El presidente del directorio del Servicio Electoral, Patricio Santamaría, señaló que había un “vacío” para regimentar el financiamiento a las campañas para el plebiscito. Todo esto mientras ponen trabas anti democráticas a los partidos en formación que fueron parte de la rebelión puedan presentar sus ideas.
Miércoles 5 de agosto de 2020
“Es indispensable limitar los gastos. Hoy eso no está establecido “, dijo durante su intervención en la comisión de Constitución del Senado Patricio Santamaría, presidente del consejo directivo del Servel.
Acusó de “vacio” legal sobre el financiamiento de campañas para el plebiscito cuestión que puede influir en el resultado de las votaciones. Asimismo, planteó que la propaganda debe estar a cargo de un actor inscrito en lo que se llama Registro Plebiscito Nacional en los plazos establecidos.
Pero mientras realiza estas declaraciones, lo cierto es que hay un esfuerzo contundente por limitar a todas las organizaciones políticas nuevas que fueron parte de la rebelión contra los 30 años de herencias de la dictadura y el gobierno de Sebastián Piñera.
Aí es como en plena pandemia, con obvias medidas de restricción sanitaria, distanciamiento social y de desplazamiento, en un estado de cuarentena en diversas ciudades del país, las exigencias establecidas por la Ley de Partidos para poder legalizar una organización política se mantienen intactas, como si no estuviésemos en un momento extraordinario donde se hace tremendamente difícil poder recolectar las firmas solicitadas como se hacía previo a la llegada del Covid-19.
Se aprovechan de la pandemia para poner mil trabas a los nuevos partidos que queremos disputar el proceso constituyente y expresar la voz y las demandas de la rebelión popular. Nos exigen más de 7 mil firmas en la Región Metropolitana para poder participar y nos obligan a que esas firmas cumplan requisitos irrisorios de cumplir con estas condiciones objetivas de la realidad.
Para quienes quieren apoyar una nueva alternativa, la condición es que sea con la clave única activada). Pero para quienes no tienen la clave, la única forma de obtenerla es haciendo fila en el registro civil, algo impensado en plena pandemia. Lo mismo pasa si alguien quiere firmar nuestra ficha de afiliación: esa firma debe ser ante notario, lo que es imposible de realizar en momentos de restricciones sanitarias.
En el caso de los "partidos en formación" es muchísimo peor porque se les exige cumplir plazos fatales en plena pandemia, con todas las complicaciones sanitarias presentes. ¿Cuál fue la respuesta del Servel? Un rotundo portazo a la solicitud que hicieron diversos partidos de cambiar el plazo.
¿Ley pareja no es dura?
El régimen político chileno, mientras limita a las nuevas organizaciones que fueron parte de la revuelta, deja impune a los partidos tradicionales. No olvidemos el fraude del refichaje el 2017 donde los partidos de la derecha y la Nueva Mayoría para acceder a fondos públicos.
Pidieron por ejemplo, que no se exigiera un notario (que piden para la recolección de firmas de los partidos nuevos). Pidieron que bastara con una notificación electrónica, y que, además, no hubiera una clave única, sino que bastara con la sola presentación de la Cédula de Identidad.
¿Cómo puede ser que se les otorguen tales facilidades a los partidos tradicionales, cuando en circunstancias absolutamente excepcionales, que no se habían vivido en décadas, se mantengan las reglas del juego previas a la pandemia para los partidos nuevos, en formación o en extensión?
Lo que están haciendo los partidos tradicionales y los dueños de Chile es empujar a que el proceso constituyente y las elecciones que se aproximan sean lo más cerradas posible, sin nuevas voces, sin nuevas alternativas.
Súmate a quienes denunciamos estas trabas, para que las demandas de la revuelta popular tengan una expresión anti capitalista de las y los trabajadores para terminar con el Chile al servicio de los capitalistas.