PANORAMA EN EL CONGRESO. Uno por uno: ¿quiénes son los senadores que podrían impedir la legalización del aborto?

La cámara de senadores está compuesta por 72 integrantes, tres por cada provincia y la Ciudad de Buenos Aires. Hace dos años mostró en su esplendor su cara antidemocrática rechazando la legalización del aborto, mientras movilizaciones masivas evidenciaban el apoyo que posee este derecho en amplios sectores de la sociedad.

Según el relevo realizado hasta el momento por Economía Feminista de ese total 35 votarían en contra, 33 a favor, tres aún no definieron su voto y uno se encuentra de licencia. Con la proyección provisoria de estos números la aprobación del aborto podría volver a toparse con la reaccionaria Cámara de Senadores.

¿Quiénes votarían en contra?

De las y los 35 senadores que votarían en contra la composición es:

• Frente de Todos: 17 votos

Entre ellos se encuentran personajes como el expresidente Carlos Menem, Silvina Larraburu (que en 2018 se dio vuelta y terminó votando en contra) y el presidente del bloque del Frente de Todos, José Mayans. Este último recientemente ratificó su oposición al tratamiento del proyecto y a principio de año llegó a comparar el aborto con la pena de muerte.

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• Juntos por el Cambio: 12 votos

La Unión Cívica Radical (UCR) aportaría 9 votos en contra, mientras 3 serían del PRO. Entre ellos se encuentran Esteban Bullrich, que en el 2018 llegó a afirmar que “un embrión es un argentino con derechos”, y Silvia Elías de Pérez, recordada por la frase que le respondió el biólogo Alberto Kornblihtt durante las audiencias hace dos años: “no está bien, está mal”.

• Bloques unipersonales: 6

Corresponde a senadores que tienen su propio bloque individual.

¿Quiénes están indefinidos o estarían ausentes?

Restan otros cuatro senadores. Dos son de Entre Ríos y fueron electos en el 2019, por lo que no tuvieron la oportunidad de votar en 2018. Stela Olalla, que aún mantiene su voto indefinido, en marzo de este año declaró sobre el tema: “no voy a firmar un cheque en blanco”. Por su parte Edgardo Kueider declaró hace unas semanas “estoy estudiando ambas propuestas del Ejecutivo”. A principio de año dijo que avalaba “la despenalización” pero dudaba respecto a “la legalización, los plazos, las condiciones”. Recientemente el sitio parlamentario.com publicó que, según fuentes cercanas al senador, votaría en contra, sin embago aún no hay declaraciones públicas que lo confirmen.

La neuquina Lucila Crexell participó durante el debate del 2018 donde se abstuvo como diputada. En esta ocasión afirmó que está “a favor hasta la semana 12” y que “para mí es un punto central la cantidad de semanas para la interrupción del embarazo, pero soy una persona flexible". A su vez aclaró “la pasamos muy mal en 2018, trato de tomar una decisión correcta sin adelantar cómo voy a votar”.

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Por último queda el senador José Alperovich, que durante 2018 confirmó a último momento que votaría en contra el mismo día de la sesión. Actualmente está de licencia hasta el 31 de diciembre de este año debido a que fue acusado por su sobrina por abusos sexuales. Si el tratamiento logra pasar la prueba de Diputados y hay sesión en el Senado durante diciembre, no podría votar. En caso de suceder durante el 2021, dependerá de la continuidad o no de su licencia.

Panorama general

Tras dos años de la anterior votacion y una elección nacional, donde se renovó un tercio de la cámara, en el Congreso se mantiene intacta la injerencia de las cúpulas de las Iglesias. Algo que demuestra el gran núcleo de senadores que se oponen a la legalización del aborto. A su vez, la “indefinición” a la que apelan algunos senadores, en un debate que logró escala nacional en 2018, evidencia cómo especulan en su propio beneficio con los derechos de las mujeres y personas con capacidad de gestar.

Un eventual empate, situación que no está descartada, dejaría la decisión en manos de la presidenta de la cámara Cristina Fernández de Kirchner, quien en 2018 votó a favor.

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En medio de la incertidumbre y buscando mantener su buena relación con las Iglesias, el oficialismo busca garantizar la legalización. En función de eso corren distintas versiones de estrategias posibles. Una de ellas consiste en lograr abstenciones disuadiendo votos de senadores celestes que están por cumplir su mandato, con la promesa de continuar su carrera política con otras funciones en el gobierno.

Con este panorama que le espera al tratamiento de legalización del aborto, urge volver a abrir una discusión en cada casa, lugar de trabajo y de estudio. No se puede confiar en un Congreso donde las cúpulas eclesiásticas mantienen un gran peso y se especula con un derecho tan elemental como el que pretende evitar las muertes por abortos clandestinos. Por estas razones, es necesario retomar las calles, ese lugar donde la marea verde plantó su bandera y donde realmente hacen eco las demandas de las y los más oprimidos.