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Red Internacional
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Proceso Constitucional. ¿Unidos o separados? El Debate dentro de la ex Concertación sobre cómo enfrentar las elecciones de cara al consejo constitucional

Aun cuando el consejo recibe nada de atención por parte de la clase trabajadora y los sectores populares, los partidos se están quedando sin tiempo para acordar las listas que presentarán en el próximo proceso constituyente. diferencias más, diferencias menos, ambos sectores se preparan para un nuevo intento de canalizar la crisis orgánica que vive el país.

Lunes 30 de enero de 2023

Faltando pocas semanas para la definición de quiénes serán los candidatos al consejo constitucional, este fin de semana varios partidos realizaron importantes reuniones internas para tomar una decisión en torno a qué táctica se adoptará de cara a la elección.

De esta manera, desde el gobierno han insistido en su llamado a la conformación de una lista unitaria de los partidos que componen la alianza de gobierno, es decir: socialismo democrático + apruebo dignidad. Pero estos llamados no han tenido el eco que Boric y sus aliados esperaban, mostrándose con mayor división los llamados de los ex presidentes Bachelet y Lagos.

Por un lado, Bachelet, que fue visitada por Convergencia Social esta semana, se mostró dispuesta a encabezar una lista del oficialismo bajo la única condición de que sea una lista única que agrupe desde la Democracia Cristiana hasta el Partido Comunista, llamado que tomó el comité central del Partido Socialista a través de su directiva y que se ha replicado durante todo el fin de semana.

Pero desde la vereda de al lado, el PPD realizó su propio cónclave, donde Ricardo Lagos intervino a favor de la opción de constituir dos listas separadas: por un lado una alianza DC-PS-PR-PPD y por otro Apruebo Dignidad, según Lagos esto permitiría captar el voto de “centro” y fortalecer al gobierno. Finalmente con el 94% de los votos, el Partido decidió mantener la linea de las dos listas.

Dos listas

Pero más allá de las típicas “palabras de cortesía”, lo que se esconde es una suerte de vendetta por parte de los viejos estandartes concertacionistas contra Apruebo Dignidad, ya que llevando listas separadas, les permite separar aguas y hacer un gallito entre las dos coaliciones, de tal manera que si Socialismo democrático saca más votos que Apruebo Dignidad, este podría negociar un rol más importante dentro del gobierno. Parte de esta discusión es un posible cambio de gabinete, donde el ingreso de un alto contingente de militantes de este sector, podrían llegar a las subsecretarías y algún ministerio.

Lo que está en disputa con esta elección es un reequilibrio en la alianza de gobierno, siguiendo así el propio giro que el gobierno viene dando hacia la derecha, moviéndose muy lejos de las expectativas que generó luego de la primera vuelta y que poco a poco se ha mostrado más como un gobierno de continuidad (de la Nueva Mayoría) que otra cosa.

De hecho Boric y el oficialismo han logrado hacer avanzar proyectos que ni siquiera Piñera logró sacar como un Estado de Excepción super extendido en el sur o la Ley de Infraestructura crítica, que le entregará más facultades a los militares para el ejercicio de la represión contra posibles manifestaciones.

La Cocina dirigida por los mismos de siempre

Como se ha visto con las designaciones de diputados y senadores, el proceso constituyente actual replicará mucho de lo que fue la política de los 90. Tanto la derecha (UDI-RN) como el centro burgués (ex Concertación) tienen claro que lo que se juega es la posibilidad de “reordenar la casa” aun cuando sigan ocultando la tierra bajo la alfombra.

En este juego, el Partido Comunista y el Frente Amplio han jugado un papel fatal en canalizar la crisis, institucionalizarse y darle nuevos aires a quienes estaban en el suelo durante el estallido.

Hoy, que gobiernan para los empresarios, se revelan como lo que son: falsos amigos del pueblo, cómplices de la recomposición del régimen y vergudos de la movilización obrera y popular, por eso Boric no titubeo en respaldar al gobierno golpista de Boluarte en Perú ni ponerse bajo la égida del imperialismo norteamericaano.

La clase obrera y los sectores populares no tienen nada que esperar del próximo proceso constitucional