La marcha de Brasilia fue histórica, con más de 100.000 personas. Fue una continuidad de la Huelga General del 28 de abril, profundizando la crisis del gobierno, en el que Temer pende de un hilo mientras no surge otro nombre que unifique a partidos y empresario para seguir las reformas. Ese “vacío de poder” sumado a la entrada en escena de los trabajadores y las manifestaciones plantea la posibilidad de derrotar las reformas y dar una respuesta anticapitalista a la crisis si tomamos la lucha en nuestras manos.
Sábado 27 de mayo de 2017
Brasilia se incendió política y literalmente este miércoles, marcada por una manifestación histórica como parte de la lucha contra las reformas. La manifestación compuesta por gente de todo Brasil reunió a más de 100.000 personas. Su masividad muestra la voluntad de luchar contra las reformas y abrió más la crisis en el gobierno de Temer.
El presidente intentó terminar la manifestación poniendo a las Fuerzas Armadas en las calles del Distrito Federal, hecho que no ocurría desde la dictadura. El intento de demostración de fuerzas de Temer al convocar al Ejército desnuda el nivel de crisis, y muestra la fuerza de las acciones de los trabajadores, que entraron definitivamente en escena el 28 de abril, recomponiendo una subjetividad de lucha.
Aun con toda la propaganda del gobierno para aprobar las reformas, que cuenta con todo el apoyo de los medios, la gran mayoría de la población sigue estando en contra de los ataques. Se profundiza la crisis con los partidos tradicionales, en la medida que surgen más escándalos de corrupción, alcanzando ahora al propio Temer y a Aécio Neves, excandidato presidencial por el PSDB.
Un año en un día: Fuerzas Armadas en las calles, acto masivo y crisis en el gobierno
La convocatoria de las Fuerzas Armadas puede tener un significado contradictorio. Una acción de fuerza y “dureza” de Temer, muestra también su debilidad y desesperación por mantenerse en la presidencia aun sin apoyo popular y con el Congreso ya asumiendo que no será posible que Temer siga hasta el 2018.
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Sin embargo, uno de los factores que mantiene a Temer es la propia incapacidad de los partidos del régimen de conseguir un nombre de consenso, que reunifique los intereses opuestos.
Esa situación de división de proyectos de los “de arriba” abre espacio para que, con sus luchas, los trabajadores puedan aparecer como defensores de los intereses de la población y tomen un papel político para dar respuesta a la crisis.
También potencia la crisis orgánica del régimen y la posibilidad de mayores hechos de inestabilidad venidos de la operación judicial Lava Jato, que investiga los entramados de corrupción en Petrobras, o por personalidades que siguen sus propias expectativas individuales, como el presidente del Senado Renan Calheiros (PMDB) o Temer.
El presidente no solo potenció la crisis de su gobierno al convocar a las Fuerzas Armadas, sino impuso la politización de la última institución del régimen que hasta ahora no venía interviniendo.
Sin embargo, luego del llamado del presidente, el general Vilas Boas declaró que la acción del miércoles “generó mucha inseguridad en el Ejército”.
Puede verse que la acción del presidente aumentó la crisis en el gobierno, haciendo que incluso uno de los principales aliados de Temer, el presidente de Diputados Rodrigo Maia, haya tenido que delimitarse del presidente sobre la responsabilidad en el llamado del Ejército. Maia dijo haber pedido el apoyo de las fuerzas nacionales, pero que el llamado al Ejército habría sido una decisión del gobierno.
Romero Jucá, senador por el PMDB de Roraima, intentó defender al gobierno y dijo que “no tiene caso decir que Temer convocó a las Fuerzas Armadas para intentar sostenerse. Las llamó para garantizar el orden” contra los “vándalos que estaban en las calles”, y dijo que el PMDB está apoyando a Temer para aparentar estabilidad y seguridad. Incluso siendo una clara acción desesperada, no solo Maia se delimitó de Temer, sino que Renan Calheiros subió el tono contra el gobierno diciendo que la acción rondó la “insensatez”.
A esto se suma que desde temprano, incluso con los intentos de Temer de transmitir tranquilidad, el miércoles amaneció con la salida del empresario Mabel del cargo de asesor de Temer, y en el transcurso del día se vio de todo menos tranquilidad. Si Temer ya está en situación crítica, con una visión general de que su gobierno ya no se sostiene, después de accionar al Ejército Temer recibió aun más críticas de políticos y jueces, lo que terminó en el obligado retroceso de su acción.
La “demostración de fuerzas” odiosa de Temer y la represión que se vio durante el día es un intento de acallar la lucha, dejando a cientos de heridos. Un grupo de policías llegó a tirar con arma de fuego contra los manifestantes. La represión respaldada por la corporación mediática Globo y los grandes medios, que hablaron de vandalismo para poner toda sus estructura mediática al servicio de la aprobación de las reformas.
El silencio del PSDB y el problema de la falta de un nombre nuevo
El PSDB, desde el testimonio del empresario de JBS, hizo pronunciamientos dudosos, al tiempo que hace críticas al gobierno, mantiene una posición “encima de la medianera” sin dejar de ser base del gobierno. El PSDB es hoy el principal sostén del golpista. Los “tucanos” están en una encrucijada, y no quieren hacer ningún movimiento aventurero que ponga en riesgo las reformas y a su figura de partido estable y responsable con el capitalismo.
Claramente están analizando las posibilidades políticas. El expresidente Fernando Hernique Cardoso llegó a declarar que ante la crisis, Temer debería dejar el cargo sin hacer más espamento. Esto no ocurrió, y uno de los problemas es que no hay otra figura en la que confluyan los sectores del régimen y que tenga al mismo tiempo el respaldo popular que le permita aplicar los ataques sin mayores sobresaltos. Hoy las instituciones y los partidos del régimen tienen planes opuestos, lo que contribuye al sentimiento de caos.
La operación Lava Jato, con sus lazos con el imperialismo, viene rifando y amenazando a los partidos del régimen, lo que contribuye a que aparezcan testimonios explosivos, como el de los directivos del frigorífico JBS. En la disputa entre elecciones directas e indirectas también hay múltiples intereses: las directas, levantadas por el PT, podrían poner a Lula en el poder; las indirectas, por su parte, son la principal opción de empresarios asociados en la FIRJAN, la principal cámara empresaria de Rio de Janeiro, y los medios, aunque no aparece el esperado nombre. Algunos claman por un tecnócrata que termine con las polarizaciones partidarias, otros nombres están asociados al poder judicial como la presidenta de la Corte Suprema, Carmen Lucia.
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Fernando Henrique es uno de los nombres tenidos en cuenta para la elección indirecta, y una posibilidad de poder para los "tucanos". Sin embargo, sería poner a su principal dirigente en el gobierno de un país hirviendo para aplicar medidas antipopulares. Para el PSDB, la demora y posible crecimiento de la reivindicación por elecciones directas le darían al PT mucho espacio, cuando el PSDB tiene a sus principales figuras atrapadas por la Lava Jato, con Aécio Neves al borde de la cárcel y el gobernador y el intendente de San Pablo, Geraldo Alckmin y João Dória, con incertidumbres legales para presentar sus candidaturas ahora.
Hay rumores en los medios de que Lula consideraría las elecciones indirectas con un nombre de centro, que quite el poder de las manos del PSDB, dando una señal de "despolarización favorable a los ajustes" y contribuyendo a la asunción de un tecnócrata que, lejos de la imparcialidad, esté totalmente abierto a imponer el ajuste con toda dureza a la población y los trabajadores.
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El tiempo nunca fue tan precioso: huelga general ya
Temer dio tiempo a la organización de los trabajadores. Ese es uno de los motivos por que ahora sea atrapado por la operación Lava Jato. Ahora los trabajadores no pueden darle tiempo a Temer y a las reformas. Todas estas crisis en el régimen muestran una dificultad de sus partidos para dar respuesta y abren espacio para que los trabajadores aglutinen el sentimiento de rabia por el ajuste y den una respuesta propia que enfrente a este régimen podrido.
Sin embargo, las centrales sindicales no buscan este enfrentamiento directo para destruir las reformas. Las petistas CUT y CTB, tienen el discurso de que ya no tiene sentido la consigna "Fuera Temer" sino que ahora hay que exigir "Directas ya", sacando del centro la batalla contra las reformas. Así trabajan para construir las elecciones de Lula.
No en vano la CUT declaró que las manifestaciones se salieron de control y fueron más grandes de lo que esperaban. En efecto, hubo acciones más radicales que la central no pudo controlar con su tradición de manifestaciones rutinarias e inofensivas.
La central oficialista Força Sindical por su parte llegó a decir que no tenían relación con los "vándalos", haciéndole coro a los medios, mientras por la mañana se reunía con Rodrigo Maia para negociar las reformas. Su principal dirigente, Paulinho da Força, miembro del partido Solidariedade, fue uno de los principales sostenes del golpe institucional. Uno de los principales objetivos de Força es impedir que la reforma laboral elimine el impuesto sindical que permite que se mantenga una dirección sindical burocratizada y llena de privilegios, ajena a los intereses de los trabajadores.
La CUT planteó en su sitio web que deben llamar a una nueva huelga general, sin fecha. Ya no es posible darles más tiempo. Hay que organizar ya una nueva huelga, organizando comités de base para que nuestra lucha no sea aplastada por los intereses políticos de las centrales, sino que los trabajadores avancen en un cuestionamiento más profundo del régimen y del capitalismo. La CUT y la CTB quieren restringir el movimiento a la reivindicación a los parlamentarios, para que haya una salida institucional, nuevas elecciones que preserven el régimen, el Congreso y que, en consecuencia, de continuidad a los ataques, con mayor o menor intensidad.
El gran riesgo para el gobierno hoy son las luchas de los trabajadores, las huelgas, las manifestaciones. Por eso, a pesar de toda la división de intereses entre los distintos sectores del régimen, hay una confluencia general en intentar minimizar las manifestaciones y mostrar a sus participantes como vándalos.
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Tanto la huelga general del 28 de abril como la manifestación del 24 de mayo en Brasilia mostraron a miles de personas luchando contra las reformas. Brasil está atravesando un momento histórico. Hoy, es uno de los principales países epicentro de la crisis internacional, con el régimen desestabilizado y con una recomposición del activismo obrero.
Las centrales sindicales son responsables por impedir que rápidamente esa fuerza se transforme en sujeto del enfrentamiento contra el capitalismo.
La Central Sindical y Popular (CSP-Conlutas) puede aglutinar un llamado, junto con el MTST, corrientes de izquierda como el PSOL o el MAIS, que estuvieron en la línea de frente en la marcha de Brasília, una gran exigencia a las centrales sindicales para concretar la huelga general.
Tomar la lucha en nuestras manos, plantear nuestros tiempos y necesidades es central para derrotar a Temer y las reformas sin permitir desvíos, llamando ya a una huelga general. Imponer una Asamblea Constituyente ya que revoque todas las medidas de ataque de Temer y de los anteriores gobiernos, que estatice todas las empresas involucradas en corrupción y privatizadas, termine con los privilegios de los políticos y avance hacia un gobierno de los trabajadores.