Durante su aparición especial en el programa Intratables, mientras la gobernadora Vidal se dedicó a condenar el paro docente, se refirió al pasar a la situación de los trabajadores de la industria mecánica: “Y si le preguntas a un obrero de la industria automotriz, te va a decir arrancamos muy mal, pero ahora estamos mucho mejor, porque la industria automotriz está creciendo" Increíble.
Viernes 31 de marzo de 2017 09:12
Es difícil de imaginar, a un obrero mecánico, pronunciando la frase que le gobernadora intenta adjudicarle. Y es fácil de demostrar la falsedad de un afirmación: 700 suspensiones en Vw-Pacheco, 60 en Vw-Córdoba, 350 en General Motors…Y para quienes no resulten suspendidos una situación de explotación incrementada por los altos, e insalubres, ritmos de trabajo ¿Quién en su sano juicio podría pensar que estamos mejor? Nadie. Únicamente el cinismo descardado y la mentira desvergonzada pueden dar a luz semejante guion.
Sin embargo, hubo un cambio que podría explicar la base de esta mentira. Las suspensiones que se habían anunciado en la Volkswagen Pacheco han cambiado de modalidad. Anteriormente el sistema consistía en una rotación de personas fija, cuya duración fue anunciada por un año y medio. La cantidad originalmente difundida, 600 personas, terminó superándose para quedar cerca de las 700.
El mismo día que Vidal hizo su aparición en Intratables, el Smata anunció un cambio en la forma de las suspensiones. De un grupo de personas fijas, se pasó a una rotación, que durará 6 meses, y que abarcará a la misma cantidad de operarios. Salvo que algunos trabajadores acepten el retiro voluntario o la pre jubilación, y de esta forma baje el número que la empresa considera que debe estar sin prestar tareas.
Si la gobernadora se refiere a que pasar de un año y medio de suspensión, a seis meses, es “estar mejor” habría que recordarle que las únicas que la pasan bien son las empresas. Las patronales dicen que hay crisis, lo cierto es que hay una baja en el volumen de la producción, cosa que no impide que sigan ganando millones. Mantener altas sus ganancias e imponer condiciones de trabajo flexibilizadas, es el objetivo del plan de suspensiones. Dicen que hay sobrante de mano de obra, pero a la mano de obra ocupada se le exige el doble de trabajo.
Por su parte, el Smata, mantiene una verborragia discursiva contra el gobierno de Macri. Pero en los hechos le continúa prestando una inestimable ayuda, al Pro y las patronales del sector. El Smata ha inventado una nueva consigna, “la crisis la tenemos que pagar entre todos”, según dijo un importante dirigente. Con este fundamente se avala un plan de suspensiones que implica una rebaja salarial mayor al 40%. Y de esta forma se aumentan las ganancias de la patronal alemana, que más allá de la recesión la sigue juntando en pala, y que, además de todo, gran parte de sus problemas surgieron al descubrirse la estafa millonaria perpetuada en el mercado norteamericano, organizada desde el alto mando de la compañía.
Ante esta situación, que el responsable de pagar los platos rotos sea el obrero es una enorme injusticia. Una injusticia impuesta por la alianza del gremio, la patronal y el Gobierno. Por su parte el Frente de Izquierda propone que todos los suspendidos vuelvan a trabajar, reducir la jornada laboral 6 h 5 días a la semana sin rebaja salarial.