El lunes pasado, el vicepresidente Michel Temer se quejó en público por algunas de las medidas adoptadas por el gobierno. Planteó críticas al proyecto de recrear el impuesto a los cheques (CPMF), defendido la semana anterior por el gobierno.
Jueves 3 de septiembre de 2015
Fotografía: ED
“La sociedad no aplaude el regreso repentino de un impuesto”, declaró Temer durante un encuentro con empresarios y ejecutivos en San Pablo, en el Forum de la revista Examen. Las reacciones negativas frente al nuevo impuesto en plena recesión hicieron que la presidenta retrocediera y no presentase esa propuesta al Congreso. Sin poder contar con los ingresos que vendrían de ese tributo extraordinario, el gobierno finalmente presentó la propuesta de presupuesto para 2016 admitiendo un déficit de casi de 30 billones de reales.
Durante la conversación con los empresarios señaló que el gobierno trata de hacer lo posible y que puede cometer errores. “Creo que cuando alguien se equivoca lo mejor es confesar el error. Una persona no puede confundirse y negar que estuvo engañada”, dijo Temer.
A pesar de todos los recortes presupuestarios y Medidas Provisorias (MPs-Decretos) contra los trabajadores, desempleados y jubilados es la primera vez en la historia brasilera que un gobierno admite que su próximo presupuesto anual recaudará menos de lo que gastará. Temer admitió que el déficit era “extremadamente preocupante”. Pero reconoció que también era una manera de demostrar transparencia. “El presupuesto está siendo hecho así (con déficit) para dar cuenta de la trasparencia absoluta en las cuestiones presupuestarias. Es decir, no existe maquillaje en las cuentas”, afirmó el vicepresidente.
Desde que la crisis política se instaló en el Palacio del Planalto (gobierno), cada gesto de Temer es interpretado como un paso para distanciarse del PT. La semana pasada anunció que dejaría de ser el interlocutor en el Congreso, una tarea que asumió en abril pasado a pedido de la presidenta, cansada de las derrotas de los proyectos oficialistas presentados el Congreso. Afirmó, sin embargo, que se mantendrá leal a Rousseff. A pesar de la alegada lealtad, Temer y el PMDB se disponen a tomar distancia considerable del oficialismo y buscan articular otras alianzas. Esta semana, el PMDB exhibirá en TV ocho piezas publicitarias en las que los principales líderes del partido plantearán que “Brasil necesita cambios”.
“Brasil es uno solo y siempre va a ser mayor y más importante que cualquier gobierno”, declaró en uno de los anuncios el vicepresidente Michel Temer. Difícilmente se podrá descubrir en los mensajes “de unidad” del PMDB algún cambio que no sea funcional a mantener en pie el putrefacto régimen político de los Sarney, Cunha, Renan Calheiros y los políticos profesionales de la burguesía. Lo que se esconde por detrás de sus mensajes, resabios de la dictadura militar, es que: el PMDB “siempre va a ser mayor y más importante que cualquier gobierno”.
Este discurso de “diálogo” y de “reunificar a la sociedad” es parte de la operación por la “gobernabilidad petista al servicio de los ajustes” (que tuvo en el presidente Itaú Oberto Setúbal, un nuevo defensor de Dilma), que se une al intento del PMDB de presentarse como la garantía del equilibrio político. A pesar de estos “mensajes cifrados”, Temer y el PMDB están en completo acuerdo con los ajustes de Dilma y la derecha en el Congreso. El PT de Lula y Dilma (junto a Renan y su “Agenda Brasil”) y el PSDB coinciden en las políticas contra los derechos de los trabajadores, las mujeres y la juventud.
Video al final: https://youtu.be/r6ogRM-xXJA