Con la intención de frenar la fragmentación de la izquierda neorreformista, la formación morada apuesta por “un proyecto político que pueda aglutinar a mucha gente”, una estrategia ya usada y que culminó en Unidas Podemos.
Alex León @A10Leon
Lunes 11 de octubre de 2021
En el acto de cierre de la Universidad de Otoño de Unidas Podemos, un espacio de reflexión del partido morado, tanto Pablo Iglesias como la secretaria general Ione Belarra han apostado una vez mas por el “frente amplio” en el que trabaja también la ministra de trabajo Yolanda Díaz tras haber sido proclamada a dedo por el cabeza de lista de Unidas Podemos. La intención de los líderes políticos de UP es frenar la pérdida de votos de las elecciones que se han celebrado en los últimos años.
Cualquiera que lea esto pensará que vive en el día de la marmota o que este texto que lee es antiguo, pero la realidad es que los actores políticos de Unidas Podemos vuelven a incidir de nuevo en la estrategia que le ha resultado desastrosa para los planes de gobierno que tenían. Se han convertido en la muleta izquierda del PSOE incapaces de liberarse de las políticas neoliberales que estos llevan años haciendo y que nunca han dejado de hacer.
Este aglutinamiento de nuevos actores políticos señala directamente a Íñigo Errejón y su proyecto político Más País, a otros actores que se aliaron con ellos como Compromís, y a nuevos actores que puedan venir de los movimientos sociales.
Para Ione Belarra “los avances en derechos van a ser mucho más lentos” mientras el PSOE siga como primera fuera política. También ha presumido de ir “señalando el rumbo de la dirección del PSOE” cuando la realidad es que están sirviendo para taponar cualquier atisbo de movilización en las calles, aliándose con las burocracias sindicales de los grandes sindicatos para evitar protestas por la subida de la luz o la reforma de las pensiones. Hemos podido ver a Yolanda Díaz el 1 de mayo con los líderes de CCOO y UGT o estos líderes en las fiestas del PCE junto a la ministra y vicepresidenta del gobierno progresista.
Para la líder de la formación morada ya no debemos expropiar o nacionalizar las empresas estratégicas como pedían en la creación del partido, sino que hay que “crear empresas públicas para cada sector económico estratégico”. Bajo su buena intención de crear nuevas empresas estatales en sectores estratégicos se esconde su incapacidad de expropiar a las empresas que están vaciando los pantanos, que están recibiendo los fondos europeos mientras suben los precios de la luz y el gas y que no han dudado ni un segundo en enriquecerse a nuestra costa en medio de una pandemia mundial. Se han dado cuenta que llegar al gobierno no es tener el poder y se han conformado acríticamente con ser la muleta de un PSOE cada vez más inclinado a la derecha.
Los morados siguen actuando como si no fueran la fuerza que sostiene y que impulsa al gobierno del PSOE, actuando en la oposición cuando quieren y en el gobierno cuando les interesa. Su manifiesto viene a enumerar todos los sapos que se han tenido que comer para seguir sentados en los sillones sin tener la capacidad siquiera de derogar las reformas laborales: "Venimos de ver cómo se permitió la fuga del emérito corrupto a una dictadura teocrática, cómo se impuso un diseño burocrático al ingreso mínimo vital que amenaza con hacerlo descarrilar, cómo se intentó parar la Ley Trans, las medidas para bajar la factura de la luz y la regulación de los alquileres, cómo se pospuso ocho largos meses la subida del salario mínimo interprofesional en 2021, cómo se permite al PP seguir atrincherado en el Poder Judicial y mandar en Radio Televisión Española, cómo se siguen haciendo políticas migratorias contrarias a los derechos humanos o cómo se facilitó la fusión entre Bankia y CaixaBank, renunciando a una banca pública que los españoles nos habíamos comprado rescatándola con decenas de miles de millones de euros".
Urge la conformación de una organización política de la extrema izquierda que sea capaz de hacer las políticas necesarias para tumbar al sistema capitalista que sostiene las ganancias empresariales a costa de nuestra salud y del planeta. Una organización antifascista que también sea capaz de enfrentarse a la extrema derecha. Que ponga la vida de la diversa clase trabajadora en el centro, que derogue las reformar laborales, que cierre los CIEs y derogue la ley racista de extranjería, que expropie y nacionalice los sectores estratégicos sin coste, que exija la devolución del dinero regalado a la banca, que no permita leyes absurdas como la ley Castells y que abogue por el reparto de horas de trabajo sin rebajar el salario.