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Red Internacional
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ACOSO EN EL TRABAJO. Una trabajadora de Iveco se suicida después de que sus compañeros de trabajo difundieran un vídeo sexual suyo

Verónica, casada y madre de dos hijas, se quitó la vida el sábado después de que una filmación, realizada hace cinco años, se difundiera masivamente entre los trabajadores de la fábrica.

Martes 28 de mayo de 2019

Foto: Fábrica de camiones de Pegaso-Iveco en Madrid.

Verónica, una mujer de 32 años, casada, madre de dos hijas y trabajadora de la fábrica de camiones de Pegaso-Iveco en Madrid, se quitó la vida este sábado después que sus compañeros de trabajo compartiesen de forma masiva un vídeo sexual suyo grabado hace cinco años.

La trágica noticia fue difundida este martes en el programa Espejo Público de Antena 3. Desde el pasado lunes, un vídeo de contenido sexual que Verónica había grabado hacía cinco años, antes de casarse, comenzó a difundirse masivamente entre los 2500 trabajadores de la fábrica.

A mediados de semana la mujer se enteró de que el vídeo estaba circulando entre sus compañeros, pero no fue hasta el viernes cuando su pareja recibió la grabación realizada cuando ella aún no se había casado, según cuentan sus compañeros de trabajo. En cuanto se enteró, Verónica abandonó su puesto en la fábrica en medio de una grave crisis de ansiedad. Un día después se quitó la vida.

Dos compañeros de la trabajadora fallecida, pertenecientes al sindicato CGT y entrevistados por Espejo Público, han asegurado que la mujer “estaba sufriendo una gran presión” durante esos días. "Se puso muy nerviosa y se tuvo que marchar de la fábrica porque no aguantaba la presión, tanto aquí como de su entorno familiar", explica Susana Martín, compañera de trabajo de Verónica. "Ella quería que la historia pasase, que la gente dejara de hablar cuanto antes, no tenía pensado denunciar", añade.

Los miembros del sindicato se han mostrado muy críticos con el comportamiento de todos los que se han visto involucrados en la difusión del vídeo: "Es un tema de responsabilidad personal de todos y cada uno de los compañeros de Verónica. Tanto los que recibieron el vídeo, los que lo difundieron y los que lo vieron”, ha afirmado Iván Cacho, también integrante de CGT.

También por parte de la empresa, “por haber sabido de esto y no haber sabido atajarlo", y por su propia responsabilidad "por no haber sabido cómo tratar un tema de esta envergadura".

“Había miradas, gente que iba a verla al lugar de trabajo para ver quién era, sintió mucha presión, habló incluso con Recursos Humanos. Cuando el marido se enteró de que el vídeo estaba circulando, a ella se le cayó el mundo encima”, ha destacado el compañero de Verónica sobre la situación de acoso e indefensión sufrida y que le llevó a tomar la trágica decisión de quitarse la vida.

Desde CCOO han denunciado en un comunicado que la empresa no activó el protocolo de acoso sexual, una vez que la trabajadora denunció los hechos. El sindicato denunciará además ante Inspección de trabajo que se incumplió la Ley de prevención de riesgos laborales, porque “no evaluó el riesgo, ni tomó las medidas preventivas”.

La muerte de Verónica es realmente trágica. El acoso persistente en las redes sociales, las miradas y los prejuicios fueron una presión inmensa que no pudo aguantar. ¿Quién es responsable? En primer lugar, un sistema social que genera individualismo, un machismo exacerbado y relaciones degradadas entre las personas, donde burlarse de otro o humillarlo es una actitud que se naturaliza, al punto de no medir las consecuencias que esos actos pueden tener sobre las otras personas. En segundo lugar, como denuncian los sindicatos, la empresa no hizo nada ante la denuncia de Verónica.

Ante este caso terrible, algunos piden ahora que la policía investigue y castigue penalmente a quienes compartieron el video, ya que difundir un video sexual sin consentimiento de la persona que aparece en la filmación está tipificado en el Código Penal como violación de la intimidad. Sin embargo, toda lógica punitivista solo lleva a un callejón sin salida, mientras sectores de derecha pueden instrumentalizar el caso para aumentar el control del Estado sobre las redes sociales. Para enfrentar el machismo y el acoso en los lugares de trabajo, lo más importante es desarrollar la solidaridad entre trabajadoras y trabajadores, generando espacios de autoorganización para debatir sobre cualquier situación de violencia de género o acoso sexual y enfrentarlo colectivamente.

Como ejemplo, hace unas semanas, en la fábrica Mondelez-Kraft, en Argentina, las trabajadoras impusieron una huelga y paralizaron la producción para manifestar su apoyo y solidaridad con una compañera que había sido agredida por su pareja. Las trabajadoras grabaron un mensaje en video para la trabajadora agredida que difundieron con la etiqueta #NoEstasSola. Este era su mensaje: “Como verás estamos todos acá reunidos, todos tus compañeros, tus amigas, toda la gente que te quiere. Esto es solamente para que vos sepas que no estás sola, que todos te apoyamos, que no queremos que esto sea una más de todas las veces que te tocó pasarla mal, sino que esto sea el fin de tanto sufrimiento que pasaste vos y tus hijos. Te queremos dar mucha fuerza”.

En todos los lugares de trabajo y estudio es necesario impulsar comisiones de mujeres para debatir sobre la violencia de género y cómo responder ante casos de acoso. Así no vuelven a repetirse tragedias como la muerte de Verónica, así podemos decirles a todas las verónicas del mundo que no están solas.