Fue luego de que el vicedecano de la Facultad de Ciencias Exactas presentara ayer a la tarde en el consejo superior de la UNSa un proyecto sobre tablas para que se trate y apruebe un “régimen disciplinario de estudiantes”.
Viernes 29 de septiembre de 2017 11:15
El viernes el Centro de Estudiantes de Humanidades (CUEH) convoca a una sesión de su Comisión Directiva donde se definirá la fecha y horario de una asamblea de estudiantes para debatir y votar acciones para frenar la aprobación de este “régimen disciplinario”. Desde Juventud a la Izquierda y Pan y Rosas en el Frente de Izquierda, proponen llamar a todos los Centros de Estudiantes para concertar una asamblea inter-facultades.
¿Estamos ante una reforma encubierta del estatuto universitario?
La presentación realizada por el vicedecano de Exactas provocó un rechazo casi inmediato de la mayoría de las agrupaciones estudiantiles que intervienen en la facultad de Humanidades. Pero también manifestaron su descontento algunos docentes sindicados en ADIUNSa junto a estudiantes independientes.
Dos son las razones más importantes para rechazar este proyecto de “régimen disciplinario de estudiantes”.
La primera, es la pretensión del conjunto de las autoridades universitarias de imponer al movimiento estudiantil un reglamento para disciplinar literalmente la vida interna de la Universidad, pasando por encima de todos los órganos de co-gobierno y yendo en contra de los más elementales principios de cualquier democracia universitaria que se precie de tal: la presentación y consulta pública del proyecto y su debate en una Asamblea Universitaria, donde participen estudiantes, docentes y no docentes.
La segunda razón, su contenido abiertamente punitivista que pretende tipificar delitos, sanciones y procedimientos de denuncia interna en la Universidad, con postulados ambiguos y generales que dan lugar a una interpretación y a un uso arbitrario de los mismos, se pretende así introducir nuevos parámetros para el “orden universitario”, es decir, que podemos hablar de una reforma estatutaria encubierta.
La disciplina para el ajuste
El “régimen disciplinario”, cuyo proyecto original data de 2011, fue modificado y preparado para su presentación express en el superior por los miembros de la comisión de interpretación y reglamento, que es presidida por la actual vice decana de la facultad de Humanidades, Susana Rodríguez.
Según la vicedecana Rodríguez se les solicitó un tratamiento express del proyecto. Pero de tan express que fue el tratamiento, parece que a la comisión de interpretación y reglamento se le pasó desapercibido que estaba formulando un cuerpo jurídico con un carácter profundamente punitivo.
Si se mira con atención las casi 20 hojas con las que cuenta el proyecto, se puede observar, por ejemplo, en el artículo 51 inciso a) la siguiente tipificación de un delito que puede ser causa de sanción disciplinaria: “acciones que interrumpan o malogren el desarrollo normal de la actividad educativa”. O en el artículo nº 53 inciso a), que reza: “participar en desórdenes en el ámbito de la Universidad que provoquen daños al patrimonio físico de la universidad”, o en el artículo nº13, que directamente instala la figura del “buchón” o “alcahuete”: Art. 13: las autoridades universitarias, el personal docente, el personal de apoyo universitario y los estudiantes deberán informar a la autoridad competente los hechos, actos y/u omisiones de los estudiantes que configuren probablemente responsabilidad disciplinaria, exista o no perjuicio fiscal”.
Sin ahondar aún más, no resulta difícil discernir que las tipificaciones contempladas en los distintos artículos que tomamos de muestra, pueden volverse en contra de los mismos estudiantes en un abrir y cerrar de ojos. Por ejemplo, en el marco de una lucha o campaña que enfrente a estudiantes y sus Centros con las autoridades de la Universidad, y más aún, en un contexto de ajuste y represión. Los recortes en el Conicet o la reforma educativa para la “escuela del futuro” que pretenden pasar en Ciudad de Buenos Aires pero que ha encontrado la resistencia de los estudiantes secundarios, son muestras de que la educación pública está en la mira del gobierno y sus secuaces.
Por tanto, muy lejos de lo que llegaron a argumentar esta tarde en el consejo superior el vicedecano de Exactas, la vicedecana de Humanidades e incluso el consejero estudiantil de esta misma facultad, que responde al frente kirchnerista “Juntxs”, la urgencia por aprobar entre gallos y medianoches este antidemocrático “régimen disciplinario de estudiantes”, no responde a la necesidad de tapar un “vacío normativo” en la Universidad.
La meta de este proyecto no es otra que la de preparar el terreno para que pase el ajuste en la Universidad y no encuentre oposición, y si la encuentra que el régimen universitario cuente con las herramientas necesarias para desmantelarla.
Por eso, desde Juventud a la Izquierda y Pan y Rosas en el Frente de Izquierda, consideran necesario que los centros de estudiantes convoquen una asamblea inter-facultades de estudiantes, donde se pueda debatir y votar como enfrentar y detener esta reforma encubierta del estatuto universitario, e invitan a todos los estudiantes a tomar esta campaña en sus manos.