Los ministros de finanzas de la Unión Europea aumentaron la presión sobre Grecia para que continúe el programa de rescate financiero internacional, mientras el euro se debilitaba.
Miércoles 18 de febrero de 2015
Fotografía: REUTERS-Francois Lenoir
Al retornar a unas reuniones sobre otros temas rutinarios con sus contrapartes de la UE (Unión Europea) en Bruselas después del colapso de las conversaciones el lunes por la noche, el ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, rechazó el argumento de que su única opción era volver a ellos y pedirles la extensión de un rescate rechazado por los votantes griegos.
"El próximo paso es el paso responsable", dijo, sin ofrecer detalles sobre qué estaba dispuesta a ofrecer Atenas. "Seguiremos deliberando para mejorar las opciones y finalmente conseguir un muy buen resultado para el europeo promedio", agregó.
Sin embargo, Jeroen Dijsselbloem, el ministro de finanzas holandés que preside el grupo euro de 19 naciones que usan la moneda única, se mantuvo firme en su posición al decir que Atenas debe buscar una extensión:
"Realmente depende de los griegos. No podemos obligarles o pedírselo. Realmente depende de ellos. Estamos listos para trabajar con ellos, también el próximo par de días", dijo.
"El gobierno griego debe cambiar su posición", dijo el ministro de Finanzas de Austria, Hans Joerg Schelling. "El tiempo apremia".
Dijsselbloem ha dicho que el viernes es un plazo final para un acuerdo que daría tiempo para que algunos parlamentos nacionales lo ratifiquen antes de que el 28 de febrero venza el paquete crediticio de 240.000 millones de euros que rescató a Grecia de la quiebra hace tres años.
"MOMENTO DECISIVO"
Desde Gran Bretaña, el mayor estado de la UE que no usa el euro, el ministro de finanzas George Osborne dijo: "Estamos llegando al momento decisivo para Grecia y la zona euro" y advirtió que un fracaso para alcanzar un acuerdo sería "muy severo para la estabilidad económica y financiera".
Haciéndose eco de la alarma que expresaron los funcionarios de la UE sobre la táctica de negociación del gobierno de izquierda que los griegos eligieron el mes pasado para terminar los odiados programas de austeridad, Osborne agregó: "lo que realmente necesita Gran Bretaña es ver competencia, no caos".
Mientras tanto, el dinero continuaba saliendo de los bancos griegos y los griegos atrasan los pagos de impuestos, lo que aumenta la presión sobre las finanzas públicas y el sector bancario si se corta el flujo de dinero internacional.
El euro perdía un 0,15 por ciento a 1,339 dólares, una caída desde el máximo visto el lunes a 1,1429 dólares, para ubicarse más cerca del fondo de su rango reciente de 1,1270 a 1,1534.
El banco de inversión Barclays dijo que el fracaso de las conversaciones aumentaba el riesgo de que Grecia deje la zona euro y planteó la perspectiva de que Tsipras tenga que llamar a un referendo sobre si se acepta un acuerdo con condiciones o el país abandona el euro.