Las declaraciones de Vidal se chocan con la realidad de la educación en CABA: donde casi no hubo paros en la última década, uno de cada dos estudiantes concurre a una escuela privada.

José Muralla @murayeando
Jueves 16 de marzo de 2017
Fotografía: DyN
La gobernadora bonaerense profundizó su cruzada contra los docentes. En uno de sus constantes esfuerzos por enfrentar a los docentes con la comunidad y quebrar así la huelga, responsabilizó a las medidas de fuerza del crecimiento de la escuela privada. En conferencia de prensa señaló: “Es justo que los chicos estén en el aula.
También sé que no es justo que sus padres no tengan que elegir escuelas privadas y hacer enormes esfuerzos para que sus hijos tengan clases, después de 10 años con 110 paros que lo único que lograron fue privatizar la escuela pública de hecho”.
Estas declaraciones ni siquiera se corresponden con el discurso del propio macrismo. Durante el debate presidencial fue el propio Macri quien se jactó de que durante su gestión a cargo de la jefatura de gobierno de la ciudad “en ocho años empezamos las clases normalmente”. Sin embargo es en esa misma ciudad donde más avanzó la ola privatizadora.
Allí la mitad de los estudiantes porteños concurren a una institución privada, mientras que en el resto del país, el promedio de alumnos en instituciones privadasronda el 20%. Según las declaraciones del propio Macri podríamos concluir que la responsabilidad de este traspaso de estudiantes de las públicas a las privadas no fue a causa de los paros.
La causa más bien la podríamos encontrar en los cambios en el presupuesto educativo de la ciudad: De representar el 27,8 % en el 2011 cayó al 22,2 % en el 2015 y al histórico 18,5 % para el 2017, constituyento el presupuesto educativo más bajo de la historia de CABA.
Esto se contrapone con el aumento de los subsidios para la escuela privada, que pasaron de representar el 14,5 % del presupuesto educativo en el 2012 a ser el 16,2 % para el 2017. Esta es la principal causa de “privatizar la escuela pública de hecho”: el vaciamiento que va transformando cada vez más a las escuelas estatales en “escuelas para pobres” donde faltan aulas y sobran vacantes no cubiertas, donde falta calefacción en invierno y ventilación verano, donde si los docentes no compran de su bolsillo el borrador y la tiza no pueden dar clases.
Pero esta baja en el presupuesto no es patrimonio exclusivo de la Ciudad de Buenos Aires. Vidal no se quiso quedar atrás de su par porteño y redujo el presupuesto educativo en un 3,2 %, llegando a ser el más bajo en los últimos 23 años. Para esto contó con la inestimable ayuda de los “opositores” del Frente Renovador y el PJ. En este sentido continuó con la “herencia” dejada por Scioli de reducir año a año el presupuesto educativo mientras se aumentan las partidas presupuestarias para la bonaerense y las policías locales.
Por otro lado la gobernadora de cambiemos se “olvidó” de que la principal causa de que las escuelas estén cerradas es el ahogo presupuestarios que se hace desde su propio gobierno. Se pierden infinidad de días de clase cuando ante cada lluvia las escuelas se inundan, cuando hay infección de ratas y otras alimañas, cuando se cortan servicios esenciales como la luz y el agua.
Para poner un ejemplo esclarecedor: en varias escuelas del distrito de La Matanza los chicos concurren día por medio ya que no hay suficientes aulas para para cobijar a todas las secciones.
Mientras la gobernadora dice que ofrece “el aumento que puede y no el que quiere” porque “la provincia está fundida” Vidal gasta el presupuesto bonaerense en alquilar lujosos castillos para reunirse con su gabinete y destina 45 millones mensuales en gastos de asesorías . Y al tiempo que acusan a la docencia de vaciar la escuela pública, siguen destinando millones a subsidiar la escuela privada. Se calculan en unos $ 15.000 millones, además de lo “ahorrado” en exenciones impositivas a escuelas católicas.
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Los docentes bonaerenses están dando una lucha histórica en defensa de la educación pública. Pese a las amenazas de Vidal y las idas y vueltas de las cúpulas gremiales siguen definiendo en cada escuela la continuidad de las medidas de fuerza. En sus reclamos le señalan a la gobernadora que si realmente quiere defender a la escuela pública, que aumente su presupuesto en base al quite de subsidios a la escuela privada y confesional.

José Muralla
Nació en Arenales (BA) en 1984. Es licenciado y profesor en Ciencia Política (UBA). Trabaja como docente de nivel medio en CABA y La Matanza. Desde 2007 milita en el PTS. Vive en Lomas del mirador y es parte del staff de La Izquierda Diario de la Zona Oeste del GBA.