Durante el último mes las trabajadoras y los trabajadores del Banco Central, se encuentran dando una lucha importante contra el ajuste que el directorio de la institución y el gobierno nacional impulsaron sobre las últimas paritarias.
Martes 14 de octubre de 2014 13:00
Históricamente un acuerdo post-paritario era celebrado entre las comisiones gremiales internas y el directorio, otorgando una compensación compuesta por ítems en concepto de comida, antigüedad, función y jerarquía; esto compensaba la perdida de poder adquisitivo bajo los embates de la inflación y el estrago que causa el impuesto al salario.
Durante varios años, la adecuación de estos ítems al porcentual de aumento paritario, hicieron de ellos una práctica habitual y un derecho adquirido; derecho que luego fuera vulnerado en la última paritaria, en la cual estos ítems fueron adecuados de palabra pero no se dio cumplimiento por parte del directorio a lo pactado.
Esta serie de incumplimientos fueron la chispa inicial de un conflicto al que se le sumaron el reclamo por el impuesto al salario, las condiciones de trabajo, una resolución en los ascensos pendientes trabados, un pase paulatino de los trabajadores tercerizados al convenio bancario, mejora en los créditos y subsidios a los empleados y una cobertura parcial a la pre-paga de los jubilados; una problemática que es común a todos los bancos del país.
A mediados del mes de septiembre, los trabajadores decidieron en asambleas impulsar una medida de fuerza que comenzó con un quite de colaboración y una jornada de trabajo a reglamento, seguidos por un ruidazo en las instalaciones y un paro de tres horas.
El 25 de septiembre el directorio realizó una propuesta de rever todos los reclamos, sin dar respuestas o certezas sobre la resolución, y de un pago por única vez de diez mil pesos brutos (susceptible de ser descontados el impuesto a las ganancias y los aportes de ley) esto como única compensación por los derechos vulnerados y el poder adquisitivo perdido hasta el momento. Los empleados rechazaron la propuesta de manera tajante y en asamblea decidieron un paro para el día 29 de septiembre prolongado por 72 hs, al no ver respuestas firmes a sus reclamos el día 1 de octubre reunidos en asamblea deciden continuar con las medidas de fuerza iniciadas días atrás, resolución que es ratificada por los trabajadores el dia 6 de octubre en una asamblea en la que se vota un nuevo paro de 48 hs.
A raíz del conflicto, y en un marco teñido de gris por la salida intempestiva de Juan Carlos Fabrega, en medio de acusaciones directas de haber comerciado con información interna para beneficiar a su hermano, quien estaría al mando de una cueva financiera; el ministerio de trabajo, luego de dos negociaciones con el directorio del BCRA y la gremial interna, llama a una conciliación obligatoria por quince días que rige desde el lunes 6 de octubre, obligando a las partes a negociar una salida elegante de este conflicto.
La presión de la casa rosada en la baja de las paritarias fue el factor generador de este conflicto, no podían dejar pasar una mejora post-paritaria que pudiera contagiar al resto de los gremios que ya habían cerrado acuerdos muy por debajo de la inflación; no querían que el BCRA fuera el caso testigo tampoco dentro del gremio bancario, a pesar de que los banco obtuvieron en los últimos años ganancias siderales como ningún otro sector de la economía. Por lo cual, a pesar de que en los últimos ocho años, esa compensación salarial fuera otorgada sin conflictos y de manera efectiva, este año debía ser la excepción dentro de un marco de ajuste feroz que pesa sobre los trabajadores.
El cambio de Vanoli por Fabrega no promete mejores condiciones de trabajo ni una solución rápida o efectiva al reclamo de los trabajadores del BCRA, el directorio es el mismo y la mayoría de los jerárquicos no parecen haberse enterado de los reclamos; el nuevo presidente en su llegada intento presentarse como “uno mas”, llamando a una reunión en la “cuadrada” (recinto principal de la institución) con los trabajadores para hablar de frente y pedir una tregua que le permita analizar un conflicto que ya esta planteado y es conocido por todos los funcionarios. Luego de la reunión, el rechazo a esta tregua fue unánime y se continuar con las medidas de fuerza.
Los trabajadores tienen en claro que la lucha por mejores condiciones es en los hechos, y que de no continuar con las medidas no podrán resolver ninguno de los frentes de ajustes que se avecinan, varias organizaciones y comisiones gremiales internas están dando un apoyo a esta enérgica manifestación, y desde el gremio bancario conducido por Sergio Palazzo debieron intervenir forzados por la situación, a pesar de que la interna del BCRA no integra a la actual conducción del sindicato.
Los bancarios experimentan que aunque cambien los nombres de los dirigentes, si no toman la lucha en sus manos, van a estar viendo dos caras de la misma moneda.-