La unidad más allá de las diferencias es esencial para que las y los maestros enfrentemos la imposición del regreso a clases presenciales y el ataque a la educación pública. ¡Unamos fuerzas!

Sulem Estrada, maestra de secundaria Agrupación Magisterial Nuestra Clase y Pan y Rosas
Miércoles 2 de junio de 2021
Después de año y medio bajo los estragos de la educación a distancia, las escuelas de la CDMX vivieron un proceso de organización para oponerse al regreso a clases presenciales anunciado por el gobierno y la autoridad educativa federal para el 7 de junio. En cada escuela, cientos de maestras y maestros, madres y padres de familia, se organizaron contra esta imposición que arriesga la vida de millones de personas.
Desafortunadamente, estos cientos de maestros, con poca o nula experiencia de organización en sus escuelas y una fuerte represión a su interior, no contaron con el apoyo ni orientación del sindicato -que debería defender los derechos de las y los maestros-, pues el SNTE, fiel a su tradición charril, está plegado totalmente al gobierno y avaló la medida e incluso se atrevió a llamar a una reunión de maestros de la Sección 9 para justificar el actuar de la autoridad educativa a partir del desglose del documento de orientaciones, sin importar que no existen condiciones en las escuelas.
Por su parte, las CNTE a nivel nacional se limitó a realizar una consulta y una conferencia de prensa donde la presentó, pero no se convocó a un espacio amplio, abierto a todo el magisterio y madres y padres de familia para que escuela por escuela pudiéramos definir un plan de acción común para oponernos contundentemente.
En la CDMX, la CNTE a través de la sección 9 convocó a los “comités de lucha y representantes de escuela” sin apostarse a generar un movimiento desde las bases por un regreso seguro a clases presenciales, mientras que la Asamblea de Coordinación de la Secciones 10 y 11 lanzó un pronunciamiento en Change sin considerar otros esfuerzos previos -como el de más de 50 maestras de base que lanzaron un petitorio “Regreso a clases presenciales sí, pero con toda la población vacunada” que tiene más de 25 mil firmas-. Su respuesta fue convocar a una reunión “amplia” -dos días antes de los CTE extraordinarios donde se definiría la reapertura o no de las escuelas- cuyas resoluciones versaron alrededor de que en cada escuela se acuerde “que no es posible reanudar el 7 de junio, y que preparemos las condiciones para un regreso adecuado, siempre y cuando, existan las condiciones sanitarias pertinentes y, realmente, haya el mínimo riesgo de que la pandemia nos siga golpeando, así como una verdadera atención a los planteles en infraestructura, equipamiento y servicios”.
En esta reunión, lejos de fomentar la unidad con todos los maestros y maestras de la Ciudad de México, sin mezquindades, independientemente de las diferencias políticas, para fortalecer a las y los maestros para que podamos triunfar, desafortunadamente se volvieron a utilizar métodos ajenos a las y los trabajadores para calumniar a las y los docentes de la Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase, quienes desde hace meses venimos organizándonos, generando reuniones amplias con decenas de maestras y maestros, madres y padres de familia y denunciando la imposición de la vuelta a clases, que lejos de ser sorpresiva, fue la continuidad de toda una política que ya venía imponiéndose en distintos estados como Campeche desde hace meses.
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Esto, lejos de fortalecer al movimiento, lo debilita, pues intenta confundir a las y los maestros y hacerlos partir de cero, sin posibilidades de debatir o cuestionar para generar propuestas que fortalezcan al magisterio democrático, en un momento donde la unidad es fundamental.
Como parte de la campaña que como agrupación hemos realizado contra la vuelta a clases presenciales en condiciones inseguras, hemos insistido en múltiples ocasiones que esta imposición se enmarca en un ataque generalizado a la educación pública y los derechos laborales de las y los docentes de todos los niveles educativos y que para frenarla es indispensable forjar la unidad.
La CNTE a nivel nacional, junto con otros referentes que se reivindican democráticos, podrían jugar un rol fundamental para llamar a luchar a los miles de maestros que hoy expresan un enorme descontento frente a la situación, sin embargo, continúa poniendo toda su energía en reabrir las mesas de negociación con el gobierno, mientras éste no sólo nos impone el regreso a clases presenciales, sino que reprime de forma brutal a nuestras compañeras y compañeros normalistas.
Para vencer, necesitamos fomentar la más amplia unidad y luchar en las calles contra la imposición al regreso. No podemos conformarnos con que cada escuela haga lo que está en sus posibilidades sin aportarle a las y los maestros un plan de lucha conjunto que no los deje aislados, sino que necesitamos espacios amplios de organización de maestras y maestros, padres y madres de familia y estudiantes de distintos niveles educativos.
Llamamos a todas las y los docentes que se organizan en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación a unir fuerzas, escuela por escuela, para preparar la organización ante un regreso a clases presenciales impuesto por las autoridades para agosto sin condiciones óptimas.
Como un paso hacia forjar esa unidad, los invitamos a participar de la conferencia de prensa por un regreso a clases presenciales, pero con toda la población vacunada a escuelas con condiciones dignas, donde participarán distintas organizaciones, docentes y madres y padres de familia que se llevará a cabo este jueves a las 12:00 hrs en la puerta de la SEP.

Sulem Estrada, maestra de secundaria
Maestra de secundaria