Ya podemos afirmar que la familia y allegados de Ayuso son toda una asociación ilícita, poco menos que un clan de mafiosos. Sus padres, su hermano y ahora su pareja, Alberto González Amador, que ha estafado más de 350 mil euros, ¡pero eso es casi lo de menos!
Lucía Nistal @Lucia_Nistal
Martes 19 de marzo
Tiene dos sociedades sin trabajadores, pero eso sí, tienen a su nombre un portátil, una impresora, un Porsche y un Maserati y 3900 euros en cortinas, y facturó 1.7 millones de forma totalmente ilegal con servicios que nunca se prestaron. Habrá que preguntarse por qué empresas como Quirón, su mejor cliente y una de las que más negocio hace con la privatización de la sanidad en Madrid que tanto ha impulsado Ayuso (y que nadie está impidiendo desde el gobierno, ahí sigue la ley 15/1997 que lo permite sin planes de derogación), pagan esas cantidades aparentemente a cambio de ningún servicio.
#Ayuso y compañía son todo un clan de mafiosos, pero la corrupción y las ligazones entre la casta política y la empresarial son el ADN de toda la "democracia borbónica" y del propio sistema capitalista. No tiene cara amable el capitalismo. pic.twitter.com/kxBFHVGG5t
— Lucía Nistal (@Lucia_Nistal) March 19, 2024
Tuvo un tremendo incremento de beneficios durante la pandemia con… sí, la compraventa de mascarillas. 2 millones se llevó en comisiones por contratos de mascarillas. Habrá que preguntarse también cómo una empresa le paga 2 millones a este señor por poco más que mandar unos emails y un par de reuniones. Imaginaos lo que estaría ganando la empresa que pagó esas comisiones…
Es importante quién es el corrupto, pero también quién es el corruptor. Farmacéuticas, proveedoras y demás grandes negocios se forraron durante la pandemia con la ayuda de distintos cargos políticos, aquí y en toda la Unión Europea, no hay más que ver cómo los fondos europeos fueron un trasvase de dinero público a grandes empresas. Y todo eso mientras sanitarios y trabajadores esenciales se jugaban la vida sin medios y muchas veces por salarios de miseria, o mientras se encerraba a ancianos en residencias para priorizar a la privada, homicidios, que como ha dejado claro un informe, podrían haberse evitado.
Pero es que no son manzanas podridas, ni si quiera partidos podridos (aunque lo estén), la corrupción, los lobistas y todas las ligazones entre la casta política y la empresarial que trabajan para elevar hasta lo estratosféricos sus beneficios, todo eso es un mecanismo congénito de esta “democracia borbónica” al servicio del IBEX 35 con sus Koldos, sus jefes de gabinete que amenazan a periodistas, su rey emérito cobrando de Arabia Saudí, sus operaciones Chamartín y sus Hard Rock, y es el ADN del propio sistema capitalista.
Claro que Ayuso se tiene que ir, y todo su clan, pero eso no resuelve el problema. Es que todos los cargos públicos tendrían que ganar lo mismo que un trabajador medio y ser revocables en todo momento, es que los jueces tendrían que ser electos y revocables y no esa casta apolillada que protege a sus amigos, es que servicios fundamentales como la sanidad, las residencias o las farmacéuticas no deberían ser objeto de negocio y especulación, sino nacionalizadas y gestionadas por los trabajadores.
Y esto conlleva impugnar el sistema perverso que es el capitalismo de arriba abajo, no “tratar de gestionarlo de forma amable” como nos cuentan desde los gobiernos progresistas. Que no nos compramos el cuento del mal menor de la mano del PSOE, con Sumar o antes con Podemos.
Porque no tiene cara amable el capitalismo.
Lucía Nistal
Madrileña, nacida en 1989. Teórica literaria y comparatista, profesora en la Universidad Autónoma de Madrid. Milita en Pan y Rosas y en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT).