Las estudiantes del país se han encargado de poner al centro el debate sobre la violencia hacia las mujeres levantando movilizaciones contra la violencia machista en sus casas de estudio.

Karla Peralta Díaz Médica en Antofagasta, Pan y Rosas
Domingo 13 de mayo de 2018
Las universidades y los liceos del país vienen tiñéndose de lila hace unas semanas, debido a que en diversas casas de estudio se han levantado tomas y paros feministas, librando una gran batalla contra el acoso y el abuso sexual, cuestionando el sistema educativo y poniendo en jaque el sexismo en la educación.
Un ejemplo de esto es la movilización que llevaron adelante las estudiantes del Liceo Carmela Carvajal, Javiera Carrera y Tajamar que con un grupo de más de 500 estudiantes, marcharon hacia el Instituto Nacional para problematizar la naturalización de la violencia machista al interior del establecimiento.
Específicamente, el hecho fue detonado por el contenido machista y sexista que se plasmaba en los polerones de generación de uno de los cuartos medios, el que contenía “piropos” de alto calibre, avalando y normalizando de esta manera el acoso callejero y también al interior del recinto. Tras la movilización, los estudiantes decidieron dejar de usar el polerón que contenía y reproducía este tipo de violencia de género.
Estas manifestaciones se dan en el contexto de mas de 18 casas de estudios que ya se encuentran movilizadas contra el machismo y la educación sexista, cuestionando los distintos niveles de violencia de genero y sembrando, en el camino, un debate abierto sobre el feminismo.
Así, el movimiento estudiantil vuelve a cuestionar el modelo educativo actual, en el cual prima el sexismo y el mercado, pero queademás está profundamente influenciado por la moral conservadora de las iglesias, que vemos presentes en la gran cantidad de escuelas, liceos y universidades, bajo su mural
De este modo el sistema reproduce una educación influenciada por la moral de la iglesia, coartando no sólo la posibilidad de desarrollar una educación que deje de lado las arcaicas concepciones machistas y patriarcales, sino que, también una educación sexual en escuelas y liceos que sea libre de la moral conservadora y castigadora de la iglesia, que no sea heteronormativa y sin un enfoque LGTBIfóbico. O más problemático aún, sacando cualquier tipo de educación sexual de los programas y contenidos.
Otro aspecto que podemos profundizar en cuanto a la reflexión y el debate es la existencia de liceos para hombres y mujeres, para empezar a cuestionar de una manera más acabada este modelo de educación. ¿Cuál es el sustento para la existencia de este tipo de establecimientos? ¿Por qué debe haber una educación para hombres y otra para mujeres? Precisamente terminar con todo este tipo de contradicciones es una de las tareas de poder avanzar, en el sistema educativo, a una educación no sexista ni heteronormativa, para que al interior de las salas de clases se dejen de reproducir los estereotipos de genero y se pueda cuestionar en profundidad los distintos tipos de violencia de género, a la vez que contribuye a ir derrotando a la segregación en la educación.
Ante este revuelo, que tiene como protagonistas a las estudiantes del país, el gobierno de la derecha, caracterizada por su profundo machismo, sexismo y conservadurismo, no pierde oportunidad para poder agarrarse de estas demandas sentidas y posicionar de mejor manera su gobierno que no ha logrado dar pasos firmes. Es así como el Ministro de Educación busca meterse en el debate afirmando de manera tibia lo siguiente: "por supuesto que estamos por una educación no sexista y, por eso, hemos distribuido por los colegios manuales de convivencia, cuestión que es muy importante". Falta le hace al Ministro Varela comprender que el problema de la violencia hacia las estudiantes – y las mujeres en general – no radica meramente en cuestiones de relaciones personales, que es posible cambiar con reglamentos y manuales, sino que es su propio gobierno el que se encarga de reproducirla.
Entonces, ¿Cuál es el camino que debemos seguir para terminar efectivamente con la violencia machista?
Debemos apostar por la unidad entre estudiantes, docentes y funcionarios para que podamos llegar a remecer profundamente el sistema educativo terminando de una vez con el modelo actual que es sexista, patriarcal y de mercado, para dar paso a una educación laica, no sexista ni heteronormativa, dejando fuera a las iglesias y a los empresarios de la educación.
Porque no queremos ni una menos por violencia machista y no queremos más acoso y abuso sexual en nuestros lugares de estudio o de trabajo, tenemos que llevar adelante la tarea de levantar un gran movimiento de mujeres, que en unidad con el conjunto de los trabajadores, el movimiento estudiantil, la diversidad sexual y los distintos sectores oprimidos se proponga hacerle frente a este gobierno de la derecha y terminar con todo tipo de violencia de género.