Demonjhea Jordan, tenía 21 años. Sospechado de un robo, fue perseguido por varios móviles que le vaciaron sus cargadores hasta matarlo en las calles de Lousville. Aumenta el racismo policial en la era Trump.
Viernes 27 de abril de 2018 13:55
Las imágenes que parecen salir de los mismos ojos de los policías pueden hacer pensar que se trata de un videojuego, pero rebela una realidad brutal: la saña racista con que actúan las fuerzas de seguridad norteamericanas.
El video difundido por el Departamento de Policía de Louisville (Kentucky, Estados Unidos), muestran el asesinato de un joven afroamericano de 21 años. Todo comienza cuando el joven es apuntado por un policía, que intenta detenerlo. Cuando el joven comienza a correr el policía comienza a dispararle por la espalda.
En la persecución, a través de las cámaras que tienen los efectivos en sus vehículos pero también en su propia vestimenta, se escuchan cerca de 30 disparos. Incluso con el joven tirado en el piso.
En ensañamiento se puede ver en la forma en que vacían sus cargadores ante un hombre que huía, gritando insultos, en medio de un barrio. Hay otras imágenes, más brutales aún, de la forma en que Jordan es esposado y detenido tras sufrir la balacera.
De acuerdo a los datos sobre las muertes por violencia policial en EE.UU. recopilados por el diario Washington Post entre 2015 y 2017, el porcentaje de afroamericanos muertos a manos de la Policía (entre el 22% y el 26%), duplica al del resto de víctimas. El número aumenta cada año y el ascenso de Trump ha sido visto como una venia al gatillo fácil racista de la policía norteamericana.
En 2013, la absolución del vigilante George Zimmerman, que había asesinado a Trayvorn Martin en Florida, desató movilizaciones de masas en muchas ciudades de EEUU. Su consigna era, es, Black Lives Matter: las vidas negras importan.
