La mayoría de las y los trabajadores no pueden gozar de las vacaciones de verano porque no descansan laboralmente o no se las pueden costear.
Martes 2 de agosto de 2022
Las tan esperadas vacaciones de verano han comenzado, pero no todos los trabajadores pueden gozar de este derecho, aunque este estipulado en el artículo 76 de la Ley Federal del Trabajo que expresa que “Los trabajadores que tengan más de un año de servicios, disfrutarán de un periodo anual de vacaciones pagadas, que en ningún caso no podrán ser inferior a seis días laborables, y que aumentará en dos días laborables cada año”.
Aunque esto marca la ley, en muchos centros de trabajo no otorgan las vacaciones que por derecho les corresponden a las y los trabajadores, e incluso los contratos temporales que tienen muchos con el outsourcing o las nuevas formas de precarización laboral, les niega el derecho de vacacionar, como es el caso de los trabajadores del programa de cultura o los de Pilares. Además, seis días de vacaciones anuales resultan insuficientes para descansar, reponer energías y estar con la familia o los amigos, tomando en cuenta además que la jornada laboral cada vez es más extensa.
La tendencia que vemos en los últimos años es a reducir al mínimo o incluso desaparecer el derecho al descanso. En el caso del magisterio mexicano, este año nos redujeron 3 semanas del llamado receso escolar e incluso algunos directivos de las escuelas remarcan que debemos estar disponibles si la SEP nos llama para acudir inmediatamente a su plantel.
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Además, desde hace varios años México encabeza el primer lugar como el país con menos vacaciones para los trabajadores. La Organización Internacional del Trabajo recomienda un mínimo de 18 días de vacaciones pagadas. Incluso México comparado con países latinoamericanos es el que menos vacaciones otorga. Brasil tiene 30 días de vacaciones para sus trabajadores, Cuba 30, Uruguay 20, Colombia 15, Argentina 14, Paraguay 12, Costa Rica 10. Por lo que un trabajador mexicano tendría que laborar más de 10 años para alcanzar la misma cantidad de vacaciones que un trabajador brasileño.
De acuerdo a cifras del Barómetro de Turismo Mundial en 2021, México se convirtió en el segundo país más visitado del mundo con más de 51 millones de llegadas internacionales. Además el turismo aporta al Producto Interno Bruto cerca del 8.5%. Sin embargo, las empresas hoteleras están lejos de ser ambiental, social y económicamente sostenibles. Un ejemplo de ello en uno de los principales destinos nacionales turísticos es la península de Yucatán que desde hace décadas ha dado cuenta de violaciones de derechos humanos y una terrible degradación ambiental. El gobierno ha dejado puerta abierta a las empresas hoteleras para el despojo de las regiones naturales, quitando tierras y recursos naturales a los pobladores e incluso existen playas privadas aunque la Secretaría de Turismo lo niega.
Una gran cantidad de destinos turísticos nacionales son inaccesibles para el pueblo mexicano, pues con el salario mínimo no alcanza para pagar las vacaciones para una familia; muchos turistas extranjeros pueden costearse las vacaciones a estos lugares gracias a sus salarios en dólares y euros.
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Vacaciones para todos
Un trabajador mexicano para poder vacacionar en los principales puntos turísticos nacionales debe de ahorrar durante varios años o sacar algún crédito y obviamente pagarlo durante varios meses e incluso ante una crisis económica que ha disparado los precios de la canasta básica es impensable vacacionar. La gran mayoría de nuestros alumnos no disfrutan de las vacaciones con sus familias ya que sus padres no tienen días de descanso en estas fechas y tampoco recursos para pagar vacaciones, por tanto, nuestros estudiantes solo se quedan encerrados en sus casas o si bien les va los mandan a algún curso de verano.
Incluso la propuesta de “cursos de verano” gratuitos que oferta pilares, que para muchos de nuestros alumnos serán la única posibilidad de entretenerse en este periodo vacacional, se realiza a costa de la precariedad de los trabajadores a quienes se les niega el derecho al descanso.
En lugar de generar políticas para un turismo más accesible y ambiental, el gobierno de la 4T destina los recursos a proyectos como la construcción del tren maya que no beneficia ni a los pobladores y está destruyendo la selva. Las cifras anteriores deben mostrarnos que la clase trabajadora en México es sumamente explotada y que se le impone que año tras año que se la pase trabajando, en lugar de otorgar el merecido y necesario descanso.
Una de las demandas que debe de exigir el pueblo trabajador es este derecho, el estado mexicano debe garantizarlo. Esto se podría hacer recuperando espacios recreativos y centros vacacionales -como un hace algunas décadas existían, por ejemplo, Oaxtepec que ahora está privatizado-, e incluso exigiendo a las empresas hoteleras que se han beneficiado de los paraísos turísticos que paguen impuestos progresivos para poder costear el descanso de los trabajadores que movemos el país.