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Red Internacional
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Educación superior. Universidad Autónoma de Querétaro señala pérdida de becas por medidas de Conahcyt

La UAQ en un comunicado público denunció que varios de sus programas de posgrado no serán reconocidos por el nuevo Conahcyt, lo que dejara sin beca a varios de sus estudiantes, ya que no son prioritarios para el nuevo discurso humanista de la 4T.

Miércoles 9 de agosto de 2023

La Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) señaló en un comunicado publicado desde sus redes sociales que la implementación de la nueva Ley de Humanidades de, Ciencia y Tecnología, afectará 23 de sus programas registrados ante el Sistema Nacional de Posgrados (SNP) por pérdida de becas para estudiantes de posgrado.

Dicha ley ha causado malestar entre la comunidad científica, en unos por la justa razón de que no se les convocó para su discusión y redacción, ya que fue aprobada sin el consenso de la mayoría de científicas y científicos del país.

Esto tiene como antecedente las protestas de estudiantes de posgrado que tiene como hashtag #SinBecaConahcyt, ya que el nuevo Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (Conahcyt) ha retirado sus becas a estudiantes de posgrado de más de 140 programas implicados en todo el país (maestrías y doctorados). Las áreas son las que tienen que ver con negocios, administración, actuaría, matemáticas aplicadas a negocios, etc., que no son consideradas prioritarias en las nuevas directrices llevadas adelante por María Elena Álvarez-Buylla, ya que no están acordes con el discurso del “humanismo mexicano” promovido por la 4T.

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Señalamientos contra la nueva ley

Los científicos también señalaron que la nueva legislación estipula que ahora el Estado no está obligado a destinar 1% del Producto Interno Bruto (PIB) para el ciencia y tecnología, lo que abre la puerta a realizar recortes que van a degradar la producción científico-tecnológica del país porque no existe un piso mínimo de cuantos recursos públicos deben invertirse, lo que crea una tentación privatizadora para que las empresas particulares inviertan. Otro hecho de la nueva ley, es que da un lugar privilegiado a las Fuerzas Armadas para que tengan injerencia en esta área, profundizando la relación que tiene este gobierno con el Ejército.

Por otro lado, también es cierto que ha causado malestar porque grupos de burocracias académicas que estaban beneficiadas por la ciencia neoliberal ahora se han visto desplazadas por nuevos beneficiarios de la producción científica, pero no en clave transformadora, sino manteniendo el mismo orden que ha perpetuado la precarización laboral y el sistema de estímulos que crea enormes desigualdades. Al final, no existe una democratización ni de las universidades ni de los órganos de producción científica, por lo que los mecanismos de los que se valen dichas burocracias continúan de modo que pueden seguir sirviéndose de estos para continuar con su modo de vida.

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Una salida distinta

Aunque exista un cambio de discurso con el gobierno de la 4T, que habla de humanismo no sólo en la ciencia, también en las universidades con la Ley General de Educación Superior (LGES) o en la educación básica con la Nueva Escuela Mexicana, cuyos libros de texto han causado un enorme revuelo en los últimos meses.

Es necesario aclarar, que no hay cambios de fondo en muchas cosas, lo que existe una apropiación de teorías y discursos críticos con los que se intenta fortalecer un perfil político antineoliberal, pero sin realizar una transformación de fondo, porque el modo de producción capitalista, que también se expresa en la ciencia no ha sido cuestionado ni un poco.

Por el contrario, muchos de sus esquemas precarizadores se siguen implementando, al permitir que continúen existiendo investigadores de primera y de segunda, en donde estos últimos no tienen un trabajo estable, ni derechos laborales ni derecho a opinar sobre el rumbo de la actividad que desempeñan, como le ocurre a la inmensa mayoría de las y los trabajadores. Situación que es observable en las universidades, así como en la educación básica y media superior, donde la precarización laboral se ha profundizado.

Esta discusión también nos hace plantearnos ¿Qué tipo de ciencia queremos? ¿Cuáles deberían ser sus fines? Consideramos desde nuestro punto de vista que requerimos una ciencia al servicio de las mayorías, en donde el desarrollo técnico y científico tengan un enfoque realmente humanista que busque mejorar la condición de los trabajadores quienes somos la mayoría de la población. En donde el poder de decisión de la investigación no esté en manos de burocracias académicas privilegiadas, sino en manos de quienes mueven todo, los trabajadores.

Para que entonces se pueda mejorar la medicina y la psicología para el bienestar de la población, por ejemplo, previniendo nuevas pandemias o mejorando la salud mental; se hagan obras de infraestructura para prevenir que los desastres naturales dejen sin medios de vida a los más desprotegidos; también para que se abra el acceso libre a la cultura y al ocio para todas, todos y todes.