Desde el domingo vecinos de Guaymallén toman posesión de un terreno abandonado por más de 20 años. Este tipo de medidas son reiteradas ante la falta de políticas para reducir el déficit habitacional.
Lunes 18 de abril de 2016
El terreno está ubicado en las inmediaciones del Barrio Nueva Esperanza, precisamente ello es lo que no pierden “la esperanza” de poder conseguir lo que se ve tan lejano para cualquier trabajador de la provincia, una vivienda. Corre el tiempo y con él las reiteradas ocasiones en las que se reclamó a la Municipalidad una solución eficiente.
No tardó en llegar la justicia con sus efectivos policiales, una Fiscal acompañada de 20 policias se presentó ante los vecinos para interpelarlos y amenazarlos con el pronto desalojo. Ante esta situación se decidió en una reunión previa mediar con dialogo aún cuando infantería avanzaba en acordonar el predio con claros objetivos intimidatorios. La solidaridad de los barrios aledaños no tardó en llegar, el flagelo de la falta de vivienda es sufrida en toda la provincia.
Ante tanta presión la fiscalía no tuvo más remedio que conciliar una pronta reunión junto con el municipio del departamento en busca de una posible solución.
Este tipo de situaciones se vuelven cada vez más comunes a lo largo y ancho de toda la provincia. Junto con los planes de ajuste que viene desplegando el gobierno provincial y en particular el ejecutivo municipal comandado por la UCR, llegan los despidos y suspensiones. Son miles y miles de familias que relegadas a la pobreza extrema pierden la posibilidad de acceder siquiera a un alquiler, mucho menos a los usureros planes de vivienda que han anunciado en los últimos días el gobierno nacional.
Guaymallén es centro de la especulación inmobiliaria por su gran espacio ocioso. Miles de terrenos abandonados son usados por los grandes empresarios de la construcción y el mercado inmobiliario para desarrollar sus emprendimientos. El resultado está a la vista, proliferan los barrios y torres de lujo, generando inmensas cantidades de viviendas deshabitadas mientras miles de familias se quedan en poco tiempo sin un techo. Terminar con la especulación inmobiliaria es el primer paso.
Como ya plantearon desde el PTS en el Frente de Izquierda es necesario un presupuesto participativo donde se afecten las ganancias de los grandes empresarios para poder financiar créditos baratos y planes de vivienda accesible que sirvan de paliativo al creciente déficit en vivienda.