borrada del peronismo cayó muy mal, por eso lo que plantearon Myriam y Chipi cayó muy bien. Expresaron lo que sentían miles, que no se puede seguir esperando y que hay que salir a luchar. Este es un cambio en el estado de ánimo muy importante a tener en cuenta para pensar la posibilidad de nuevas movilizaciones masivas. Si crece la predisposición a la lucha, estamos en mejores condiciones para defender la educación y enfrentar todo el plan de Milei. Si crece la desconfianza en esas direcciones tradicionales que se borraron, todavía mejor.

2) ¿Qué pasa con el peronismo?

Esas direcciones tradicionales son sobre todo las del peronismo, lo que muchos se preguntaron con la borrada es: “¿Por qué?”. Todos sabemos que si la CGT hubiese querido, mientras se trataba la Ley Bases podían convocar a un paro general y a una gran movilización, y así era mucho más difícil que la ley avance. Si no lo hicieron es porque no quisieron. Pero como discursivamente dicen querer enfrentar a Milei, para amplios sectores que todavía tienen confianza en ese espacio político surge esta pregunta de por qué no llamaron a enfrentar este ataque.

Desde la izquierda decimos claramente que para nosotros es porque el peronismo no se propone derrotar al gobierno de Milei, sino limitarlo en algunos aspectos, para después volver a gobernar en 2027 sobre tierra arrasada. Y que si bien no acuerda con el conjunto del plan de Milei, si opina que no queda otra que ajustar, como ya lo hizo el Frente de Todos. Referentes como Cristina ya señalaron que es necesaria una “modernización laboral”, es un secreto a cielo abierto que la CGT fue parte de negociar la reforma laboral, que hay que pagarle al FMI no se cuestiona, que los empresarios ganen mucha plata tampoco, del extractivismo, la precarización, los salarios y jubilaciones de miseria ni hablar. Por todo esto no quieren impulsar la movilización contra los ataques (Grabois que viene a ser la lavada de cara por izquierda del peronismo juega al mismo juego, inventando excusas “progres” para no tocar una calle), porque el día de mañana, ¿con qué cara le van a decir a los trabajadores y a los estudiantes que no se movilicen por sus derechos si ellos gobiernan, como ya lo hicieron con Alberto?

Sabemos que muchos aún no comparten está visión, pero como decíamos, el malestar, la bronca y la desconfianza que viene creciendo con sus direcciones es un punto de apoyo muy importante para exigir que se termine la pasividad. A distintos sectores del peronismo después del papelón en Diputados no les quedó otra que plantear que de cara al tratamiento en el Senado hay que movilizar. Desde la izquierda pensamos que lo hacen para no perder a sectores de su propia base, y hay que ver si efectivamente lo hacen, pero queremos acompañar la experiencia que hacen millones que aún mantienen confianza, para convencer de que hay que abrazar otra perspectiva, dando estas discusiones y mostrando otra política.

3) La pelea desde abajo

Desde la izquierda estamos jugando un rol muy importante no solo para abrirle los ojos a millones frente a los ataques de Milei, sino también para plantear una perspectiva de cómo enfrentarlos. Si la izquierda no hubiese estado jugando el rol que jugó en la Ley Bases, nadie hubiese dicho como se podía enfrentar ese ataque. Y miles solo hubiesen visto con tristeza que mientras los libertarios, los radicales (y algunos peronistas vendidos) entregaban nuestros derechos, nadie hacía nada. Somos un factor en impulsar la movilización, en mostrar que es la única vía para enfrentar los ataques, en denunciar el rol complice de los aliados de Milei, como los Radicales, o en explicar cómo el peronismo, cuando se borra de las calles, le abre camino a Milei.

Fortalecer a la izquierda, que plantea que la salida es desde abajo y confiando en nuestras propias fuerzas es central para impulsar la lucha y la organización en cada lugar de trabajo y estudio. El radicalismo y su pata estudiantil, la Franja Morada, desde ya no convocan a ningún espacio de base y democratico para que cada estudiante pueda ser parte de decidir los pasos a seguir para enfrentar al gobierno. Pero las distintas variantes del peronismo universitarios y sus agrupaciones, incluidas las de Grabois, tampoco han convocado a espacios así, como las asambleas, y cuando se convocaron a pesar de esas agrupaciones, las boicotearon. Por ejemplo en la facultad de Humanidades la agrupación peronista que dirige el centro de estudiantes votó movilizar cuando se tratara la Ley Bases, pero cuando llegó el día, incumplió el mandato de la asamblea.

Damos una pelea contra estas organizaciones que no quieren impulsar la organización estudiantil, y para que se exprese la bronca y el deseo de movilización que empieza a surgir desde abajo. Como decíamos al principio, estas prácticas que traban la organización y la lucha cada vez caen peor, porque cada vez se ve más claro que se puede enfrentar al gobierno de Milei, que esperar solo lo beneficia a él. Por eso además de exigirle a las conducciones de los centros que convoquen asambleas, que si realmente quieren enfrentar a Milei pasen de las palabras a los hechos, impulsamos le guste o no a esas direcciones espacios democráticos para que todos los estudiantes que quieran puedan ser parte de las decisiones, para organizar la pelea a pesar de las conducciones que nos traicionan. Hay que impulsar la autoorganización con todos los compañeros que se cansan de esperar, que cada día son más, y dar esta pelea en cada facultad y en cada lugar.

4) Otra salida

Pero desde la izquierda, además de enfrentar a esas conducciones que nos traicionan e impulsar la autoorganización desde abajo para dar las peleas que se vienen, con la primera parada de cara a la Ley Bases en el Senado, queremos convencer de que otra salida es posible a miles de jóvenes, una de la clase trabajadora. El modelo de Milei es el del mercado, el de los beneficios descarados y sin ningún disimulo a los grandes empresarios, con un discurso de meritocracia salvaje y tintes autoritarios. El modelo del peronismo es el de un capitalismo regulado desde el Estado con un discurso de distribución, que en la realidad es un ajuste con buenos modales o culpa, bajo el argumento de que “no queda otra que hacer esto”, que también incluye represión cuando la gente no acepta que lo único que se puede hacer es beneficiar a los de arriba y sacarle a los de abajo.

El modelo de Milei ya está demostrando ser un fracaso para las mayorías, y el del peronismo es el que nos trajo hasta acá, el que le abrió las puertas a Milei. Desde la izquierda queremos pelear por otro modelo, uno de las grandes mayorías trabajadoras, donde seamos nosotros los que tomemos cada decisión sobre qué, cómo, y para qué se produce. Que el mundo no se organice en función de que los parásitos de los empresarios se llenen de guita, sino de que las grandes mayorías podamos disfrutar la vida. Un mundo así es posible, repartir las horas de trabajo y reducir la jornada laboral con un salario que alcance para que todos seamos más fáciles es posible. Dejar de pagar la deuda al FMI para que esa plata vaya a educación, a salud y a vivienda también. Implica afectar las ganancias de los empresarios, pero es posible, y vale la pena pelear por eso.

Milei nos hace un favor enorme hablando tanto del comunismo y el marxismo. Si el tipo que nos caga todos los días dice que su mayor enemigo es el socialismo, miles pueden empezar a ver con mejores ojos esa salida. Hartarse de tanto capitalismo, y también del discurso del peronismo, de que el capitalismo no será perfecto pero es lo único que nos queda. El capitalismo en su irracionalidad le parece un problema que la gente viva más años y ataca a los jubilados, pudiendo usar la tecnología para mejorar la vida de las personas la empeora, destruye el único planeta que tenemos, genera guerras como la de Ucrania. Todas las tentativas de regularlo han sido un fracaso rotundo. Y por eso la juventud en todo el mundo y a lo largo de la historia se ha levantado.

5) Desde Palestina al Cordobazo

Jóvenes en Estados Unidos, Francia, y cantidad de lugares se levantan contra una de las demostraciones más aberrantes de que no hay salida con el capitalismo, el genocidio en Palestina, que se cobró más de 35 mil vidas. En ese sistema vivimos, y con ese sistema queremos terminar, y por eso nos llena de orgullo y emoción ver los acampes en las universidades norteamericanas y europeas, y a los estudiantes que enfrentan la represión, peleando para que se termine la matanza, para que sus gobiernos dejen de financiar al asesino Estado de Israel, para que sus universidades dejen de aportar recursos y conocimientos para el exterminio.

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No es la primera vez que lo que pasa a nivel internacional impacta a la juventud. El movimiento contra el genocidio en palestina ya se compara con el movimiento que hubo en los 60-70 contra la guerra de Vietnam. En esas generaciones que sienten que no puede haber normalidad mientras masacran a miles por los intereses de unos pocos está el futuro. Ese es el camino que queremos tomar. Una asamblea virtual de estudiantes de todo el mundo, de la que participamos desde la Juventud del PTS, votó realizar acciones el miércoles 15 en solidaridad con Palestina en todo el mundo, y en Argentina también vamos a ser parte, realizando acciones en todas las facultades.

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En Argentina esos aires internacionales también le llegaron a una generación que se propuso transformarlo todo, la de los setenta. La que junto a los trabajadores hizo el Cordobazo, una rebelión que derrotó a una dictadura y cambió la historia nacional, y que a partir de la Revolución Cubana, se había convencido de que terminar con el capitalismo no sólo era deseable, sino posible. A esa generación para vencer le faltó una estrategia correcta, pero queremos recuperar sus mejores tradiciones. La organización desde abajo, la lucha en las calles, la unidad con los trabajadores, el cuestionamiento a la universidad de clase, de al servicio de qué intereses están puestos nuestros conocimientos. Pero sobre todo su horizonte revolucionario, que no se resignaba a la miseria de lo posible, sino que buscaba transformarlo todo.

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Una invitación a militar

Esto queremos discutir el viernes con Myriam y Chipi, junto a cientos de estudiantes y trabajadores, para invitar a ser parte de estas peleas. Si bancas estas ideas, a las ideas hay que ponerles el cuerpo, porque es la única manera de darles fuerza, de que ganen peso en cada facultad, en cada lugar de trabajo, para que cada vez más compañeros abracen esta salida. Para convencer de que no se puede esperar, que hay que organizarnos desde abajo, que pelear sirve, que los que dicen querer enfrentar a Milei si realmente quieren hacerlo tienen que pasar de las palabras a los hechos. Que sí pudiendo convocar a asambleas, a espacios de debate y a las calles no se hace le sirve a Milei. Y que se puede pelear por otra salida, y no solo esperar a votar para pasar de un neoliberalismo descarnado a un neoliberalismo regulado. Que esas salidas fracasaron y hay que probar algo nuevo. Recuperar las mejores tradiciones del movimiento estudiantil, y de esa juventud en todo el mundo se levanta.

Para poder seguir discutiendo esto, después del encuentro del viernes vamos a hacer reuniones abiertas de nuestras agrupaciones en cada facultad, para todos los que quieran ser parte, conocer estas ideas, y discutir cómo llevarlas adelante. Para impulsar espacios democráticos en cada lugar y que cientos de estudiantes puedan ser parte de definir cómo seguir la lucha educativa, la lucha contra todo el plan de Milei,coordinar con todos los sectores, y preparar una gran movilización cuando la Ley Bases se trate en el Senado. Exigiendo a las conducciones de los centros y a los sindicatos que no pueden darle la espalda al deseo de movilización que está creciendo. Que ahí está la fuerza para derrotar todo el plan de Milei, y pelear por otra salida, una muestra, una propia, una de los estudiantes y los trabajadores.


Segundo Asse

Estudiante de Sociología UNLP

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