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Red Internacional
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TURISMO DE CLASE. Vannucci y Garfunkel se fueron de safari a Sudáfrica con la fortuna robada a miles de laburantes

El vaciador del Grupo 23 y su esposa buscaron distraerse de las múltiples acusaciones en su contra yendo a cazar leones, hipopótamos y otros animales al mejor estilo Rey Juan Carlos.

Daniel Satur

Daniel Satur @saturnetroc

Viernes 21 de octubre de 2016 16:10

Alguna vez, con una hipocresía pasmosa, Matías Garfunkel dijo que se “solidarizaba” con el personal del Grupo 23, acusando a su socio y dirigente kirchnerista Sergio Szpolski de ser el único culpable del vaciamiento del multimedio.

Pero las imágenes que circulan por estas horas y que convirtieron el hecho en un escándalo dejan en claro que a Garfunkel le importa tan poco gastar el dinero saqueado durante años a miles de trabajadoras y trabajadores como el peligro de extinción de la fauna sudafricana. Literalmente hablando.

En la cuenta de Twitter @MucamaGarfunkel (recientemente estrenada a partir de una denuncia de exempleadas de la pareja por despidos y deudas salariales) comenzaron a publicarse imágenes de Garfunkel y Vannucci en la sabana africana, junto a cadáveres de animales y con rifles, cuchillos y otras armas en la mano.

Inmediatamente los protagonistas hicieron su “descargo” ante algunos medios, intentando desviar el asunto y acusando de robo y ataque a la intimidad a quienes subieron las imágenes. Al sitio Teleshow Vannucci le dijo que no tiene “nada para decir de las fotos, ya que forman parte de nuestra intimidad y fueron robadas de nuestro hogar”. Y a Infobae el mismo Garfunkel dijo que no sabe “quién publicó las fotos”, pero que sus abogados ya hicieron la denuncia esta mañana, ampliando la que ya existe en tribunales “por amenazas, que ya tiene algunos procesados”.

Apelan a la intimidad como si las fotos publicadas los mostraran comiendo un asado en la quinta de un tío. Vale recordar que, pese a los argumentos con los que se venden estos paquetes "turísticos", la caza por trofeo lo que menos hace es ayudar a la conservación de las especies. Quienes ganan fortunas con la gran propiedad de la tierra y la privatización de la vida silvestre dicen que con sus negocios pagan un canon a los Estados para que trabajen en la conservación de la fauna y la flora.

Con la hipocresía propia de los capitalistas, esos mismos argumentos son los utilizados hoy por Vannucci y Garfunkel para defenderse. Parece que el estrés no los deja tranquilos ni siquiera cuando buscan distenderse un poco. Si bien cruzaron el Atlántico para ir a cazar hace rato que no “bajan” a Argentina. Viven en Miami, según ellos, porque en su país recibieron amenazas que no los “dejaban en paz”. Según su versión, esas amenazas estarían relacionadas con la compleja sociedad empresaria de Garfunkel y Szpolski.

¿De dónde sacaron la plata?

Según publicaron hoy varios medios, la pareja contrató un paquete “turístico” en la empresa African sky hunting, que ofrece entre otras muchas cosas viaje, hospedaje y asesoramiento para cazar animales en la sabana sudafricana. Y como atractivo especial esa empresa “ayuda” a cazar leones, elefantes, búfalos, cocodrilos e hipopótamos. Los precios van, según la especie elegida como “trofeo”, desde los U$S 6.500 a los U$S 40 mil.

A juzgar por las imágenes que se difundieron por estas horas, la parejita de enamorados desembolsó varias decenas de miles de dólares en su recreación salvaje.

Pero claro, dinero no les falta. El hijo de la familia poseedora de empresas como Aluar y Fate (que se “abrió” hace unos años del grupo para encarar negocios propios) tiene una abultada fortuna, cosechada durante años de explotación laboral, evasión impositiva y hasta vaciamiento de empresas.

Recientemente se supo que Garfunkel posee cuentas offshore en Bahamas. En esa oportunidad los abogados del niño rico también debieron salir a intentar limpiar la imagen empresaria, con la excusa que siempre suelen poner en estos casos los implicados (como Macri con la Panama Papers): “Liberty Bell Limited está inactiva hace muchos años”, dijeron a La Nación sobre la cuenta de Garfunkel.

Pero de lo que no puede zafar el joven socio de Szpolski es de la acusación de vaciar en el último año el Grupo 23. Como viene denunciando cotidianamente este diario, ambos empresarios realizaron uno de los saqueos al bolsillo de decenas de laburantes más escandalosos de los últimos años. Y no sólo eso. También abandonaron algunas de las empresas a su suerte, y con ello la de los puestos de trabajo de trabajadoras y trabajadores de prensa de medios como Radio América, Tiempo Argentino o El Argentino. En algunos casos, fue la resistencia y decisión de quienes no tienen más “fortuna” que su fuerza de trabajo la que permitió sostener esos medios, formando cooperativas y saliendo a la calle, ahora sin patrones.

De allí, del saqueo, de la evasión, del vaciamiento y de la mentira sacaron sus dólares Garfunkel y Vannucci. Para la African sky hunting, obviamente, la pareja entra en la merecida categoría de “clientes VIP”. Esa categoría a la que pertenece, entre otros, el Rey emérito de España, Juan Carlos, experimentado cazador también de especies en extinción.

Un dato nada menor. Entre las fotos subidas a Twitter por la cuenta @MucamaGarfunkel figura una en la que la pareja aparece vestida con uniformes militares y apuntando al horizonte con modernos fusiles de combate. ¿Un homenaje a las tropas de los ejércitos de Estados Unidos u otras tropas de ocupación imperialistas que desde hace décadas azotan África y Medio Oriente, liquidando a cientos de miles de civiles? A juzgar por la calaña, es muy posible.


Daniel Satur

Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).

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