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Red Internacional
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EDUCACIÓN. Unidad y movilización para frenar el ataque y la represión, un llamado a la CNTE

Frente al regreso a clases presenciales y el ataque que enfrentamos en el sector educativo urge unificarnos y recuperar las calles.

Sulem Estrada, maestra de secundaria

Sulem Estrada, maestra de secundaria Agrupación Magisterial Nuestra Clase y Pan y Rosas

Jueves 27 de mayo de 2021

Los retos que enfrenta el magisterio frente al ataque a la educación pública y nuestros derechos laborales son enormes. El anuncio de la vuelta a clases presenciales ha generado preocupación, incertidumbre e indignación entre la comunidad educativa y la población en general.

Asimismo, la represión que vivieron los normalistas de Mactumatzá es una advertencia para las y los maestros que se opongan a los planes del gobierno de la 4T y es un claro ejemplo de la línea represiva que mantiene sobre los sectores que luchan.

Frente a esta situación, el SNTE continúa subordinado al gobierno y aunque, presionado por las y los maestros de base, tuvo que retroceder en su línea de que “había condiciones para volver” y plantear que el regreso “es voluntario”, la realidad es que no ha hecho absolutamente nada para escuchar y defender a sus agremiados, por el contrario, es el fiel garante de que los planes de la SEP y la 4T se cumplan, igual que con todos los gobiernos.

Por su parte, si bien la CNTE convocó a movilizarse luego de la represión a las y los normalistas, lo hizo únicamente en Chiapas mientras en el resto del país no llamaron a ninguna acción unificada.

Frente al regreso a clases presenciales, la Coordinadora elaboró una consulta que reveló datos importantes sobre el estado de las escuelas y la necesidad de resolver sus carencias para un regreso a clases seguro, pero desafortunadamente no presentó un plan de lucha ni convocó a organizarse al conjunto del magisterio.

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Lejos de esto, en conferencia de prensa, la CNTE aseguró que la vía para establecer una ruta para el regreso a las aulas es la reinstalación de sus mesas de trabajo con el gobierno federal, “para que se escuche la voz de los trabajadores de la educación”, asumiéndose como la representación de todo el magisterio, cuando por la vía de los hechos se ha negado a realizar reuniones amplias para convocar a las y los maestros -y a las madres y padres de familia- a organizarse y generar un plan de acción unificado que incluya a los cientos de miles de maestros que no están organizados en la Coordinadora.

Por el contrario, sigue sembrando esperanza en que por la vía de la negociación con el gobierno -responsable del impulso de la “nueva normalidad” que privilegió las ganancias de los empresarios y la reapertura económica provocando más de 200 mil muertes y más de dos millones de contagios- se puede garantizar un regreso seguro a clases, cuando es la movilización y la lucha lo que puede permitir imponer las condiciones necesarias.

Por otro lado, la CNTE no tiene una línea unificada de acción en los estados donde se encuentra, pues en cada uno, la política que se está llevando adelante es distinta. Incluso en la CDMX, la sección 9 convocó a los “comités de lucha y representantes de escuela” -excluyendo por la vía de los hechos a miles de maestros donde no tienen presencia y que no tienen condiciones en sus escuelas para hacer un comité de lucha- a una reunión exigiendo que se “establezca una mesa con la Sección 9 Democrática y se consulte a cada comunidad educativa la situación de cada escuela”. Es decir, ni siquiera contempla al magisterio de la CDMX en su conjunto pues la sección 9 solamente agremia a los docentes de preescolar y primaria.
Por su parte, la Asamblea de Coordinación de la Secciones 10 y 11, -secundarias y administrativos e intendencia-, se limitó a lanzar un pronunciamiento en change sin sumar si quiera a la Sección 9 y sin tomar en cuenta los esfuerzos e iniciativas previos que distintos maestros y maestras, padres y madres de familia habían concretado ya en la CDMX, favoreciendo por la vía de los hechos a la división entre las filas del magisterio.

Unidad en la acción, la clave para vencer

Frente al regreso a las clases presenciales y el ataque a la educación pública que se expresa a través de múltiples vías -como el avance en la precarización de las y los docentes de los distintos niveles educativos- es indispensable que el magisterio se una. No podemos seguir divididos, pues de ser así nos seguirán derrotando por separado.

Para ello, es necesario generar un plan de lucha unificado, con la participación de los sindicatos que se reivindican democráticos, las y los docentes de todos los niveles educativos, los padres y madres de familia y los estudiantes, que cuestione los planes privatizadores que continúan profundizándose.
Asimismo, es necesario que el conjunto de las y los trabajadores de la educación exijan a los delegados del SNTE y el resto de los sindicatos educativos, que en cada escuela y centro de trabajo se realicen asambleas para que entre todos podamos definir como sumarnos a esta lucha.

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Mientras la CNTE ha puesto su empeño en reabrir las mesas de diálogo con el gobierno, varias iniciativas han llamado a la unidad del sector educativo para enfrentar el ataque. Por ejemplo, desde la asamblea inter-UNAM, hubo un llamado al Encuentro Nacional en Defensa de la Educación Pública, donde participaron distintos actores del sector educativo.

Asimismo, se han llevado a cabo distintas reuniones e iniciativas por parte de docentes y madres y padres de familia, como las que se han impulsado desde la Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase y Pan y Rosas donde un grupo de 50 maestras iniciaron la campaña por un regreso a clases seguro, proponiendo un pronunciamiento que hasta ahora lleva más de 23 mil adhesiones y que llamó al conjunto de los trabajadores de la educación y de las organizaciones a unirnos.
Esta campaña tuvo continuidad con la reunión por un regreso seguro a clases presenciales donde se acordó impulsar distintas iniciativas sumándose a las que en decenas de escuelas empezaron a llevarse adelante para oponerse a la política de las autoridades.

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Luchemos en las calles para enfrentar el ataque

Este es un momento crucial, pues el anuncio de la vuelta a clases presenciales pone en evidencia que para el gobierno y el conjunto de los partidos del régimen lo más importante es garantizar sus elecciones y privilegiar la reapertura económica y las ganancias de los empresarios.

Para un regreso seguro a clases presenciales es indispensable que toda la población esté vacunada, para ello debemos luchar contra el acaparamiento de las vacunas que a nivel internacional llevan adelante los países imperialistas.

Asimismo, debemos luchar por un urgente aumento al presupuesto al sector salud y al sector educativo para garantizar condiciones óptimas en los planteles, pues estos tienen años de abandono y sobreviven gracias a los maestros y los padres y madres de familia -que en esta pandemia han sido duramente golpeados con despidos y rebajas salariales-. Para lograrlo, tiene que dejar de pagarse la ilegitima deuda externa y cobrarse impuestos progresivos a las grandes fortunas.

Es fundamental el impulso de la organización desde las escuelas, así como la movilización unitaria –con todas las medidas de seguridad necesarias– en las calles.
La CNTE puede jugar un papel fundamental en la organización de las y los maestros frente al ataque, pero para eso los dirigentes deben romper la tregua que sostienen con el gobierno y hacer un llamado a todo el magisterio y sus aliados para que generemos un plan de lucha unificado y actuemos como uno solo.