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Rumbo a 2024. Va por México reloaded: ¿de qué va el "Frente Cívico Nacional"?

La tarde del pasado sábado se conformó el Frente Cívico Nacional, al que adhirieron diversos políticos y personalidades del PAN, PRI y PRD.

Óscar Fernández

Óscar Fernández @OscarFdz94

Martes 30 de noviembre de 2021

A pesar de que la coalición derechista de Va por México avanzó en la capital del país, a nivel nacional no lograron expandir su geografía ni cumplir la meta propuesta. Lejos de ello, fue el Morena quien a nivel nacional logró ganar varias gubernaturas estatales, aunque el resultado de la Ciudad de México da cuenta de sus límites políticos.

Pero ello no quita que la relativa derrota en las elecciones, aunado a que el presidente sigue gozando de una aprobación relativamente grande (de 64.7 % según datos de El Economista), ha obligado a la oposición neoliberal a regresar a la cocina para preparar un refrito de su postura. Es así que el pasado sábado se anunció la creación de una nueva alianza denominada "Frente Cívico Nacional".

Con una bandera multicolor que recuerda a las tonalidades cromáticas de Va por México y los partidos que la integraban, el Frente Cívico Nacional afirma que "No es un frente Anti AMLO, se trata de un frente a favor de México porque tratamos de reconstruir al país, frenar la polarización. Sí es un frente opositor a las políticas públicas que están destruyendo muchas cosas", según lo expresó Guadalupe Acosta Naranjo, exdirigente del PRD.

Pero como es usual dentro de las formaciones burguesas, el Frente Cívico Nacional utiliza palabras abstractas como que algunas políticas públicas de AMLO "están destruyendo muchas cosas", o el uso de conceptos como "cívico", "ciudadanía", "nacional", etc. Como si dicha formación expresara las necesidades de toda la población del país y todos tuviéramos los mismos intereses; como si empresarios como Salinas Pliego y Slim tuvieran el mismo interés que el trabajador que compra su cama en Elektra y que termina endeudado por los intereses de las tiendas de Grupo Salinas.

Entre quienes integran el nuevo Frente Cívico Nacional (FCN) se encuentra Emilio Álvarez Icaza, quien también forma parte del Grupo Parlamentario Plural del senado, que se describe como "a favor de una transición democrática, pacífica e incluyente de México", así como de la iniciativa Ahora, que afirma ser "una iniciativa que apostamos por el cambio y por el contrapeso para enfrentar la crisis que atraviesa México partiendo de la organización de la gente".

Los usos de los términos "contrapeso" e "incluyente" son los códigos con los cuales la derecha le achaca a López Obrador el tener "tendencias autoritarias" o que apuntan a la polarización social. El tabasqueño, por su parte, se defendió diciendo esta mañana que “no existe la polarización, polarización es que fueran 50 y 50”.

Y cuando despertó, la polarización seguía ahí

A diferencia de lo que afirma AMLO, la votación de 2018 que llevó al partido guinda a la silla presidencial no es por una cuestión de apoyo mecánico o que "el pueblo bueno y sabio" vota por el Morena. Tampoco es una situación que encuentre su causalidad en los discursos de AMLO, como sostienen los políticos neoliberales de la otrora Va por México, hoy devenida en FCN.

La polarización en México es una consecuencia de décadas de administraciones en favor de los intereses de los empresarios, pero que, lejos de expresar el sentir popular, el Morena se dedicó a canalizar ese descontento para que la situación no se le saliera de las manos al orden capitalista. Esto tiene su génesis en la crisis de representatividad ocasionada por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en la que la conformación del FCN es la expresión más reciente de ello luego del desvío electoral que significó el triunfo de AMLO en 2018.

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En ese sentido también lo apuntan los mismos presentadores del FCN, aunque con otras palabras por lo ridículo que sería admitir abiertamente su bancarrota política. Afirmaron que podrían plantear elecciones primarias donde podrían presentarse precandidatos del PRI, PAN, PRD o incluso ciudadanos "comunes" y donde el INE sería quien organice la operación; allí tendrán el apoyo del "Woldenboy" Lorenzo Córdova, quien ha sido el alfil más reciente del tablero, puesto que la oposición ya no puede recurrir tan fácilmente al juego parlamentario y tiene que apoyarse en otras instituciones internas y externas, como la golpista OEA, para apuntalar al gobierno de AMLO.

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En estas elecciones primarias, el FCN pretende contrastarse como un organismo balanceado y plural ante la cerrazón de los partidos que integran la 4T. Afirman que no será como en el Morena, «donde el presidente López Obrador regresará a los 70 para designar por dedazo a su candidata».

Lo cierto es que el partido oficialista padece de la misma tara que su padre, el PRD que hoy integra el FCN: la conformación de "tribus" caudillistas donde no se discuten diferencias programáticas, sino rostros visibles para contender en las elecciones y la ocupación de puestos políticos, ya sea dentro de las estructuras de Morena o en el Estado.

Aunque los políticos del Morena y del FCN se acusen mutuamente de falta de democracia, lo que ninguno pondrá de relieve serán políticas que vayan en función de alivianar profundamente los malestares sociales y las problemáticas que aquejan a los trabajadores, mujeres y jóvenes del país. Ambos defienden, aunque de diversas formas, la precarización laboral, la subordinación de México a las políticas de Estados Unidos, el pago de la deuda externa, el alto presupuesto a las fuerzas represivas y a planes de "seguridad" mientras se recorta en salud, transporte, etc.

Por ello es fundamental forjar una alternativa política independiente, anticapitalista, obrera y socialista y que defienda un programa para que la crisis la paguen los empresarios.


Óscar Fernández

Politólogo - Universidad Iberoamericana

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