Tras algunas semanas de negociaciones entre el ministro Gutiérrez y los gremios, en el día de ayer cerraron las paritarias sin convocar a asambleas ni movilización.
Jueves 29 de marzo de 2018 00:00
El ministro de Educación Daniel Gutiérrez comenzó las negociaciones en un 15,7% ofrecido a los gremios docentes ATECA, SUTECA, SADOP (privados), UDA, SIDCA y ADUCA.
Esta oferta, basada en las exigencias del pacto fiscal que firmaron los gobernadores provinciales con el gobierno nacional, que exige que ninguna paritaria cierre por encima del auto pronosticado porcentaje del 15%, el cual sería el índice de inflación de todo el año 2018.
Apenas terminando el tercer mes del año, la inflación ha crecido en un 2% según distintos analistas, y al finalizar el semestre estaría llegando al 13%. Es decir, que el acuerdo logrado no contempla la inflación real al término de este año y la pérdida de poder adquisitivo que ya vienen sufriendo los trabajadores del sector público desde fines del año pasado, que está estimado en una caída del salario del 9,5%. Con lo cual, las negociaciones paritarias deberían haber partido de un piso del 30%.
No es creíble el techo del 15%
Ya arrancando abril, están previstos nuevos tarifazos a los servicios públicos, como el gas, sumados a los que ya se vienen realizando al transporte público y la luz.
Las clases no comenzaron en Catamarca por el llamado a paro, el cual tuvo un alto acatamiento. Pero este paro no estuvo acompañado de un plan de lucha, en el cual mediante asambleas, la docencia pueda decidir cómo se pelea. Ni tampoco acompañado de ninguna movilización para expresar la bronca que hay en las bases docentes frente al creciente desmejoramiento de la educación pública y las condiciones laborales.
Los gremios docentes actúan separando los reclamos. A tres días del comienzo de clases, el 8 de Marzo, Día Internacional de las Mujeres, se expresaron en las calles catamarqueñas cientos de mujeres y jóvenes estudiantes, por sus derechos.
Nada impedía que los gremios docentes tomen como propia esta fecha, siendo que la mayoría de las docentes son mujeres. No bastaba con una adhesión formal, sino que se podría haber unido esa fuerza como parte del mismo plan de lucha por las condiciones de vida para imponer al gobierno los reclamos docentes.
Párrafo aparte merece el gobierno provincial, que bajo la voz del ministro Gutiérrez, el de los sobresueldos y las sobrefacturaciones en educación, aplica el ajuste con salarios que apenas llegan al mínimo para un cargo testigo de $11.400 y llegando a $12.000 en julio.
Además no se ha dado solución a los docentes de materias especiales que les quieren hacer pasar horas cátedras como horas reloj.
Es un verdadero ajuste a la educación pública. Ya a principio de año se comenzó cerrando distintos anexos en escuelas secundarias, como la Galíndez donde los docentes han salido a reclamar por lo que implica la sobrepoblación de cursos para los chicos y que alrededor de 50 docentes se queden sin las horas tomadas.
Se suma el cierre de los jardines en la capital para los niños de 3 años, lo que afecta a miles de familias y docentes, y además en numerosas escuelas sobre todo del interior, no cuentan con la designación de personal no docente para ejercer funciones, arriesgando la salud de los niños por las condiciones edilicias de contaminación y suciedad en la que tienen que asistir a clases, mientras son las docentes las que compran los insumos de limpieza y baldean aulas, baños y patios.
El acuerdo lo quieren presentar como un triunfo, pero no es más que parte del plan de ajuste a las condiciones de vida de miles de familias trabajadoras en la provincia, que cuenta con la colaboración de las dirigencias gremiales que firmaron este acuerdo vergonzoso.