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Red Internacional
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OPINIÓN. Versailles y la educación sexual: organicémonos para transformarlo todo

Versailles no se construyó solo con un ladrillo. Es decir, cada persona que nos organicemos suma. Y Stonewall empezó con un ladrillo. Es decir, organicémonos para vencer también contra las violencias patriarcales. Esto incluye también la pelea por una educación sexual transformadora.

Lunes 28 de noviembre de 2022

La educación sexual sigue siendo, en pleno siglo XXI, un tema tabú. En cambio, nosotres creemos que es algo muy importante, y es una de las bases sobre las que fundar nuestra sociedad, tanto actual como futura. Nuestra generación es la generación del cambio, y así lo tenemos que demostrar. Nos llaman generación de cristal y dicen que nos quejamos por todo. ¡Pues claro que nos quejamos! Y queremos organizar esa rabia.

Pero para ello, es muy necesario contener aquellas vías de pensamiento que nos quieren callades y que nos hacen retroceder. Los discursos de odio, provenientes de la derecha más fascista de los últimos años (si es que alguna vez se alejó mucho del fascismo), son constantes y están dejando mucha huella, bastante más de la que debería dejar. Además, la derecha desata una "guerra cultural" con el pin parental para censurar charlas sobre diversidad sexual en colegios. La realidad es que estos contenidos son todavía muy escasos y es necesario incorporarlos al currículo escolar en todos los niveles.

Contra el pin parental, educación sexual en las aulas

Pero antes de nada, ¿Qué pasa con la educación sexual?

Si eres de aquelles que cuando piensan que la educación sexual se limita a enseñarnos las prácticas, técnicas, posiciones… para copular, querida, te has quedado en lo más alto de la última puntita del iceberg. Cuanta imaginación. Ya que normalmente se imparte desde una visión cishetero, centrada en la reproducción, dura como dos o tres horas en las que da tiempo a hablar de poco más que los métodos anticonceptivos, la protección ante ITS (sin desestigmatizarlas), una idea básica de consentimiento y que las orientaciones sexuales “existen”. Esto si da tiempo a tenerlas o no hay algún sacerdote de por medio vigilando que se dice o sustituyendo una mínima educación sexual por prejuicios obscurantistas, patriarcales y peligrosos para nuestra salud sexual. Y es que no darnos casi educación sexual es un ataque a nuestra salud física y mental.

Por una educación sexual transformadora, libre y para todes

Ahora que ya sabes qué es, analizaremos con detalle la importancia de la educación sexual actualmente. A todes nosotres nos parecía obvio, pero nos vemos en la obligación de destacar la importancia de la educación sexual. Mucha gente parece haber olvidado que uno de los objetivos principales de esta es fomentar el respeto y la diversidad sexual, frente a la cultura patriarcal que sigue dominando aún en nuestros tiempos. Es una asignatura que tenemos pendiente.

La educación sexual, contra la violencia machista y la LGTBIfobia debería ser una asignatura obligatoria tanto como las matemáticas, la historia o la filosofía, con profesores formados especialmente y con recursos para todos los niveles educativos. Esto implicaría también la formación a nivel universitario, incorporar personal especializado y aumentar el presupuesto educativo de forma significativa.

Que no suceda esto es una lacra que se traduce en perder una gran herramienta para combatir el bullying, comentarios ofensivos, acoso, violaciones, agresiones sexuales, violencia machista y lgtbifóbica, e incluso asesinatos y/o suicidios. Por eso nuestra actuación es vital. Debemos educar y organizar a las próximas generaciones para detener esto.

Y es que según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el número de mujeres víctimas de violencia de género aumentó un 3.2% en 2021, hasta 30.141. En el Instituto Nacional de Estadística también podemos encontrar los casi 4.000 delitos sexuales que se registraron en 2021 (un 35,5% más que en 2020, y un 16,4% más que en 2019). A estos hay que añadir las decenas de miles de llamadas al 016 o las situaciones de revictimización y cuestionamiento que da la justicia patriarcal, impotente para acabar con la violencia.

Luchar contra la violencia machista y los feminicidios, es luchar contra el último eslabón de toda una cadena de violencias patriarcales. Por ejemplo, una educación sexual que sea parte de la discusión y la organización contra los prejuicios y violencias patriarcales es clave. También lo es pelear por acabar con la precariedad en la vivienda y el trabajo, que lleva a que las mujeres en situaciones precarias que sufren violencia machista no tengan más alternativa que seguir soportándola.

25N: movilizaciones en todo el Estado contra la violencia machista

La falta de educación sexual también afecta al colectivo LGBTIQA+

Otro colectivo que se ha visto gravemente afectado por la falta de educación sexual, es la comunidad LGTBIQA+. Bullying en los colegios e institutos; pero que sigue con agresiones en la calle, una gran discriminación en el ámbito laboral y mucho mas paro y precariedad por lo tanto. Jóvenes que no “salen del armario”, o incluso llegan a pensar en el suicidio como una vía de escape, y en muchos casos alcanzan, al menos, el intento.

Según el Informe sobre homofobia, lesbofobia, bifobia y transfobia en las aulas de Aragón realizado en 2017, un 75% del alumnado LGTBI encuestado tiene miedo al rechazo. Recientemente, The Trevor Project, una asociación comprometida con la investigación y prevención del suicidio en personas LGTBIQA+, determinó en un informe que el 45% de los jóvenes de nuestro colectivo, han considerado seriamente el suicidio durante el último año. Las nuevas conclusiones también revelaban que 1 de cada 5 jóvenes trans/no binarios, han intentado suicidarse. Dicho informe también detallaba la dificultad para obtener ayuda de muchas de estas personas. El 60% de los jóvenes que buscaron atención de salud mental, no pudieron obtenerla.

No van a hundirnos, vamos a organizarnos y unir fuerzas para luchar. Por eso decimos, ¡si tocan a une, nos movilizamos miles! Y también peleamos por educación sexual real en las aulas. Que no dure solo dos horas y sea heteronormativa. Separación de la Iglesia y la educación. Basta de dar miles de colegios y millones de euros a la Iglesia machista, LGBTIfóbica y heredera del franquismo. Aumento de los presupuestos para sanidad y educación públicas y que la sanidad pública garantice la realización de abortos, que actualmente en muchas comunidades autónomas sigue sin poderse ejercer. Y Ley Trans efectiva ya.

Feminismo y diversidad sexual, de la mano contra el patriarcado

Vale, ahora ya tenemos claro que la necesidad de educación sexual, como de transformar nuestra sociedad es imperiosa, pero también queremos destacar que esto lo cambiamos entre todes desde la organización. Como decía una persona que me ha marcado muchísimo en mi etapa reciente de Erasmus, “Versailles n’était pas construit que par une seule pierre” (Versailles no se construyó solo con un ladrillo).

Cada granito de arena que sumemos a la causa, tiene una importancia descomunal. Debemos recordar que esta es una lucha entre el feminismo y el colectivo LGTBIQA+. Tenemos que unir nuestras manos y trabajar juntes para quemar el patriarcado, que nos ha adoctrinado a lo largo de toda la historia. Así que, pongámonos nuestros taconazos de aguja de divas, y bailemos sobre sus gargantas para hundirlos eternamente.