Usuarios en Traslasierra denuncian deficiencias en el servicio de transporte de colectivo. Alto costo del boleto, demoras y dificultades para mantener el distanciamiento social durante el viaje por falta de frecuencia.
Jueves 8 de julio de 2021 15:50
La Izquierda Diario recibió en estos últimos días varias denuncias de los usuarios por las deficiencias en el servicio de transporte público. Moverse entre localidades es verdaderamente difícil y costoso. De primera mano este medio pudo escuchar lo que es evidente desde antes del inicio de la pandemia.
“Soy personal de salud y desde el año pasado tengo problemas para llegar a cumplir con mis tareas” nos contaba Walter trabajador esencial. “Durante el aislamiento por la pandemia en 2020 tuve que caminar y hacer dedo durante meses para ir a trabajar, porque el servicio estuvo suspendido por completo y ahora tengo que viajar dos horas antes de mi horario porque el servicio corta muy temprano” haciendo alusión a la limitada frecuencia y horarios que la Empresa SOCSA GRUPO SARMIENTO dispuso desde que el servicio volvió a circular en el Valle.
Paola, una docente de la región, también nos acercaba su testimonio; “Por la mañana el primer coche sale tarde, por lo cual quienes entramos temprano a la escuela tenemos siempre problemas para llegar a nuestro trabajo. Es imposible mantener el distanciamiento, la gente se acumula y los asientos se ocupan sin distanciamiento y hasta viaja gente parada”.
“La realidad del transporte en Traslasierra es todo un tema. Hace cinco años que me movilizo en colectivo y de hecho terminé mudándome a la ciudad de Villa Dolores por la complicación eterna que tenemos los docentes que tomamos cargos en otras localidades lejos de donde vivimos. Quienes no tenemos vehículo dependemos pura y exclusivamente del interurbano para movilizarnos; eso si tenés un cargo. Ni hablar de docentes con horas repartidas en distintas instituciones. Es realmente maratónico el esfuerzo que realizamos para trasladarnos de pueblo en pueblo y encima cumplir horario con la baja frecuencia de los colectivos. No hay contemplación por esto en las escuelas” expresaba Pamela, otra docente.
“Vivo en la localidad de Los Pozos pero trabajo en Villa Dolores, el costo del boleto aumentó $50 el urbano y más de $60 el interurbano, al ya alto costo del pasaje, por lo que movilizarme al laburo implica un gasto enorme en mi economía familiar” comentaba Juan trabajador de comercio. Además agregaba: “una familia para trasladarse por el Valle con niños, debe disponer de una gran suma, que evalúa minuciosamente, dificultando cualquier tipo de intercambio entre localidades más alejadas. Esto condiciona mucho el intercambio social y ni hablar del esparcimiento u otras actividades. En la zona tenemos la triste realidad que durante las vacaciones hay más turistas recorriendo el Valle que el propio habitante local, porque es muy costoso moverse”.
Esta situación es la que viven cientos de usuarios en la región. Mientras tanto los empresarios del transporte pretenden más subsidios y además aumentan el costo de los boletos a sabiendas que el servicio no deja de empeorar. Las unidades circulan con menor frecuencia provocando largas esperas entre los usuarios, pasajes caros y además viajando amontonados sin siquiera garantizar el mínimo distanciamiento social.
A su vez los trabajadores del transporte también se ven afectados. Con salarios a la baja. Durante el confinamiento y la suspensión del servicio, sufrieron recortes y demoras en el pago de sus salarios y despidos.
Pero si el transporte es un derecho, ¿Por qué está atado a la ganancia de un puñado de empresarios?
Los trabajadores y usuarios tienen que saber dónde van los subsidios que reciben estas empresas, porque esos subsidios no se ven reflejados en el servicio. Por eso es vital estatizarlo bajo gestión de los trabajadores y usuarios, que son los únicos interesados en tener un transporte económico y de calidad. Es necesario tomar estas postergadas demandas y dar verdaderas respuestas a quienes sufren las consecuencias del pésimo servicio de transporte en el Valle. Es un derecho.