El secretario de relaciones exteriores, Luis Videgaray, aseguró dirante la firma del acuerdo entre México y la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México, que la postura de nuestro país ante las políticas migratorias de Donald Trump, es de un "no rotundo", esto de cara a la próxima visita de los secretarios Tillerson y Kelly.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Jueves 23 de febrero de 2017
A tan sólo unas horas de realizarse la visita de los secretarios de Estado de EE.UU, Rex Tillerson y de Seguridad Interior, John Kelly, el Gobierno Federal, por medio de su Secretaría de Relaciones Exteriores, ha salido a declarar que México "no tiene por qué aceptar disposiciones" impulsadas de manera unilateral por parte de otros países.
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Luego de una serie de tropiezos diplomáticos que desde el año pasado han servido únicamente para aumentar el cuestionamiento de la gestión peñanietista, el Gobierno mexicano ha sido muy cuidadoso con sus declaraciones en torno a las cada vez más agresivas medidas implementadas por el gobierno de Donald Trump.
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Las declaraciones de Videgaray vienen, sin duda, forzadas por la serie de decretos firmados por el magnate estadounidense encaminados a la deportación de millones de migrantes, así como por las múltiples presiones que aporta la imposición de impuestos arancelarios y las negociaciones en torno al TLCAN.
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A pesar de que la postura oficial del Departamento de Estado de EE.UU. ha buscado parecer amable, las declaraciones de Trump y sus movimientos continúan apuntando a la construcción del muro fronterizo así como a la persecución y deportaciones de millones de migrantes que permanecen de forma irregular en el vecino país del norte. Ante esto, Luis Videgaray aseguró que, de ser necesario, se recurriría a instancias como la Organización de las Naciones Unidas para "defender los derechos humanos y las libertades de los mexicanos en el exterior".
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Durante una conferencia de prensa, Videgaray añadió que "México tiene control de sus fronteras", y que no aceptaría migrantes de otras nacionalidades deportados por el gobierno de Estados Unidos. Para esto, anunciaron que exigirán al gobierno estadounidense que acredite la nacional de todos los deportados, sumándose a la misma lógica xenófoba de Trump.
Esta medida viene de la mano del fortalecimiento al Plan Alianza para la Prosperidad de los países del Triángulo Norte de Centroamérica (al que suscribe México), para el que el gobierno de EE.UU. ha destinado desde la administración de Obama millones de dólares y que únicamente ha traído para países como Guatemala, Honduras y El Salvador una mayor militarización, pobreza y subordinación.
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Hoy, tanto Tillerson como Kelly serán recibidos por Enrique Peña Nieto y se reunirán, además de con Luid Videgaray, con los secretarios de Finanzas, Interior, así como de la Defensa Nacional y la Marina.
