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Vendimia en Mendoza: luchas sociales y de la clase trabajadora

Lautaro Jimenez

MENDOZA

Vendimia en Mendoza: luchas sociales y de la clase trabajadora

Lautaro Jimenez

Ideas de Izquierda

Desde el mes de marzo se viene desarrollando una nueva ola de luchas en diferentes puntos del país que continúa dando nuevos procesos. Esta semana el histórico paro vitivinícola uno de los conflictos centrales. En este artículo, el senador provincial por el PTS/Frente de Izquierda, Lautaro Jiménez, desarrolla un panorama sobre las diferentes luchas que vienen atravesando la provincia de Mendoza.

La brecha entre lo que sucede por arriba y por abajo en la provincia de Mendoza es cada día es más grande. Esta vendimia no se va a olvidar, porque todo fue verdadero. No abrió nuestro anfiteatro griego, los actos fueron en bodegas y viñas de la ira. Las calles hablaron y lo siguen haciendo. Las luchas por el agua, la salud y la educación pública, el repudio contra la violencia machista y la violencia institucional, las revueltas contra precarización laboral y los salarios de hambre, llegaron y no se quieren ir.

El Gobierno, los empresarios y sus partidos tradicionales crearon un Consejo Económico, Social y Ambiental de los poderosos. Desde ahí quieren derrotar al pueblo y la clase trabajadora para imponer la megaminería, profundizar el ajuste y extender la precarización laboral. Por abajo, surgen nuevas y nuevos dirigentes. Organizarse desde abajo y en forma democrática es la única forma de poner en marcha la enorme fuerza social que se necesita para hacerles frente. Hacer asambleas, elegir delegados, ser siempre solidarios con los hermanos que resisten. No hay políticos paternales, burgueses protectores, ni viejos sindicalistas que quieran estar al frente de la pedregosa fuerza constituyente de la nueva clase trabajadora mendocina.

¿Cómo podemos entender lo que sucedió esta semana en la vitivinicultura? ¿Cómo estalla una rebelión que paraliza cientos de bodegas con piquetes organizados por los propios trabajadores y trabajadoras que durante 48hs tuvieron al borde de un ataque de nervios a la burguesía bodeguera? ¿Cuál es la fuerza que impulsó a las bases a pasar masivamente por arriba de las instrucciones del sindicato y la federación obrera vitivinícola de hacer el paro quedándose en sus casas, sin bloquear nada ni mucho menos hacer movilizaciones?

Yo pude entenderlo mejor por el comentario de una trabajadora, Miriam, en una de las trasmisiones que hicimos por las redes sociales:

Yo entré a la bodega en el año 80, el año que viene me jubilo si Dios quiere, y siempre fue lo mismo, los empresarios nunca ganaban lo suficiente para dar un aumento y ni decir cuando en el gobierno de Menem se dijo que el aumento sería siempre y cuando al empresario le hubiese ido bien en las ventas y oh sorpresa nunca daban los números! Esta negreada fue siempre pero ahora los jóvenes no tienen miedo a protestar o ir a un paro tan contundente como este, nosotros en nuestra juventud teníamos miedo que nos echaran. ¡Ahora no me importa!

No son los 30 puntos porcentuales que la patronal ofrece como "aumento" en cuotas, son más de 30 años de explotación cruel y agobiante a quienes trabajan la tierra y la bodega. Los poderosos y los políticos corruptos que adornan los palacios gubernamentales de Mendoza no quieren que se hable de esto. Le piden al trabajador que vuelva a mirar el piso. Quieren que la mujer que llega a su casa después de cosechar todo el día en la viña, y no tiene qué poner en la mesa para alimentar a sus hijos, tenga paciencia porque "más adelante, cuando al empresario le vaya mejor, nos va a ir mejor a todos".

El jefe del bloque peronista del Senado, Lucas Ilardo, respondió agresivamente mi pedido de apoyo para la lucha de las trabajadoras y los trabajadores de viñas y bodegas: "todos estamos de acuerdo en que todos los trabajadores tengan la dignidad que se merecen. Ahora, por lo menos no cuenten con el Partido Justicialista si quieren poner de enemigos a cualquier persona que se dedique al comercio de la vitivinicultura. Sea una pyme, un pequeño empresario o un empresario grande…”. Y así fue, aunque el gobierno y el grueso de las patronales bodegueras de Mendoza fueran macristas, el PJ repudió esta lucha histórica del pueblo, igual que lo hizo con la ley 7722 de protección del agua que se pretendió modificar. Y con ellos se volvieron a borrar la CGT, las CTA y prácticamente todas las organizaciones que dirige el kirchnerismo, que supuestamente habían llegado para "renovar" el PJ y "defender" al pueblo.

Esta fuerza social enorme, fue coordinada por una nueva generación de delegados, delegadas y activistas que se organizó desde abajo, con asambleas y grupos de vitivinícolas autoconvocados. Desde Lavalle a San Rafael, desde el Este al Valle de Uco, miles de trabajadoras bloquearon las bodegas no sólo para impedir la salida y entrada de camiones de la molienda; sino también y sobre todo, para poder proteger a sus compañeras y compañeros contratados. Saben que el fraude laboral de las cooperativas truchas, la tercerización y contratación ha sido creado por la patronales para poder explotarlos más y también para hacer imposible cualquier paro. Ellos no tienen derecho a huelga, solo sus compañeros de planta pueden ir en su ayuda y a su vez lograr la unidad necesaria para enfrentar a patronales tan poderosas. Tuvieron que resistir patoteadas de gerentes escoltados por sus patovicas de seguridad privada, policías y hasta fiscales que llegaban apurados para amenazar a los trabajadores que protestaban frente a los restaurantes donde ellos cenan con los mejores vinos. Finalmente, una enorme movilización obrera llegó a la ciudad de Mendoza para cerrar dos jornadas de lucha histórica, y en los turísticos cafés del centro, la gente miraba con sorpresa. Aquellos de los que sólo se hablaba para compadecerlos, ahora estaban ahí para hacer valer sus derechos.

En esta importante cobertura desde abajo que hizo La Izquierda Diario se pueden recorrer muchos lugares y acontecimientos que fueron parte de este paro nacional vitivinícola.

Intentemos ahora ver estas jornadas en el marco de lo que viene sucediendo en Mendoza con las luchas sociales y de la clase trabajadora frente a un régimen político cada vez más hostil al pueblo.

La vida en los palacios

Los ministros de la Casa de Gobierno se mofan de las huelgas y se sienten cómodos porque creen que todo, más o menos, les funciona. Diputados y Senadores están tranquilos porque sus dietas siguen aumentando y ya superaron los $200.000 de bolsillo. El palacio judicial luce una peluca del siglo XVII, por eso habilitaron el uso de la Toga en los tribunales del palacio y el dictado de misas en las escuelas públicas.

Su política expresa la burbuja en la que vive el poder constituido. Fanfarronean sobre un “mendoexit”, tratando a la provincia como su estancia privada, de la que ellos son dueños y patrones para decidir si pertenecer o no a un país. El gobernador Suárez comparó a la Mendoza que tiene un 44% de pobreza urbana y 10,6 % de desocupados con Holanda, uno de los países más ricos del mundo. El diputado Ramón, se olvidó que había prometido defender al pueblo y ahora sólo aparece pidiendo aplausos del recinto para el presidente de la Cámara de Diputados o consultas populares para pronunciarnos sobre si somos o no somos parte de Argentina.

La senadora Fernández Sagasti, representante del gobierno nacional en la provincia, invitó al presidente Alberto Fernández a visitar la provincia el pasado 6 de marzo, para respaldar por un grupo de bodegueros (la Coviar presidida por Zuccardi) contra otro (Bodegas de Argentina). Pero afuera de ambos almuerzos estaban los trabajadores vitivinícolas pidiendo ser recibidos, escuchados, mostrando sus zapatos destruidos y sus bonos de sueldo rozando la línea de indigencia. Nadie los recibió, los miraban desde arriba, con la soberbia que han tenido siempre para mirar al humilde. Para pelearse entre poderosos sí tienen tiempo y recursos, para escuchar al trabajador no.

El pueblo en las calles

Mendoza está cambiando desde abajo, y esto comenzó a expresarse con las históricas jornadas de lucha para defender la Ley 7722 en diciembre del 2019, que protege el agua del uso de sustancias tóxicas en la megaminería. El pacto político del cianuro, entre el gobierno de Suárez y el PJ de Fernández Sagasti, tuvo una derrota contundente frente a un movimiento de masas no visto en muchos años. Y esto sigue fresco en la memoria de la gente. El palacio gobierna, pero la clase trabajadora y los sectores populares saben que las calles tienen poder de veto.

Las luchas por el agua continúan, con una gran cantidad de marchas entre octubre del año pasado y el pasado 22 de Marzo, contra el Fracking y en solidaridad con la provincia de Chubut, donde los gobiernos quieren imponer una ley de zonificación similar a la que aquí impulsa el Intendente de Malargüe junto con las corporaciones mineras del Consejo que preside el gobernador. Buscan dejar la zona fuera del alcance de la 7722 y modificar la constitución provincial concentrando el poder y declarando “autónomos” a los municipios para decidir si deben o no cumplir las leyes de protección ambiental. También comenzaron entre febrero y marzo las protestas contra el abandono de los Humedales, que atraviesan verdaderos desastres ambientales, ante los cuales la Secretaría de Ambiente y el Departamento General de Irrigación dan la espalda dejando que mueran miles de peces y aves. Las asambleas por el agua son un importante centro de organización y coordinación de estas luchas. El agua potable ha sido durante enero y febrero un verdadero conflicto social, con cortes de calle en diversos departamentos protestando contra Aguas Mendocinas que deja los barrios humildes semanas enteras sin suministro.

El derecho a la tierra y la vivienda también se está convirtiendo en otro foco de conflicto, resistiendo desde noviembre del año pasado amenazas de desalojos a puesteros de las zonas rurales y comunidades mapuches que el negocio del Fracking quiere desplazar; o familias del piedemonte y la zona de montaña que llevan décadas habitando esos parajes y ahora quieren desalojar para que crezca el negocio inmobiliario del perilago y los barrios privados. Una importante protesta de inquilinos se realizó también la semana pasada contra el vencimiento del decreto presidencial que frenaba los desalojos. Conseguir un terreno para vivir o pagar un alquiler es cada vez más difícil para las familias del pueblo.

La lucha de las escuelas

La vuelta a clases también mostró que las escuelas tienen una gran fuerza social. En septiembre del año pasado, un gran movimiento educativo provincial formado por el SUTE (Sindicato Unido de lxs Trabajadorxs de la Educación), sectores autoconvocados en distintos departamentos o modalidad, como la de las Escuelas Artísticas Vocacionales, derrotó el intento de imponer una nueva ley de educación que quería mercantilizar la enseñanza y precarizar al personal docente. Este año, por primera vez desde la imposición del “ítem aula” que establece fuertes descuentos a quienes hagan paro en el 2016, el paro de 48hs convocado por el SUTE el 1 y 2 de marzo tuvo un alto acatamiento y mostró la realidad de las Escuelas frente a la demagogia del gobierno. El paro fue acompañado de un gran caravanazo en la Ciudad, marchas y protestas en el sur provincial. La conducción del SUTE tuvo que hacer frente a duras crisis y divisiones internas, muy difíciles de sobrellevar en medio de tantos ataques. Sin embargo, mujeres como Mirtha Faget y Laura Espeche (Secretaria Gremial y Secretaria de Acción Social del SUTE) se han convertido en voceras valientes y respetadas de la conducción para sacar hacia adelante el sindicato.

El SUTE es el único sindicato que rechazó, por mandato de asambleas escolares y plenarios de delegados, la propuesta salarial del gobierno. Y sostiene un plan de lucha permanente, con protestas, carpas y diversas acciones sindicales. Por ello es blanco de ataques de todo tipo por parte del gobierno. Sus dirigentes enfrentan persecuciones y causas judiciales por protestar. Pero también la CTA ha trabado juicios y embargos por millones de pesos para tratar de quebrar el sindicato. Su dirigente, Gustavo Correas del PJ, que controla también la delegación del Ministerio de Trabajo en Mendoza, ha llegado al escándalo de sacarle cientos de miles de pesos al sindicato para su bolsillo en un juicio laboral donde se consideró ‘despedido’ por perder las elecciones. Párrafo aparte merece la servil actuación de Roberto Macho (ATE) atacando al SUTE por rechazar la propuesta salarial. Mientras, los y las dirigentes del SUTE fueron brutalmente golpeados/as y detenidos/as por la policía de Suárez e imputados/as por la justicia, defendiendo el reclamo de ATE y los municipales de Capital en julio del año pasado. La conducción de ATE decidió ponerse del lado de la patronal contra las trabajadoras y trabajadores de la educación, una verdadera vergüenza.

La fábrica que resiste

La Terre es la fábrica del pueblo. Sus trabajadores recuperaron Industrias Matas en el 2014 y la convirtieron en la fábrica de hortalizas deshidratadas más importante del país. Soporta desde hace años los ataques del poder judicial y el sector empresario exportador que los quiere despojar para apropiarse de esa fábrica recuperada. Estas obreras y obreros se han ganado el apoyo del pueblo por su ejemplar recuperación de la fuente de trabajo. Aquí el PJ jugó "a dos puntas", con muy buenos discursos solidarios hacia la Cooperativa por un lado y poniéndole al empresario Ruggeri el abogado para seguir la ofensiva judicial contra ellos por el otro. Su nombre es Mauricio Guzmán, ex Subsecretario de Trabajo del gobierno de Francisco Pérez y –curiosamente- también abogado de los dirigentes del PJ en los juicios contra el SUTE y armador político de la colectora política del PJ encabezada por José Luis Ramón, Protectora. Como también controlan una parte importante de la Suprema Corte provincial, quieren acorralar a la Cooperativa y decirles que no queda más alternativa que aceptar que Ruggeri, dueño de la exportadora de ajos American Garlic, es el nuevo propietario de la fábrica y negociar a cambio un alquiler del establecimiento y su maquinaria. Si no aceptan los amenazan con un fallo judicial de la Corte que deje firme la sentencia de la primera instancia. Pretenden un verdadero despojo, marcado por la corrupción política y judicial experta en robarles a los trabajadores y el pueblo. Las valientes obreras de La Terre se han puesto al frente de la lucha ganando un enorme apoyo de la sociedad y el resto de las luchadoras y luchadores mendocinos dispuestos a defender la fábrica y resistir el desalojo.

La lucha de la Salud pública

En Mendoza hay más de tres mil profesionales de la salud precarizados como monotributistas. Sostienen el sistema sanitario, junto al resto de los trabajadores de la salud, sin vacaciones, ni aguinaldo, ni estabilidad laboral, ni protocolos ni elementos de protección personal suficientes. "Cobramos 26.000 pesos, menos 4.500 de monotributo" denuncian. El compromiso de pasarlas gradualmente a planta permanente también se viene incumpliendo, con trampas (como no reconocer su categoría de profesionales) y falta de transparencia. Hace meses que vienen llevando adelante su lucha por mejores condiciones laborales, para terminar con la precarización que pone en riesgo su salud y la de sus familias. Han realizado numerosos paros y protestas en febrero y marzo de este año. Pero la respuesta de la ministra de Salud, Ana María Nadal, fue subir la apuesta: “Es extraño ese caravanazo, no se sabe muy bien a quién se lo están haciendo. (…) Lo escuchamos y lo vemos pero no lo estaríamos considerando en el contexto. Mucha gente que reclama cobra mucha plata y tienen muchas modalidades de ingreso”.

Organizándose en asambleas de prestadoras/es por hospital, han visibilizado la verdadera situación de quienes están en la primera línea. Sindicatos como Ampros y Sitea vienen estando también al frente de los reclamos. Pero todavía las divisiones entre el personal de planta y contratado y entre los propios sindicatos, debilitan la lucha al separar las fuerzas. Lograr asambleas intra e interhospitalarias donde puedan participar todas y todos, y decidir democráticamente un plan de lucha en unidad para lograr terminar con la precarización, un sueldo inicial que cubra la canasta familiar y un plan de inversión que garantice un acceso real y seguro a la salud pública y que proteja a quienes nos cuidan, puede ayudar a que este justo reclamo triunfe.

La juventud de Pedidos Ya

El 18 de Febrero se realizó un gran paro provincial de repartidoras y repartidores de Pedidos Ya, y una gran movilización desde km0 para exigir aumentos salariales de la que participaron más de cientos de jóvenes organizados desde abajo. Días antes se realizó un paro en otros lugares del país. Luego de estos paros y protestas, conquistaron un aumento en el pago por pedido. Estas empresas quieren condenarlos tanto a la precarización, como a la idea de que no son trabajadores sino “autónomos”, renunciando así a tener derechos laborales y una organización gremial para defenderse. Pero al igual que sucede en otras ciudades del mundo, cada vez son menos los que creen en ese mito que justifica la explotación de multinacionales millonarias como Pedidos Ya, Uber o Rappi. Y cada vez son más quienes quieren organizarse para hacer valer sus derechos.

El movimiento de las mujeres

El femicidio de Florencia Romano conmovió al país, y en los barrios populares del Gran Mendoza reabrió además una herida profunda. Florencia fue víctima de un criminal, pero las huellas del Estado real estaban presentes en toda la escena del crimen: un 911 que le colgó el teléfono al vecino que denunciaba los pedidos de auxilio de Flor, una Oficina Fiscal que se demoraba para tomarle la denuncia a la familia, un Jefe de la Policía anunciando que habían encontrado el cuerpo de la joven al mismo tiempo que le pedía a los padres mendocinos que sean más responsables con sus hijas para que estos crímenes no se repitan. La respuesta fueron multitudinarias movilizaciones el 18 de diciembre en la Ciudad, Maipú, San Martín, San Rafael y General Alvear, protagonizadas por chicas que llegaban desde los barrios. El Palacio de Justicia, la Casa de Gobierno y la Legislatura recibieron piedras y fogatas en sus puertas, el país tuvo que tomar nota de lo que esas jóvenes que sufren todos los días con el acoso machista y policial en sus barrios, no iban a dejar que la impunidad institucional las hiciera responsables de la violencia que sufren.

En San Rafael tuvo lugar el tercer juicio por el femicidio de Paula Toledo, a 17 años del crimen, un caso testigo de la impunidad con la que la justicia encubre violentos y femicidas. Cientos de jóvenes concurrieron a los tribunales a acompañar a la madre de Paula a la lectura del fallo el pasado 12 de febrero, la respuesta de la justicia fue esperarlas con la guardia de infantería y sus escudos. En San Martín, la policía detuvo a diez jóvenes que pegaban carteles convocando a la movilización de #NiUnaMenos el 17 de febrero. Estuvieron más de 12 horas en calabozos y fueron imputadas por "daño al erario público", es decir al presupuesto municipal. La respuesta fue una movilización de cientos de jóvenes en esta ciudad del este provincial, que se dirigieron a la Comisaría y repudiaron la violencia y la impunidad de la policía que detuvo a las chicas. Las paredes se pintan, pero las pibas no vuelven.

Finalmente una multitudinaria movilización irrumpió en la Ciudad de Mendoza el 8 de Marzo, las voces de las agraviada y oprimidas se hicieron escuchar. Familiares y amigas de Florencia, obreras de La Terre y mujeres vitivinícolas estaban en la cabecera junto al movimiento #NiUnaMenos, mostrando la unidad de las luchas de las mujeres en Mendoza.

Ellas están al frente en las luchas y comenzaron a visibilizar también la violencia de que viven en sus trabajos. Como mostró el 12 de marzo en San Rafael el reclamo de justicia por Viviana Castro, trabajadora de Átomo Supermercados que la empresa obligó a volver a trabajar a pesar de estar con licencia por maternidad, contrajo Covid19 y falleció, dejando a su niño recién nacido sin su mamá. ¿Cuántas vidas más se van a cobrar empresas como Átomo-Millán? También la voz de las mujeres trabajadoras se empieza a escuchar desde las viñas y bodegas. Como dijo la representante de las mujeres vitivinícolas, Ana Maya “se terminó lo del sexo débil, como se dice, las mujeres somos valientes y tenemos fuerza, igual que los hombres”.

Unir las luchas del pueblo y la clase trabajadora

Los poderosos se protegen unos a otros, se organizan en consejos, corporaciones y mesas de enlace. Necesitamos poner en pie nuestras instituciones de lucha. Ellos quieren concentrar el poder, imponer sus planes económicos, las ventajas para el empresariado y el saqueo de la megaminería a cualquier costo. Desde la clase trabajadora y el pueblo podemos crear organizaciones de coordinación para unirnos y superar todas las divisiones. El Frente de Izquierda, tanto desde las bancas como en las calles, viene acompañando estas peleas.

En cada sector es necesario unir la organización de las asambleas, las autoconvocadas y autoconvocados, los sindicatos en lucha y los movimientos sociales de forma democrática y participativa. La lucha vitivinícola es un gran ejemplo de esto. Pero también es necesario comenzar a coordinar nuestras luchas a nivel provincial, haciendo acuerdos de solidaridad y apoyo mutuo entre unos y otros. Necesitamos sostener esta organización en el tiempo, para poder sumar fuerzas y capacidad de respuesta frente a los ataques de los patrones y el gobierno.

Si logramos crear instituciones así, la fuerza del pueblo oprimido y la clase trabajadora será cada vez más grande, rápida y efectiva. Ningún sindicato, ninguna fábrica, ninguna rama como la vitivinícola, la salud o la educación, estará sola o solo cuando necesiten salir a luchar o resistir los ataques. Algo que aprendimos con la lucha por la Ley 7722 (y heredamos del Mendozazo), es que cuando la clase trabajadora y los sectores pouplares se unen, podemos triunfar.


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Lautaro Jimenez

Docente y dirigente del PTS @LautaroJ_PTS